Otro año más volvemos a este ultra situado en Cáceres. En un pueblo llamado Torrejoncillo. Esta vez lo hago en solitario y como viaje exprés. Dentro de dos semanas tengo el GTP y necesitaba hacer una prueba de este tipo para ver un poco el estado de forma.
Esta prueba ya la he hecho en un par de ocasiones. El año pasado viene con Txule y la distancia era ultra. 52 km. Este año la han bajado a maratón. Que aunque parece que es mejor, al mantener e incluso aumentar un poco el desnivel positivo, seguramente sea bastante mas exigente.
Tempranito me dirijo al pabellón de Torrejoncillo. Sitio donde aparco y desde donde nos recoge un autobús a las 07:00 para llevarnos a la salida que está situada en un pueblo a 8 km. Portezuelo. Luego la meta si que está en Torrejoncillo. Y así, después de dar una cabezadita en el autobús y ya preparado para la carrera, llegamos al pabellón de Portezuelo.
Recogida del dorsal, ajuste de material y después de unas autofotillos , pasamos el control del material. Hoy refresca así que manguitos y cortavientos. También una foto con el castillo de fondo al cual vamos a subir en los primeros km.
A las 08:00, se da la salida de la prueba. Ya hay algo de luz. Primer cuestón nada mas la primera zancada. No me pongo a andar por vergüenza, ja ja ja, pero es lo que me gustaría en este momento. Antes de llegar al km 2, ya hemos subido al castillo. Buen calentón para comenzar y despertarte, si es que aún sigues un poco dormido, ja ja ja.
Descenso por una vereda pedregosa, como todo el recorrido de esta zona, en el que ya voy sintiendo los arañazos en las piernas. Ya avisaron que era recomendable llevar medias o mallas largas, pero yo soy un machote, ahora me tengo que joder....Por listo.
Después de esta bajada para relajar un poco las piernas del primer calentón, tenemos una zona nueva de este año. Una subida entre vegetación salvaje y con alguna trepada que hace aumentar considerablemente el desnivel positivo y el dolor de patas.
Y después de un tramo por una senda, se me presenta el famoso "Tobogán". Bajada y subidas por un cortafuegos que ya si que te va poniendo a prueba de verdad.
Esta zona es lo que tiene. Cortafuegos y mas cortafuegos. Subidas no muy largas, pero con un desnivel que te deja clavado en el sitio.
La bajada hay que hacerla con tiento que hay mucha piedra y tierra suelta, pero la subida es para cagarse. Ufff, que calentitos llevo los gemelos. Y lo peor es que se mas o menos lo que me queda y es bastante duro.
Pasado este "Tobogán", encaramos otra subida donde hay que ayudarse con las manos en bastantes zonas. La Silleta te pone en tu sitio. Pasito a paso voy ascendiendo y corono ya con algo de calor, aunque lleva soplando el aire toda la mañana.
Y por fin llego a las antenas de la Silleta con su vértice geodésico. No dudo en comer algo y rellenar bidones, y por su puesto hacerme una foto con el vértice de fondo.
Por aquí es la segunda vez que pasamos. La anterior nos desviamos un poco antes del vértice para hacer un bucle y tras pasar por el mencionado "tobogán", volvemos a subir la Silleta hasta el avituallamiento situado en las antenas y continuar el recorrido.
Siempre en terreno pedregoso difícil de correr, también por los arbustos que siguen arañando mis piernas, nos dirigimos a Cañaveral, donde pasamos por sus calles. Una bajada de cemento bastante dura donde hay que ir frenando, nos da acceso a la entrada del pueblo.
Aquí mientras me animan los espectadores, se me tira un perro a las piernas, ladrándome. Me paro por que veo, o que me tira o que me muerde. Joder, miro a los que allí estaban y les hago señas de: -"Pero bueno, aquí que pasa". Hasta que el dueño le llama y después de hacerle un gesto con la cabeza, continuo corriendo por que encima voy a tener líos con el dueño.
Pues nada, salgo de Cañaveral y de nuevo a subir. Ascenso duro por la vereda del Clavel. Ahora tenemos un poco de respiro para ir descendiendo hasta el avituallamiento del km 25.
He pasado el km 21 en menos de tres horas, con un desnivel positivo de más de 1200 metros. Bastante exigente esta primera mitad de la prueba.
Tras para en el avituallamiento, tenemos una subida brutal. El cortafuegos del Brezal. Aquí tengo la compañía de otros tres corredores que van con la cabeza agachada intentando no ver lo que tenemos por delante. Muy duro y muy difícil de pisar este cortafuegos. No hay sitio bueno, todo está muy muy roto y con mucha piedra entre la tierra suelta, lo que hace que los resbalones sean constantes.
Tras coronar este terrible cortafuegos, continuamos por una vereda que nos va a llevar directos a la Cuchilla. Uff, esta también tiene su miga. Aquí ya rematas lo que te queda de patas. Tenemos varias trepadas aunque si quieres puedes ir a cuatro patas toda la subida.
Aquí tenemos aun fotógrafo que nos saca en pleno esfuerzo y con el que charlo un rato. Me enseña en el móvil donde estamos y el perfil de lo que nos queda. Joder, lo que llevamos y lo que queda aún. Para ponerse a llorar, ja ja ja.
En este tramo adelanto a tres corredores que se paran en varias ocasiones a tomar aire. Yo continúo para arriba sin mirar por que quiero terminar la subida cuanto antes. después de coronar, cojo un poco de aire y ya, por una vereda peraltada que no deja correr cómodo, desciendo hasta el manantial del Brezal donde tenemos otro avituallamiento.
Un poco de respiro no me viene mal. Relleno bidones, unas gominolas, chocolate y un par de vasitos de Coca cola no me vienen nada mal.
Después de un poco de falso llano algo más corrible y un último tramo en bajada por una vereda entre arbustos altos, llego al monasterio del Palancar. Paso por este bello paraje entre los aplausos de los que estaban visitando este edificio. Un poco de ánimo nunca viene mal, je je je.
Llevo unas pocas horas corriendo en solitario. Únicamente me encuentro con corredores en el camino, pero dura poco su compañía. ya sea por que me pasan a mí o por que los paso yo a ellos.
Comienzo a correr campo a través unos km para enlazar con un camino que me llevará por las dehesas. El reloj me pita el km 29. Miro y llevo mas de 2000 metros positivos. Casi ná. y todavía me queda tela que cortar. Hablo con Susana un poco. Me da muchos ánimos que me llenan las baterías de energía. TQTAGMG.
El camino por las dehesas es super chulo, eso sí, todo el camino con continuos sube y bajas. Paso por algunas granjas bajo la mirada de los cerdos tumbados plácidamente al sol.
En este tramo cojo a dos corredores que dicen que van con calambres en los aduptores. Me quedo con ellos un rato para tener un poco de conservación, pero no tardando mucho los adelanto por que se ponen a andar varias veces y yo de momento todavía continuo corriendo.
Llegamos, por un sembrado a la carretera la cual pasaremos por debajo por unos túneles estrechos y bajitos que nos hacen ir agachados.
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