Tercera edición de esta prueba. Tercera edición que no me quiero perder. Tercer madrugón para asistir a ella.
Como siempre, muy tempranito salgo de casa con destino a Peñafiel. Viaje muy muy tranquilo si nos olvidamos del camicace que nos pasó en sentido contrario por la M-50.
A pesar de este sustillo y después de la debida comunicación, continuamos el viaje y llegamos al sitio donde aparco cada año. A escasos 200 metros de la recogida de los dorsales. Aquí también ha aparcado Sylver. Un maquinón que conocí aquí hace dos años y con el que hice la prueba. Un placer volver a verle, que aunque nos sigamos y hablemos por redes sociales, no es lo mismo.
Recojo mi dorsal y mi bolsa y saludo a Depa que ya está liado con el micro. Vuelvo al coche y ya junto a Sylver, que ya está acicalado, me pongo de corto. A pesar de la gota fría que sufre España, aquí parece que nos va a hacer buen día así que manga corta y arreando.
En esta ocasión, la prueba que antes era de 52 km, pasa a ser de 42. Osea, que nos vamos a enfrentar a un maratón. Nos han quitado 10 km y es por ello que en vez de salir de Peñafiel, nos van a llevar en autobús a la salida que está situada en el yacimiento arqueológico de Pintia.
Hay varios autobuses. Sylver y yo cogemos el primero. Nos sirve para ponernos al día y charlar un rato. La verdad es que el trayecto dura menos de 10 minutos. Me apetecía un viajecito mas largo que estaba muy agustito, je je je.
Ya en el Yacimiento, esperamos que vayan viniendo los corredores de los otros autobuses. Y sin esperármelo llega Edu. Ja ja ja, que bueno. Edu, Sylver y yo hicimos juntos la primera edición de esta carrera y fue donde nos conocimos. Y hoy volvemos a reencontrarnos.
No tenemos tiempo para mucho más y después de presentar a todo el elenco de profesionales que ha venido aquí, se da la salida a esta tercera edición.
Sylver se va hacia adelante nada más comenzar. Está muy fuerte y lo demostrará en meta. Edu y yo decidimos hacer lo que los dos años atrás. Ir a ritmo y parar en todas la s bodega a degustar sus vinos y todo lo que nos han preparado.
Hoy salimos desde este yacimiento donde en las dos ediciones anteriores ya llevaríamos unos 10 kms. Bueno, ya sabemos que lo tenemos por delante, así que con tranquilidad y a disfrutar todo lo que podamos.
Los primeros km son por caminos de arena muy finita que hace muy difícil correr. Hay que reservar las piernas lo posible que aquí se te ponen muy duras como te pases un poco.
En el km 5 tenemos el primer avituallamiento. La bodega Dehesa de los Canónigos. Paramos a reponer aunque para mí es muy temprano empezar con el vino, Edu no puede pasar sin su copita de vino, je je je.
-"Venga vamos que hay mucho camino que recorrer". y así continuamos la carrera. hasta que llega un punto, el km 6 pasado, que nos encontramos de frente a un grupo de 30 o 40 corredores que viene hacia nosotros. Ups, creo que nos hemos equivocado. Pues nada, media vuelta y a volver por nuestros pasos para encontrar el camino bueno.
Y por fin encontramos la baliza. Bueno, podría estar mejor señalizado este desvío. Ya estamos en le recorrido correcto. Menos mal que ha sido solamente un km y pico de más, je je je.
El tramo por el que vamos ahora es muy chulo. Vamos junto al río Duero por una senda arbolada y con continuos sube y bajas.
Nos adelantan muchos corredores que iban delante, pero que también se han perdido y van remontando posiciones.
Salimos de esta senda para pasar por delante del monasterio de Santa María de Valbuena y coger un tramo de carretera que nos llevará directamente a la Bodega Emina. Muy buen avituallamiento donde tenemos sandía, plátano, chocolate, frutos secos, empanada, agua de coco, y por supuesto vino.
Ahora tenemos unos km de subida donde nos lo tomamos con algo mas de calma. Una vez arriba, merece ver la viñas de esta zona. Tenemos tramos que pasamos entre las parras. Todo estudiado y colocado milimétricamente. Están de foto estas viñas.
Aunque no deja de ser una estampa increíble, esta zona se hace bastante larga. Edu y yo seguimos manteniendo un ritmo algo por encima de cinco así que vamos bastante bien.
Toca bajada por campo a través. Mucha piedra suelta y camino peraltado donde hay que tener cuidadín.
Y ya por el km 21 mas o menos llegamos a la siguiente bodega. La Hacienda Monasterio. Aquí hay fruta y copitas de vino. Este si que le pruebo por que tiene buena pinta y ya vamos teniendo sed, je je je. Aprovecho mientras Edu remata su copa para hablar con Susana. Todo bien y sin ningún contratiempo.
A partir de aquí discurrimos por un camino casi pegado a la carretera y muy cómodo de correr. El tiempo nos acompaña y esto hace que el ritmo no decaiga. Cinco km donde Edu y Yo nos ponemos al día de muuuchas cosas.
Llegamos a un avituallamiento nuevo este año. Una quesería familiar donde nos ponen unos platos de sus quesos. Mi compi lo prueba todo. Yo no le hago mucho caso por que aunque suene raro, no me gusta el queso. El dueño de la quesería super amable nos da conversación y se interesa por la prueba y los corredores. Nos despedimos de él mientras comenzamos a dar las zancadas hacia el pueblo.
Entramos por las calles del pueblo. Pesquera del Duero nos da la bienvenida y nos hace dar un paseo por él. Todo para llegar a otra bodega nueva de este año. Bodega familiar y muy curreta. Entramos en ella y lo hacemos andando para no perdernos detalle de todo lo que hay allí.
Un grupo numeroso de personas, tanto de la bodega como los del avituallamiento de la carrera, nos esperan al final de la nave. El producto estrella es el vino, pero tienen un jamón recién cortadito que casi le deja atrás. Uff, como están estas lonchitas rojas. También decido probar el vino y brindar con los bodegueros.
Uff, -"vámonos de aquí Edu que si no, no terminamos la carrera", ja ja ja. Muy buen avituallamiento y buen ratillo que pasamos allí. Gracias y hasta el año que viene.
Y siete kilómetros nos separan de las Bodegas Comenge. Sin quitar el protagonismo de las demás, para mí esta es la que mejor montado lo tiene. Menuda fiesta tienen todos los años. grupo de música tocando en vivo, barbacoas, mucha gente animando y como novedad este año, un grupo de chavalas bailando y animando el día.
Al llegar allí, lo primero es quitarnos la sed para ir seguidamente a tomarnos el vinito. Madre mía la que vamos a pillar hoy. Menos mal que yo solamente bebo un par de tragos si noooooooo.
Allí, nos reconocen de los otros años y charlan con nosotros un rato a la vez que nos hacen unas fotos. Pero también, sintiéndolo mucho, tenemos que pirarnos de allí. Después de las despedidas comenzamos a comernos los kilómetros que nos quedan.
Nos adentramos en Curiel donde tenemos la suerte de pasar por la Ermita del Cristo. Una construcción muy, muy bonita y llamativa.
De aquí, dejando el pueblo atrás, encaramos un camino donde llevamos en todo momento el castillo de Peñafiel frente a nosotros. Ritmito bueno y charleta aún mejor. Kilómetros de auténtico disfrute.
Después de hacer estos km, cruzamos la carretera para meternos de lleno en la bodega Legaris. Buen avituallamiento donde también vaciamos las copas de vino. Además también bebemos un poco de Cocacola mezclada con fruta. Menudo revoltijo llevamos en el estomago. Veremos como acaba la cosa, je je je.
Y ahora llegamos a la zona mas chula del recorrido. Junto al Duero, vamos recorriendo los casi cinco km de vereda que va paralela a él. Una zona espectacular para correr, pero con constantes sube y baja donde si vas bien te diviertes de lo lindo, pero si vas un poco pegado, se te va a hacer muy larga.
En este tramo adelantamos a varios corredores que van un poco pegados y deciden alternar andar con correr. De vez en cuando entre los arboles se puede distinguir el castillo lo que hace no olvidarte del cuestón final y de su peligrosa bajada.
Llegamos a la bodega Protos. Además de los voluntarios en el avituallamiento, nos encontramos a Diego Winitzky, uno de los fotógrafos oficiales de al prueba. Charlo con él un rato por que le conocí en la Riaño trail a través de Nanny. casi toda la conversación fue sobre la falta de Nanny hoy en la Ribera Run Race, y es que el trabajo no se lo ha permitido. Pero estamos seguros que estará siguiendo la carrera minuto a minuto y paso a paso. Se nota que falta ella hoy. Sus gritos de ánimo. Su control total de la carrera. Sus recibimientos en meta. Bueno, seguro que en la próxima estará a tope como siempre.
Después de probar un buen vino de Protos llegó la hora de asaltar el castillo. Y despidiéndonos de todos, comenzamos la dura subida. Poquito a poco vamos llegando a la muralla donde después de recorrerla unos metros, tenemos la escalera para asaltarle. Primero Edu y luego yo, llegamos a las entrañas del castillo donde nos cruzamos con varios visitantes que se quedan perplejos de ver por donde hemos alcanzado el castillo.
Pero ya que estamos dentro, hay que salir, ja ja ja. Menos mal que tenemos las llaves de la puerta y podemos bajar los escalones y disfrutar de nuevo de un suculento avituallamiento.
Y esto llega a su fin. Pero antes hay que bajar a Peñafiel. Bajada muy peliaguda con mucha tierra suelta y donde el desnivel es de vértigo. Vamos bajando cada uno como puede. Y por fin piso la carretera. Edu va un poco mas atrás por lo que mientras le espero aprovecho para hacerme una foto con el cartel de este pueblo vinícola.
Ya solo queda adentrarse en el pueblo y entrar en la plaza del Coso. Allí está situada la meta y hacemos entrada en ella. Depa nos recibe por el micrófono y paramos el crono en 4:52´.
Pues esto ha sido una nueva edición de la RRR donde cada año se va superando en número de corredores, en organización, en ambiente y en el buen hacer de todos los voluntarios.
Si no pasa nada, volveremos el año que viene a por la cuarta cosecha que hay que catarla, ja ja ja.
Voy a saludar a la otra Nanny y nos hacemos una fotillo para mandársela a la rubia. Después de tomarme la última copita de vino, toca volverse para Toledo.
Edu y yo después de casi seis horas juntos, nos separamos hasta la siguiente que nos volvamos a ver.
Enhorabuena a todos y felicidades a Terraincognita por hacer una prueba diferente y tan especial.
Hasta la próxima.
Capi
A partir de aquí discurrimos por un camino casi pegado a la carretera y muy cómodo de correr. El tiempo nos acompaña y esto hace que el ritmo no decaiga. Cinco km donde Edu y Yo nos ponemos al día de muuuchas cosas.
Llegamos a un avituallamiento nuevo este año. Una quesería familiar donde nos ponen unos platos de sus quesos. Mi compi lo prueba todo. Yo no le hago mucho caso por que aunque suene raro, no me gusta el queso. El dueño de la quesería super amable nos da conversación y se interesa por la prueba y los corredores. Nos despedimos de él mientras comenzamos a dar las zancadas hacia el pueblo.
Entramos por las calles del pueblo. Pesquera del Duero nos da la bienvenida y nos hace dar un paseo por él. Todo para llegar a otra bodega nueva de este año. Bodega familiar y muy curreta. Entramos en ella y lo hacemos andando para no perdernos detalle de todo lo que hay allí.
Un grupo numeroso de personas, tanto de la bodega como los del avituallamiento de la carrera, nos esperan al final de la nave. El producto estrella es el vino, pero tienen un jamón recién cortadito que casi le deja atrás. Uff, como están estas lonchitas rojas. También decido probar el vino y brindar con los bodegueros.
Uff, -"vámonos de aquí Edu que si no, no terminamos la carrera", ja ja ja. Muy buen avituallamiento y buen ratillo que pasamos allí. Gracias y hasta el año que viene.
Y siete kilómetros nos separan de las Bodegas Comenge. Sin quitar el protagonismo de las demás, para mí esta es la que mejor montado lo tiene. Menuda fiesta tienen todos los años. grupo de música tocando en vivo, barbacoas, mucha gente animando y como novedad este año, un grupo de chavalas bailando y animando el día.
Al llegar allí, lo primero es quitarnos la sed para ir seguidamente a tomarnos el vinito. Madre mía la que vamos a pillar hoy. Menos mal que yo solamente bebo un par de tragos si noooooooo.
Allí, nos reconocen de los otros años y charlan con nosotros un rato a la vez que nos hacen unas fotos. Pero también, sintiéndolo mucho, tenemos que pirarnos de allí. Después de las despedidas comenzamos a comernos los kilómetros que nos quedan.
Nos adentramos en Curiel donde tenemos la suerte de pasar por la Ermita del Cristo. Una construcción muy, muy bonita y llamativa.
De aquí, dejando el pueblo atrás, encaramos un camino donde llevamos en todo momento el castillo de Peñafiel frente a nosotros. Ritmito bueno y charleta aún mejor. Kilómetros de auténtico disfrute.
Después de hacer estos km, cruzamos la carretera para meternos de lleno en la bodega Legaris. Buen avituallamiento donde también vaciamos las copas de vino. Además también bebemos un poco de Cocacola mezclada con fruta. Menudo revoltijo llevamos en el estomago. Veremos como acaba la cosa, je je je.
Y ahora llegamos a la zona mas chula del recorrido. Junto al Duero, vamos recorriendo los casi cinco km de vereda que va paralela a él. Una zona espectacular para correr, pero con constantes sube y baja donde si vas bien te diviertes de lo lindo, pero si vas un poco pegado, se te va a hacer muy larga.
En este tramo adelantamos a varios corredores que van un poco pegados y deciden alternar andar con correr. De vez en cuando entre los arboles se puede distinguir el castillo lo que hace no olvidarte del cuestón final y de su peligrosa bajada.
Llegamos a la bodega Protos. Además de los voluntarios en el avituallamiento, nos encontramos a Diego Winitzky, uno de los fotógrafos oficiales de al prueba. Charlo con él un rato por que le conocí en la Riaño trail a través de Nanny. casi toda la conversación fue sobre la falta de Nanny hoy en la Ribera Run Race, y es que el trabajo no se lo ha permitido. Pero estamos seguros que estará siguiendo la carrera minuto a minuto y paso a paso. Se nota que falta ella hoy. Sus gritos de ánimo. Su control total de la carrera. Sus recibimientos en meta. Bueno, seguro que en la próxima estará a tope como siempre.
Después de probar un buen vino de Protos llegó la hora de asaltar el castillo. Y despidiéndonos de todos, comenzamos la dura subida. Poquito a poco vamos llegando a la muralla donde después de recorrerla unos metros, tenemos la escalera para asaltarle. Primero Edu y luego yo, llegamos a las entrañas del castillo donde nos cruzamos con varios visitantes que se quedan perplejos de ver por donde hemos alcanzado el castillo.
Pero ya que estamos dentro, hay que salir, ja ja ja. Menos mal que tenemos las llaves de la puerta y podemos bajar los escalones y disfrutar de nuevo de un suculento avituallamiento.
Y esto llega a su fin. Pero antes hay que bajar a Peñafiel. Bajada muy peliaguda con mucha tierra suelta y donde el desnivel es de vértigo. Vamos bajando cada uno como puede. Y por fin piso la carretera. Edu va un poco mas atrás por lo que mientras le espero aprovecho para hacerme una foto con el cartel de este pueblo vinícola.
Ya solo queda adentrarse en el pueblo y entrar en la plaza del Coso. Allí está situada la meta y hacemos entrada en ella. Depa nos recibe por el micrófono y paramos el crono en 4:52´.
Pues esto ha sido una nueva edición de la RRR donde cada año se va superando en número de corredores, en organización, en ambiente y en el buen hacer de todos los voluntarios.
Si no pasa nada, volveremos el año que viene a por la cuarta cosecha que hay que catarla, ja ja ja.
Voy a saludar a la otra Nanny y nos hacemos una fotillo para mandársela a la rubia. Después de tomarme la última copita de vino, toca volverse para Toledo.
Edu y yo después de casi seis horas juntos, nos separamos hasta la siguiente que nos volvamos a ver.
Enhorabuena a todos y felicidades a Terraincognita por hacer una prueba diferente y tan especial.
Hasta la próxima.
Capi
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