domingo, 21 de diciembre de 2025

Maraton Clandestino

     Este va a ser el último del año. Un maratón hecho por Ray, donde pone todas sus ganas y su ilusión en pasar una mañana haciendo lo que más nos gusta.

  Por la mañana, junto a Cesar, Ivan y Lorena, nos vamos Susana y Yo para Campo de Criptana.  Un suculento desayuno para coger fuerzas y nos vamos a los molinos para recoger los dorsales.



  Pufff. Menudo día se ha levantado. Y aquí en esta zona, además de muchísimo frío y algo de lluvia, hace un viento gélido que te deja pajarito. Como nos dijo un compi de allí, "por eso están aquí los molinos, ja ja ja". Por el aire que hace.



 Pues nada, está todo el mundo metido en los coches. Hay que pensárselo mucho para salir. Pero de momento tenemos que ir a por los dorsales. Es la primera toma de contacto con la cruda realidad. Hoy va a ser un día duro. 

  Recogemos los dorsales junto a uno de los molinos donde los voluntarios han encontrado un poco de resguardo. El arco de salida y meta es imposible montarle. Vamos a salir volando como esto diga así.

  Nos metemos en el coche para prepararnos. Por el camino algún corredor nos pregunta que si se va a suspender la prueba. No creo   le decimos. Ya cada uno es libre que hacer lo que quiera.



  Susana y yo nos cambiamos y decidimos ponernos una térmica debajo de la camiseta. Manguitos térmicos y el impermeable. Susana también opta por el pantalón impermeable para no perder mucha temperatura.

  Ufff, que perezote que da salir del coche. Pero solo faltan 5 minutos, así que vamos a ver que se cuece en la zona de salida. 

  Muchos son los que deciden quedarse en el coche y no salir. La verdad es que hoy es para pensárselo y mucho. Bueno, nosotros vamos a ver que pasa y según veamos vamos haciendo. 

  En la salida hay bastante gente. No creo que lleguemos a 150, aunque había apuntados más de 300. Hoy el tiempo ha echado para atrás a muchos corredores. 

  Que frío, que aire y que ganas de ir de nuevo al coche. Pero aquí estamos Iván, César, Susana y Yo preparados por lo menos para tomar la salida. Y mencionar a Lorena que está aguantando el chaparrón para despedirnos e inmortalizar los momentos tan duros de hoy.

  Ufff, vamonos que nos vamos a quedar entumecidos. Como se nos meta mucho el frío y la humedad en el cuerpo, luego no nos vamos a poder recuperar. Y.... Por fin la salida.



  Allá vamos los valientes de hoy. Por que hoy lo fácil y hasta lo lógico era quedarse en los bares de la zona tomando algo caliente. Nosotros somos de comenzar y según vayamos viendo o teniendo según que sensaciones, ir labrando el futuro. 


  Lo más duro de la mañana van a ser los primeros kilómetros. Está lloviendo con fuerza y hace muchísimo aire por lo que que las gotas heladas, se te clavan en la cara, piernas o lo que lleves al descubierto. 

  Algunos van un poco de lado por que no llevan gorra que les proteja un poco la cara. Madre mía que comienzo de carrera. 

  A todo esto hay que sumarle que al coger los caminos por los que discurre el trazado, esta bastante embarrado y resbaladizo.




  Está primera vuelta de 10,5 kilómetros se hace muy dura. El tiempo no nos da tregua. Alguno dice que vayamos todos juntos para resguardarnos. Je je je, no es mala opción. 




  Juntos los cuatro Toledanos vamos haciendo camino. También se une a nostros un rato el artifice de la carrera. Ray va charlando con Susana sobre el nuevo maratón de Toledo. Despejando alguna duda que otra. 




  Después de los continuos sube y bajas, y de pasar el avituallamiento, comenzamos la bajada que nos enlaza a un carreterin asfaltado con sus correspondientes falsos llanos.

  Luego, tenemos la temida subida por las calles  del pueblo para llegar de nuevo a los molinos. Una vuelta  donde tenemos un poco de todo. Muy entretenida, la verdad. 

  En el paso por meta, completamos estos primeros 10,5 kilómetros. Allí reponemos líquidos y algo de fruta y gominolas. Iván  y César deciden terminar aquí su entreno. Les cuelgan en el cuello la medalla tan merecida en el día de hoy.  Bueno, nos despedimos de ellos y Susana y Yo comenzamos la segunda vuelta. 

  Hemos visto a muchos corredores que ya se han quedado aquí. La verdad que el tiempo sigue sin acompañar. El frío es intenso y a muchos se les ha metido hasta en los huesos. 

  Nostros vamos a ir paso a paso y veremos como sa va desarrollando la cosa. Comenzamos esta segunda vuelta, todavía con algunos compañeros de viaje. Aunque me da que vamos a quedar muy pocos. 

  Estos segundos 10,5 kilómetros van a pasar bastante rápido. En el avituallamiento del 5, nos paramos un ratillo para hidratarnos bien, tomar sales y mandarinas. Aquí los voluntarios se han montado un parapeto con una carpa y dos furgonetas para pode aguantar el tirón. Mil gracias a todos ellos por que se van a tirar 5 horas bajo este temporal y además con una alegría y una simpatía que es de agradecer. 

  Venga, llegamos de nuevo a los molinos. Llevamos media maratón. Hemos cogido buen rirmito y parece que el viento se está aplacando un poco. De nuevo volvemos a tomar el refrigerio. Un poco de Coca-Cola, aquarius, mandarinas, galletas, gominolas y alguna cosilla más. 



  Con los ánimos de todos los que están allí, comenzamos la tercera vuelta. Ahora si que vamos solos. Ya va quedando poca gente en carrera. Nosotros seguimos con nuestra historia, que no es otra que intentar terminar el maratón. 



  Le digo a Susana que esta vuelta es la clave. Aquí tenemos que intentar llevar el ritmo consntante para llegar con tiempo suficiente a realizar la última vuelta. 

  El terreno sigue estando bastante escurridizo y no deja en muchas zonas traccionar bien. Además en alguna curva hay bastante barro por lo que tenemos que abrirnos y pisar muy muy despacio para no patinar. 

  Pasamos por el avituallamiento de mitad de vuelta y volvemos a charlar un poco con los voluntarios. Nos animamos mutuamente y a continuar. Antes de irnos, le pregunto si somos los últimos. Me responden que no, que hay dos corredores todavía por detrás. 

  Seguramente y pensando, se de quien se trata, pero no puedo estar seguro. En fin, esperemos que vaya todo bien y lleguemos a meta en buenas condiciones. 

 Ahh, nos han sacado una caja de pastas. Uff, llevamos la boca y la garganta para meternos una pasta. Susana decide no coger, pero yo por no hacerles el feo, engullo una de chocolate que me sienta de lujo. 

  Por fin llegamos a la subida de los molinos. Allí está Iván dándonos ánimo mientras nos graba. César y Lorena también nos aplauden. 

  Iván le pregunta Susana si va a continuar. Ella le responde que lo va a intentar. Je je je. Como lo sabia yo dice riéndose. Jajaja. 




  Bueno, por tercera vez pasamos por meta. Allí nos esperan para colgarnos la medalla, pero les decimos todavía no, que vamos a por el maratón. 

  Mientras nos avituallamos, charlamos con Ray y algunos voluntarios sobre el día que está haciendo. Yo les digo lo mismo que a todos. Si jugamos al aire libre, es lo que tenemos. Si no me gustase, jugaría a otro deporte que fuera en un pabellón, en sala, o en cualquier sitio cerrado y alejado de las inclemencias meteorológicas. 

  En fin, decidimos hacer la cuarta y última vuelta. Llevamos 31,5 kilómetros. Vamos a por ello. 

  A partir de aquí me toca echar cálculos. Muchos cálculos para llegar a meta dentro del tiempo máximo permitido que son 5 horas. 

  Llegamos margen de sobra, pero no hay que entretenerse por que tampoco nos sobra tanto. 

  Así voy animando a Susana que ya va un poco cargada. Bastante bien va para cascarse un maratón así sin pensarlo. 

  Nada, solo queda ir descontando e ir llevando un ritmo cómodo, aunque a estas alturas ni andando se va cómodo, ja ja ja. 

  Volvemos a pasar por el avituallamiento. Última vez que los vamos a ver. Susana decide no parar y sigue de largo. No quiere perder ni un segundo, que luego nos puede hacer falta. Bueno, pues yo decido parar y llevarla un poco de Aquarius y fruta. 

  Venga Mon amur que ya estamos en la bajada. Aquí hay que estirar las patas aunque duelan. Hay que ir soltando brazos y respirando hondo. 

  Bueno, pues cogemos el carreterín asfaltado. Estamos a 3 kilómetros de meta. Tenemos algo más de media hora. Tiempo suficiente para entrar en tiempo. 

  Que grande. No deja de correr en ningún momento aunque ya va bastante castigada. El tiempo, aunque no lo creamos, nos ha metido una buena paliza. Pero aquí estamos  a falta de 3 kilómetros de completar otra aventura y una hazaña en toda regla. 

  Nos pita el kilómetro 41. Tenemos. Por delante toda la subida de los molinos. Pero sabemos que es la última. Que llevamos tiempo de sobra y que lo vamos a conseguir. 

  Venga Susana que hoy si que te lo has currado. Que fuerza y valentía tienes, copón. Que dureza de cuerpo y mente. Hemos hecho más de 20 kilómetros en solitario bajo un día adverso y aún así has decidido dar las cuatro vueltas. Hoy me vuelves a dejar sin palabras. 

  Y por fin, llegamos al parking donde hemos dejado el coche esta mañana. Nos quedan 300 metros. Nuestros amigos de viaje nos están esperando y nos animan y aplauden sin parar. 

  Susana, lo has conseguido. Menudo carreron te has marcado. Contra el tiempo y el crono y aguantando a este pesado que no te deja de hablar. 




  Venga, pasemos por meta de la mano y rematando la mañana con Un besazo. 

  4 horas 53 minutos. Al final nos ha sobrado Muuucho tiempo. Ja ja ja. Enhorabuena mon amurrr. Sin palabras me dejas. 

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  Aquí por fin, nos cuelgan la medalla. Ahora si es nuestra. Un abrazo con César e Iván que se alegran mogollón y un beso con Lorena, por su puesto. 



  Pues nada, unas palabrillas con los voluntarios y con Ray mientras nos comemos un pan tumaca, fruta y nos hidratamos por dentro que por fuera ya estamos, ja ja ja. 

  Alli eatan también varios compis del club 100 maratones con los que charlamos y nos hacemos una foto para el recuerdo. 



  Y por allí andan las mujeres de los dos maratonianos que faltan. Mario y Pepe. A ellos les doy la enhorabuena a su entrada en meta. 

  Hoy ha sido un día difícil donde tendríamos que estar más de 300 corredores en la línea de salida, pero creo que no llegaríamos a 150. Muchos se han levantado y al ver la que caía, ni han venido y otros han decidido no salir aún estando aquí. 

   Y al final, en la distancia maratón hemos terminado 8 corredores. Y solamente 1 mujer. Merito increíble el de todos ellos, pero hoy hay que felicitar a la única mujer que bajo las inclemencias ha decidido completar la distancia. 



  Susana, eres enorme. Mis felicitaciones. Así es como se gesta una guerrera para luego poder completar las carreras de ultra distancia. Un maratón difícil, donde la cabeza hoy ha sido primordial. Ole ole ole. 

  Pues nada, con la medalla en el pescuezo nos despedimos de todos y nos vamos a cambiar que ahora si, nos estamos quedando helados. 

  Que tiritera en el coche. Hasta que se calentó un poquito el ambiente y pudimos entrar en calor.

  Solo nos queda una cosa. Meternos una buena comilona en el bar Rafa de Campo de Criptana. Que ratillo más bueno pasamos allí, ehhh compis. Ja ja ja. 

Esto es lo mejor de todo. Los buenos ratos y momentos que pasamos juntos. Felicidades a estos dos bicharracos con los que comparto alguna aventura que otra, sobre todo en bici, donde son unas auténticas bestias. 

  Y gracias a Lorena por apoyarnos siempre que puede, bajo el sol, la lluvia, el viento o lo que haya, siempre con su sonrisa y simpatía. 

  Y por último vuelvo a felicitar a la guerrera en el día de hoy. FELICIDADES Mon Amur. TQTAMGM 

  Por mi parte, me llevo la maraton 182. Otra muesca más para el marfil que hace ir subiendo el contador numérico y de experiencias, vivencias y aventuras. 

  Esto continúa. 

  Capi

 

  

  

  

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