sábado, 13 de mayo de 2023

Maratón desafío Galayos

    Después del gran sabor de boca que nos ha dejado la Transvulcania hace una semana, me desplazo, esta vez en solitario, para Guisando. Pueblo de la sierra de Gredos donde se realiza esta carrera de montaña. Varias distancias para elegir. Pero como casi siempre, opto por la distancia larga. El maratón. 

   Un maratón que no deja indiferente a nadie. Bastante exigente por sus 3300 metros positivos que se hacen casi en su totalidad en dos subidas. La del Cervunal y la de la Mira.

   Por la mañana tempranito me dirijo hacia este pueblo. He de decir que el año pasado la hice junto al Tiri y Txule, por lo que ya he sufrido en mis piernas la dureza de la prueba.

  Allí mientras recojo el dorsal, me encuentro a varios toledanos. Con ellos charlo animadamente. Últimamente nos encontramos en muchos saraos, ja ja ja. 


  A las 7 me dicen que abre un bar de la plaza, pero hoy el jefe parece que se ha quedado un poco mas en la cama. Decido ir a cambiarme y prepararme para la carrera y tomármelo después, si es que está abierto, claro.

 Pues si, vuelvo a subir a la plaza, ya con todo preparado y el bar está en pleno rendimiento. Me tomo el cafetito y faltando 15 minutos escucho la charla técnica del organizador. Últimos detalles y consejos para la carrera.


  Mientras espero pacientemente que pasen los minutos y lleguen las 08:00 de la mañana, hablo con Susana un poco. También aparece Josera por allí. Una fotillo y otra charla para contarnos cosillas.


 Pues nada, esto está apunto de comenzar. La hora ha llegado y comenzamos a correr estos primeros metros de la carrera. Esto si que cumple la tradición. Dese el primer metro ya estamos subiendo.

  Todos vamos corriendo, pero creo que es por la inercia, por que en nada nos tenemos que poner a andar que las piernas se ponen duras rápidamente.

  Nos dirigimos al pico Cervunal.  7, 5 km de continúa subida donde nos metemos mas de 1300 metros positivos. No está mal para comenzar a calentar el cuerpo.

  Hoy decido ir un poco tanteando las patas. La Transvulcania está ahí, así que a ver como van reaccionando y en función de eso ya veremos lo que podemos apretar.

Bastones al canto y a subir. Primer tramo muy pedregoso, como es lógico en Gredos. pero según subimos aparecen los piornales y el terreno muy inestable donde al pisar no sabes lo que te vas a encontrar debajo. 

  Pasamos un tramo entre matorrales que nos llegan a la cintura y donde casi tenemos que ir apartándolos con las piernas. Creo que van a salir bastante perjudicadas las piernas por los arañazos, ja ja ja.

  Pero la cosa se complica cuando tenemos que dejar paso a los primeros que ya vienen de vuelta. La subida y la bajada se hace por el mismo sitio y estas situaciones son algo complicadas. De hecho, al dejar pasar a un corredor, me caigo encima de los matorrales y es que aquí solo hay sitio para uno, je je je. Lo bueno y por lo que me gusta tanto la montaña, es que aún yendo el tercero, el corredor se paró a ayudarme y hasta que no le dije que estaba bien y se marchara, estuvo pendiente de mí. Esto es compañerismo. Esto es montaña. ¡Olé!

  Cada vez nos vamos cruzando mas corredores. Nos vamos cediendo el paso unos a los otros. Hasta que se abre un poco el terreno y desaparecen los arbustos. Tenemos la cima a pocos metros y me cruzo con Joserra que comienza la bajada.

  Allí tenemos a dos voluntarios con una bandera de España bien hermosa. Hay que tocarla para empezar a bajar. Cada uno tiene sus manías, y yo no puedo solo tocarla. La toco y después de besarla comienzo la bajada. Los voluntarios son dos G. C. que te animan sin cesar.

  La bajada, aún siendo por el mismo sitio, cambia una barbaridad, ja ja ja. Mucho peor que subir por este terreno tan inestable y traicionero de los piornales. Con mucho cuidado voy descendiendo y hablo con varios corredores que están sentados y que se han doblado los tobillos. Dicen que van a bajar despacito y que nos vayamos. Que faena, pero es que el terreno está para eso, para meter el pie en un agujero tapado y joderte el tobillo. Después de animarlos y ellos darnos las gracias, continuamos el descenso. 

  Muy tranquilo y con mucha prudencia y seguridad entramos en el camino pedregoso. También bastante jodido para los tobillos, pero algo mas corrible por la visibilidad.

 Esto te va minando los cuádriceps. Hay que ir reteniendo una barbaridad, pero bueno, con paciencia y sobre todo con prudencia.

  Una vez abajo, enlazamos para llegar al Nogal del Barranco donde tenemos un avituallamiento. Aquí está Joserra haciendo uso de él. Yo también me parao un rato para hidratarme y coger provisiones para el siguiente tramo. Así, salgo antes de mi compi y me dispongo a subir los Galayos. Mi objetivo mas inmediato es el refugio Victory. 

  Uff, que lejos se ve. Y las zetas esperándonos con entusiasmo. Poco a poco vamos ascendiendo. Que lejos se ve todo. Y más si subimos un poco más la vista hacia la Mira, ja ja ja.

  Este tramo nunca defrauda. Es espectacular. Duro, pero merece la pena. Las zetas son una pasada. Y estas las voy sufriendo y disfrutando a partes iguales. 



  Joserra me va siguiendo los pasos junto con Natalia que ha venido con él, pero solo a hacer este tramito. Y así llegamos al Victory. Charlo con Natalia un poco mientras rellenamos un bidón de agua y tomamos unas chuches.

  Pues nada, vamos a conquistar la Mira. Esta vez detrás de Joserra y Natalia, voy ascendiendo por las piedras típicas de Gredos. Hasta llegar al tamo de piedras enormes por las que vamos pasando y donde Natalia se despide de nosotros.

  Según nos acercamos a la Mira, va descendiendo la temperatura. Ayer estuvo nevando y está todo helado. Además aquí sopla un poco de aire y la sensación térmica es de muy poco grados.



   Ya en la mira, y muy rapidito, nos hacemos una foto para demostrar que hemos llegado hasta aquí, je je je. Y sin tardar mucho nos lanzamos hacia abajo sorteando las piedras tan características de la zona.

  Tramo bastante pestoso con sube y baja para llegar al puerto de Peón. Aquí mío compi se ha despegado y se ha ido hacia adelante. Yo aguanto un poco más y decido ir con algo mas de cautela.

 Cogemos dirección Domingo Fernando. Voy detrás de otro corredor con el que voy charlando y así nos vamos haciendo un poco de compañía.

  Y llegamos al avituallamiento donde está Joserra apunto de salir y donde me encuentro a un amigo fondista Toledano. Ha venido ha hacer la media maratón y la pierna no le deja continuar. Mientras charlo con él aprovecho para comer y beber.

  Me despido de él y junto con el corredor de antes comenzamos la última larga subida. Cruzando un riachuelo seco varias veces. Luego una zona que está volviendo a resurgir después de un incendio para llegar al descenso bastante técnico que nos llevará directos al Nogal del Barranco, de nuevo.

  Ya solo queda rematar los últimos tres km para llegar a meta. Paso por el camping, el aparcamiento y ya en las calles de Guisando corro por sus calles empinadas, esta vez hacia abajo, derecho a la plaza.



  Y después de 7 h y 32´, paso por el arco de meta. 



  Muy contento con mi actuación y sobre todo por la respuesta del cuerpo. Esto marcha y vamos asimilando de lujo los km y el cansancio de las carreras y entrenos.

  Un poquito de comida final y ultimas charlas antes de emprender el viaje de regreso.

  Esto marcha.

 Go Go Go

   Capi

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