domingo, 20 de agosto de 2017

Maraton rio Boedo.

  Cinco años ya, viniendo a este maratón tan especial. Y es que este es un maratón muy muy especial. Alejado de las aglomeraciones y con un ambiente familiar.
  Allí plantamos la tienda, como en años anteriores. El sábado después de comer, una pequeña siesta con el ruido del río de fondo que es bastante reponedora.
  Ya por la tarde nos vamos a la zona de salida donde se están preparando los que van a disputar la media maratón. Allí me encuentro a Jose Vicente, a Rafa Sanjuan, A Enrique .......
  He de decir que también estoy inscrito a la media pero he decidido no correrla para mañana en el maratón estar un poco mas fresco. Aunque alguno me animara a hacerla, je je je.
  Por aquí también están, como el año pasado, Fátima y Rafa, de Ciudad real, dispuestos a dar guerra. Fátima quedaría primera y Rafa cuarto de la general, subiendo al pódium en su categoría.
  Después de esta tarde de ambiente atlético, hay que cenar algo y meterse en la piltra. Hace fresquete aunque no como años atrás.
  Llegó el domingo y a las 7:15 suena el despertador. Me acicalo y abrigadito me voy a recoger el dorsal de la carrera. cafetito en el bar y dejar la chaqueta en la tienda.


 
  Son menos cuarto y allí esta casi todo el mundo ya preparado. Pancarta nueva para esta edición. La verdad es que queda chula, je je je.
  Después de unas palabras de Gabriel, el organizador de todo esto y la cuenta atrás, da comienzo el maratón. Creo que somos unos 60 o 70 corredores. Casi todos conocidos de otros años.
  Mi intención es, ya que me conozco el maratón y su recorrido, y su calor, y...... de sobra, es intentar llevar mi ritmito de 5´el kilómetro lo mas lejos posible.
  Como siempre, una vueltecita por el pueblo para coger la carretera hacia Revilla de Collazos. En la salida del pueblo está Susana y Sonia con la cámara en mano. Que sorpresa. Yo creía que seguirían durmiendo.



 
  Saludos, fotos, choques de mano y a comenzar a devorar kilómetros.
   Todo recto y por el asfalto de la carretera hasta Revilla. Una laaaarga recta donde todavía vamos mas o menos agrupados aunque estirados. El día va a ser caluroso así que hay que beber desde el principio.
  Pasamos Revilla donde tenemos el primer avituallamiento. La hermana de Gabriel está en el punto donde nos tenemos que desviar para coger un camino. Con sus ánimos nos indica la dirección que tomar.
  Comenzamos la vuelta al pueblo. Esta es la primera vuelta de las tres que hay que dar, aunque esta es mas corta que las otras dos. De momento voy a buen ritmo. A unos 10 segundos por debajo de cinco.
  El regreso es por un camino donde me están dando retortijones. Creo que los donuts de chocolate del desayuno están haciendo efecto. Intentaremos llegar al pueblo para ver si alguien me da papel, je je je.

 
  Aquí adelanto a varios corredores. No se si es por ir con el culo apretado pero he aumentado el ritmo un poco. Al llegar a la entrada del pueblo, veo que Susana sigue allí esperándome. Al llegar a su altura le digo que todo bien pero que: -"Me estoy cagando".




 
  Je je je, se mea de la risa. Manda a Sonia a la tienda a por papel. Yo mientras con los carrillos pegados me dispongo a dar la vuelta por el pueblo para volver a salir de nuevo a la carretera. Y...... allí esta Susana haciendo fotos y Sonia con el rollo en la misma pose que tienen los que dan los bidones de agua a los ciclistas. El brazo en alto y el papel en la mano.




 
  Ufff, por lo menos voy a poder limpiarme, je je je. Le cambio el papel por una botella de agua que he cogido en el pueblo y a buscar un sitio cómodo para...ejem ejem.
  Pasa un kilómetro y o paro o esto se me va de las manos. Bueno, mejor dicho, se me va del culo. Localizo un grupo de árboles. Me quedan unos 200 metros para llegar a ellos. Mas no puedo apretar el culo. Me duelen hasta las pestañas de aguantar.
  Por fin estoy allí. Salto la cuneta y bien tapadito y a resguardo me pongo en posición y....... Lo que sale de allí y a la velocidad que sale, es digno de admirar. ¡¡Agggggg, que agustooooooooo!!.
  Después de abonar un poco el campo e intentar cerrar el ojete, pongo todo de nuevo en su sitio y vuelvo a la carrera dejando el papel en un pivote kilométrico por si alguien lo necesita.
  Ahora si que voy bien. Miro hacia adelante y veo que mientras disfrutaba del momento me han pasado varios corredores. Bueno, hay que volver a coger ritmo y comenzar esta nueva carrera, je je je.
  No tardo en volver a los ritmos de antes de la cagada. Será por que voy mas suelto, je je je. La larga recta se presenta ante mí y poco a poco me acerco a los corredores que me pasaron antes. Llego a Revilla de Collazos y cojo una botella de agua y un aquarius. hay también plátano pero de momento voy bien así.
  Ahora tenemos delante otra larga recta hasta llegar a Collazos de Boedo donde después de pasar por el pueblo cogemos un camino que no soltaremos hasta la entrada al pueblo que ha sido punto de asentamiento y partida del maratón. Báscones de Ojeda.
  En este tramo el cual el año pasado se me hizo bastante largo, adelanto a varios corredores, nuevamente. Aquí si no has regulado bien, puedes pasarlas muy canutas. Son unos siete kilómetros donde vas tu con tu mecanismo y según vaya dicho mecanismo, así será la pesadilla, je je je.
  Esta vuelta se me ha hecho bastante llevadera. En la entrada me cruzo con Enrique que ya ha comenzado su última vuelta. le saludo y vuelvo a pasar por el pueblo donde en el avituallamiento varios corredores están parados bebiendo y comiendo. Yo decido coger solamente una botella de agua y no parar nada mas que a saludar a Susana y los peques.





 
  Voy muy muy muy bien. pero me queda la última vuelta. Unos 15 km de soledad y calor. Veremos si podemos continuar con el plan establecido al principio.
  Comienzo a devorar kilómetros de asfalto en esta carretera larga y peraltada a los lados donde tienes que ir buscando el mejor sitio en cada momento para intentar no ir torcido, ji ji ji.
  Voy muy concentrado pero en un momento dado levanto la cabeza y la vista se me va directa al pivote donde dejé el papel en la vuelta anterior. Allí sigue, todo blanquito y enrolladito. Me mira con cara de pena. Me dan ganas de volver a utilizarlo y volver a sentir el placer de quedarme agustito. Me lo pienso dos veces, pero decido no parar. Creo que puedo esperar a llegar a meta. Además en la parada anterior perdí todo el tiempo que fui ganándole al crono en los primeros kilómetros y que tanto cuesta recuperar.
  Dejo allí el papel por si alguien lo necesita y me dirijo al siguiente pueblo con paso firme. Cuando llego a Revilla veo a Enrique parado en el avituallamiento. Mientras cojo la botella de agua le pregunto y me dice que lleva ampollas. Pues nada, despacito y que te vayan dejando correr para llegar a meta. Me despido de él y continuo dirección Collazos.
  En este tramo adelanto a otro par de corredores que van a ritmo controlado. Y casi sin darme cuenta paso por Collazos y comienzo la larga senda de vuelta a Báscones.
  Estoy consiguiendo llevar el ritmo por debajo de 5 minutos el kilómetro. Voy bastante bien y espero no dejarle. A falta de unos 5 kms adelanto a un corredor que me dice que lleva calambres pero que va bien. Me despido de él y continúo dando zancadas.
  Por fin llego al último avituallamiento donde los voluntarios te animan a ritmo de megáfono. Dicen tu nombre mientras te jalean. Son la caña. Se aprenden tu nombre para, a su paso, animarte personalizadamente. Gracias chicos.
  Y... por fin veo el pueblo. Me queda algo mas de un kilómetro. Esto está rematado. Entro en el pueblo bajo los aplausos del publico asistente. Encaro la recta de meta donde hay mucho gente animando y donde me esperan Alvaro y Sonia para, como en años anteriores entrar en meta.






 
  Veo a Susana inmortalizando el momento mientras entramos en meta con la mayor de las sonrisas. Pues objetivo cumplido. 3 horas y 29 minutos. Muy buena marca para ser una carrera que hacer en solitario y donde lo mas fácil es ir perdiendo tiempo en cada kilómetro haciéndose muy difícil llevar un ritmo hasta el final.
  Mientras hablo con Susana y los peques, me hidrato y vemos la entrada de los corredores que siguen entrando.



 
Entra Enrique con los pies bastante doloridos y le doy la enhorabuena.

 
  Pues toca ir a cambiarse y a recoger las tiendas y bártulos hasta que llegue el último corredor y se den los premios.
  Ya estamos todos en meta y comienza la entrega de trofeos. Cuando llega mi categoría: -Sorpresa. He quedado el tercero de la mía. Pues nada a subir al cajón que para eso me lo he ganado, je je je.
  Que bien se ve desde aquí arriba. No deja de ser algo anecdótico, pero bueno, un poco de ilusión le hace a uno estar entre los tres primeros...



 
  Susana me felicita muy efusivamente, je je je, mientras nos dirigimos a las mesas donde nos han preparado la suculenta paella de verdura.
  Pasamos un muy buen rato junto a Jose Vicente, Rafa y la compañía femenina. Terminado el postre nos hacemos una foto para el recuerdo y cada uno emprende el viaje de regreso a casa.

 
  Como sie3mpre ha sido un gran fin de semana compartiendo zancadas y arroz con buenos amigos. El año que viene más y mejor, seguro.
  Muchas gracias de nuevo por estar ahí. Hasta la próxima.
 
    Capi
 

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