Huy huy huy, en que berenjenal me he metido. Como en otras ocasiones, esta es una carrera que todos te dicen que hay que hacer si o si.
El valle de Tena. He estado una vez, pero de turisteo y haciendo alguna rutilla por Panticosa, pero no mucho más.
El caso es que mirando los inscritos 5 días antes de la carrera, vi que había para la distancia de 8k (82 kilómetros), 140 inscritos. El Lunes terminaba el periodo de inscripción. Tenía un par de dudas y mandé un correo a la organización para resolverlas.
Me contestaron el martes resolviéndomelas y dejando la puerta abierta para poder inscribirme. Pero el plazo se había terminado. Así, les contesté que muchas gracias pero que ya estaban cerradas las inscripciones. Mi sorpresa fué cuando me mandaron un código de inscripción para poder realizarla.
Joder que dilema. Lo pensé un rato. 82 km con 7000+ en los pirineos, no es cualquier cosa. El verano para entrenar no ha sido lo mismo. Pero era una oportunidad de conocer esa zona y la carrera.
Después de hablar y consensuar con Susana, me inscribo.
Toca planificar toda la logística. Todos los alojamientos completos me lo ponen un poco más difícil (cosa que me encanta), ja ja ja.
Pues nada, la decisión final es cambiar el turno en el curro y trabajar de mañana (yo estaba de tarde). Muchos cambios en muy poco tiempo. Veremos al final como se da la cosa.
Dos días tengo para preparar todo. Mucho material, mirar un poco el recorrido (cuanto más lo miro y remiro más nervioso me pongo), bolsas de vida, el tiempo que va a hacer........
El viernes a las 05:00, suena el despertador. A currar se ha dicho. Me voy a laborar con, creo que todo preparado meticulosamente y al detalle para que no falle nada.
A las 14:00 llego a casa donde Susana me tiene preparado toda la comida, bebida y demás cosas para estos días. Y a eso de las 14:30 me despido de ella y emprendo la aventura, esta vez en solitario. Que difícil se va a hacer. Con lo bien que vamos siempre los dos juntos.
Como algo por el camino y a eso de las ocho de la tarde estoy aparcando en Panticosa. Como lo tengo todo preparado, no tengo que pensar mucho. Así que cojo las dos mochilas con todo y me voy a por el dorsal.
Por el camino me encuentro a Chito, el speaker de la carrera. Hablo un ratillo con el y me pregunta que cual distancia voy a hacer. Como si no lo supiera él ya, je je je. La 8k le respondo. Me mira y me dice: "Esa es un hueso duro". Pufff, solo puedo contestarle: "Habrá que intentarlo". Que nervios, por Dios.
Ya en el colegio y después del control exhaustivo de todo el material, por parte de la organización, en el que no tengo ningún problema, recojo el dorsal y me ponen en la mochila el chip y el GPS.
Luego entrego la bolsa de vida para el km 56. Se puede dejar otra en el km 24, pero aquí decido no dejarla.
Paso por la zona de salida y meta, donde en pocas horas voy a estar de corto para enfrentarme a esta nueva aventura.
Me voy despacito hacia el coche y hago la mochila con todo el material exigido y que me han revisado hace un rato. Preparo meticulosamente todo para mañana y decido cenar.
Es pronto todavía, pero he madrugado esta mañana y quiero dormir lo máximo posible. Mientras ceno hablo con Susana y me despido de ella hasta mañana.
Preparo mi alojamiento en el coche y a eso de las 22:30, estoy metido en saco. No tardo en dormirme. Y sobre las 03:00, me despierto por la lluvia que cae sobre el coche.
No me lo puedo creer. Si daban que iba a estar despejado y sin lluvias. Joder, no hay cosa que más me de por saco, que empezar una carrera lloviendo. Pero dura poco y rápido me vuelvo a quedar sopa.
A las 04:10, suena el despertador. Uff, estaba en lo mejor, ja ja ja. Desayuno sano y abundante que me ha preparado Susana. Con cafetito y todo. Si es que es la más mejor.
Me cambio, último detalles y dejo que el corazón palpite a su antojo. Se está poniendo nervioso. Y yo un poco más.
Miro una y otra vez el croquis que me he hecho de la carrera, con el perfil y todos los datos que necesito.
Miedito me da, ja ja ja.
A las 05:00 es la salida. Ya estoy en el corralito. Al entrar me piden el frontal, la luz trasera y me hacen una X en el dorsal para identificar que llevo bastones. Si sales con bastones, es obligatorio volver con ellos.
Dentro del cajón somos 141 corredores. Y otros cuantos que van a hacer la distancia en la modalidad de relevos.
Bueno, pues que pocos minutos. Unos pequeños saltitos para soltar adrenalina y a esperar la cuenta atrás.
Al final esta el cielo estrellado y no hace mala temperatura. Decido salir con la camiseta del equipo y manguitos.
Enciendo el cronómetro y descargo el track de la carrera, que es otro requisito obligatorio.
Chito no deja de animar el cotarro por el micro. Los nervios y las pulsaciones comienzan a subir vertiginosamente. Y por fin comienza la cuenta atrás. Son diez segundos, pero parecen un mundo.
Al llegar al cero, se sueltan los caballos. Frontales encendidos y a correr se ha dicho. Salida por el pueblo que incita a correr, pero donde tienes que tener cabeza fría y sujetarte que queda un mundo todavía.
Como dice el perfil de la carrera, no tardamos en comenzar a meter altura. La primera ascensión del recorrido. Un primer tramo de 7 kilómetros y 750 metros positivos. No está mal para calentar las patas.
Una senda llevadera donde el terreno no es muy cañero. Raíces, piedras y tierra es el menú.
Aquí ya me quito los manguitos por que hace muy buena temperatura y me caliento rápido.
Aquí ya nos vamos poniendo y situando con los que llevamos más o menos el mismo ritmo. Me pongo detrás de una chica que me lleva de lujo. Amaia es buena rueda para esta primera parte.
De vez en cuando conversamos, según nos va dejando el aliento, ja ja ja.
Llegamos al primer avituallamiento. El Collado Yenefrito. Rellenamos los bidones y a seguir subiendo. 3 km y 700+. Esto es un no parar.
Aquí ya se empieza a poner la cosa seria. El primer tramo algo más llevadero, para ir aumentando la pendiente poco a poco.
Continuo junto a Amaia y otros corredores. Me fijo que mi compañera resbala bastante en las piedras. Pero bueno, todos tenemos esos lances de carrera.
Llegamos al Collado Catieras y después de hacer un último tramo de ascenso, por fin una bajadita.
Ya se ha hecho de día y he guardado el frontal. Que gusto dejar de seguir la luz, ja ja ja.
Esto se acaba pronto y tenemos una subida que en el perfil se ve como un piquito, pero que no hace justicia a la realidad. ¡Menudo repecho!.
Comenzamos a subir. Sigo detrás de Amaia. Y en un escalón natural, mi compañera resbala al meter el tirón para subirle, con la mala suerte que choca con toda la espinilla en la piedra. Se raspa de abajo a arriba toda la espinilla.
Uff, que dolor. Su cara lo dice todo. Nos paramos e intentamos ayudarla. La miro y yo creo que veo el hueso. Eso empieza a sangrar. Un poco de agua y un pañuelo para limpiarse es lo único que podemos hacer.
Se queda un poco sentada reponiendose. Los demás continuamos el camino, aunque pronto volverá a ponerse a cola del grupo.
Lo bueno, entre comillas, es que va a relevos y ya tiene hecho la mitad más o menos de su tramo.
Pues nada, si soltar los bastones, llegamos a Brazato. Kilómetro 17. Llevo 4 horas y 9 minutos. Ya me voy dando cuenta que esto va a ser duro y largo. Lo bueno es que llevo en este avituallamiento, 51 minutos de margen para el corte que está en 5 horas.
Aquí repongo líquidos y como un poco de fruta.
Bueno, tengo por delante 7 km hasta Casa de Piedra, donde está el siguiente avituallamiento.
Comenzamos una buena subida de 2,5 kilómetros y 510+. Aquí no hay subidas tendidas, solo hay desniveles y pendientes muy muy exigentes.
Después de coronar el Collado Perforao, cojo aire y a por el descenso hasta Casa de Piedra.
El descenso es muy largo y chulo. Eso sí con mucha piedra, raíces y agua corriendo. Siempre haciendo cetas que te dejan mareado, jajaja. Aún así, controlo un poco que no quiero cargar mucho las patas y reservar lo que pueda los músculos.
Un corredor resbala y cae de culo justo encima de una piedra. Parece que se hace mucho daño, pero poco a poco se va reponiendo y continúa la bajada.
Ya en el avituallamiento, hago cálculos. Llevo 6 horas 19 minutos y 1 hora 11 minutos de margen con el corte que está en 7 horas y media.
Aquí me lo tomo con calma para comer y beber con tranquilidad. Este es un punto donde podíamos dejar una bolsa de vida, pero yo no he hecho uso de ella, así que nada.
Llega el corredor que se cayó y me dice que, bueno, que lleva bastante dolor del golpe, pero que cree que no se ha hecho nada serio.
Relleno bidones y como fruta, sándwich de nocilla y caldo al que le hecho arroz convirtiéndolo en una sopa. Buahh, que bien me sienta. También hay pasta, frutos secos.... Y gominolas que por supuesto cojo un puñao.
Miro mi perfil personal y veo que ahora tenemos un tramo serio. Muy muy serio. La subida al Garmo Negro. 5 km con casi 1500 metros positivos.
Venga, al lio. Lo primero que tenemos es una senda bastante llevadera en general, aunque tiene repechos cortos pero duros. Mucho senderista que sube y otros que bajan. Todos para disfrutar de un día de senderismo donde el sol está subiendo la temperatura y está empezando a hacer mucho calor.
Hasta Mallata Alta, que es la mitad de la subida, no lo llevo muy mal. Pero a partir de aquí y a medida que voy cogiendo altura se me va haciendo más bola.
Aún así, adelanto a algún corredor que va también sufriendo lo suyo.
El Garmo Negro. Eso está muy alto. Tanto como a 3061 metros.
Venga, poquito a poco. Tenemos margen de sobra. Me voy acercando a la cresta donde hay gente disfrutando de las vistas.
Yujuuuuu, ya estoy en la cresta. Solo me quedan unas trepadillas y unos 100 metros de cresta. Con mucho cuidado y sin cruzar al lado izquierdo de un cordón que han puesto, ya que si cruzas tienes un cortado vertical muy peligroso.
Me paro en la cresta y disfruto de este mirador natural 360º. Menuda pasada. Aquí hay más de 200 picos de más 3000 metros. Esto es un auténtico lujo. Lo que cuesta subir, pero lo que te llevas supera con creces ese sufrimiento de la subida.
Y llego al Garmo Negro. Allí hay un control. 9 horas y 3 minutos para 30 kilómetros, pero ya con casi 4000 +. Increíble.
Unas fotillos en el pico, que me lo he ganado.
Pues nada, toca el descenso. Me doy cuenta que casi prefiero subir, ja ja ja.
Menuda pendiente. Intento bajar y soltar patas, pero es muy difícil. Los cuádripces están haciendo su función a tope.
Me cruzó con muchos senderistas. También adelanto a otros que también están bajando.
Adelanto a tres senderistas y uno de ellos reconoce la camiseta. Me grita desde atrás si soy de Toledo. Ostras, tres Toledanos por aquí.
Charlo un poco con ellos y después continúo mi camino. Uno de ellos decide acompañarme un rato en la bajada. Vamos hablando y disfrutando del terreno.
Ellos van a Casa Piedra, por lo que mi compañero inesperado se despide de mí y coge su camino. Yo continúo hacia ka izquierda en dirección al refugio de Bachimaña.
Por fin un poco de respiro en cuanto a desnivel se refiere. Puedo dusfrutar de los Ibones en su esplendor. Un fotógrafo nos está sacando las mejores instantáneas en un sitio idílico.
Muchas gracias por estar ahí. Unas palabras con el donde me dice que queda poco para el refugio. Venga, vamos a por ello.
Solo me queda descender un poco, para en un último repecho llegar al refugio. Mucho senderista en este tramo, con los que intercambio palabras que me sirve para despejar la mente.
A lo lejos veo el refugio. Muy muy chulo. Deseando llegar a él. Y eso no tarda en llegar.
Por fin estoy en Bachimaña. 10 horas y 35 minutos. Kilómetro 34. Creo que el descenso del Garmo Negro no ha ido mal y llego aquí con 2 horas de margen con el corte.
Relleno bidones y me bebo un par de vasos de Coca cola. También vuelvo a comer caldo con arroz y mucha fruta. Sandia y melón. Y como no, un puñado de gominolas.
Me siento en un banco para quitarme unas piedras de la zapatilla.
Que alegría ver aquí a Amaia. La pregunto que como está y me dice que al final le han dado tres puntos por que se le abría la herida. Ha conseguido dar el relevo a su compañero con el dolor del golpe y la herida abierta. Grandisima. Enhorabuena Amaia.
Ahora se ha venido aquí a animar y a apoyar a su relevo. Compañerismo puro y duro. Enorme compañera.
Bueno, y yo con todo en su sitio y los depósitos llenos, me despido de ella y de todos los voluntarios para enfrentarme al siguiente tramo.
Me dirijo al Collado de los infiernos. 5 km con 650 +.
Tramo muy muy chulo, rodeado de ríos que provienen del deshielo. No paro de mojarme la cabeza y brazos para bajar la temperatura, que sigue haciendo mucho calor.
Antes de comenzar la fuerte subida al collado, vuelvo a coincidir con varios corredores con los que he ido en bastantes tramos.
Aquí adelanto a un chaval, con el que al final y sin planificarlo, iré hasta meta.
Iñaki llega junto a mi al Collado donde hay varios voluntario animandonos desde hace bastante tiempo. Una última trepada nos coloca en el collado.
Aquí nos reunimos 6 corredores. Dos italianos, otros dos compañeros que van juntos, Iñaki y yo.
Nos toman el control de paso mientras disfrutamos un poco de las vistas.
Venga, nos vamos a por el siguiente tramo. Un descenso muy técnico en los primeros 100 metros donde tenemos que emplearnos a fondo ayudado de cuerdas.
Después, la bajada es más llevadera, con algún tramo difícil de andar, que nos va a dejar en el refugio Respomuso. Otro refugio súper chulo a las faldas de un ibon enorme y azul.
Nuevo avituallamiento. Vuelvo a comer caldo con arroz que me está sentando de maravilla. También un poco de lo de siempre y un sándwich de nocilla.
Ya llevamos más de la mitad de la carrera. 13 horas y 26 minutos. Hoy va a ser un día largo, je je je.
Nos vamos hacia el collado Musales. Nos volvemos a unir los seis corredores de antes y vamos ascendiendo los 470 + que tenemos en estos 4 kilómetros.
Primero pasamos por un puente encima de una presa del espectacular ibon.
Desde allí arriba nos gritan y nos jalean las voluntarias. Que manera de animar. Ánimos para la subida.
Una última trepada nos deja en el collado. Allí pasamos un ratillo muy ameno con las simpáticas voluntarias.
Pero tenemos que seguir con la tarea. Nos despedimos de ellas y a comenzar una larguísima bajada de 9 km.
Aquí nos soltamos bastante. Tramos en bajada muy correderos, con las típicas cetas.
Yo voy delante y me sigue Iñaki. Detrás nuestra nos siguen los dos corredores que van juntos y los italianos.
Dejamos la bajada de cetas y nos adentramos en el pinar. Aquí se pone Iñaki delante.
La verdad es que no vemos el fin. Vamos Reservando un poco los cuádripces que todavía queda tela que cortar.
Y ya en el km 56, llegamos a Sallent de Gállego. Allí un nuevo avituallamiento y punto de control.
Iñaki tiene allí a un colega que le va siguiendo. Yo vuelvo a comer y beber. Sin casi las 9 de la noche y el estómago lo sabe.
Me tomo unos rollitos de jamón y queso, caldo con arroz, frutos secos y fruta.
Por cierto, aquí tenemos la segunda bolsa de vida. Puedes cogerla ahora o al segundo paso por aquí, que sería en el kilómetro 70.
Bueno, yo voy bien y decido no cogerla. Lo que si hago es ponerme un coomped en el dedo gordo del pie, que parece que me está rozando algo.
Iñaki me dice que va tirando mientras yo termino de apañarme el pie.
Bueno, pues todo listo así que saco el frontal y comienzo este bucle donde tenemos que subir a la Foratata.
Comienzo la subida muy amena y tendida por la vereda de un pinar. El bucle tiene 14 kilómetros, donde en los primeros 7 tenemos que subir 830 +.
Parece que voy subiendo a buen ritmo, ya siguiendo la luz del foco del frontal. Al comienzo de la subida fuerte a la Foratata, doy alcance a Iñigo, y los dos ya no nos separaremos hasta meta.
Menudo repecho este. Siguiendo las balizas fluorescentes que se ven allí en lo alto. Pero todo tiene su fin y llegamos al collado donde nos encontramos a dos voluntarios que nos toman el control y nos rellenan los bidones de agua. Muy simpáticos y marchosos estos voluntarios. Así da gusto. Mil gracias chavales.
De aquí nos presentamos en Formigal casi sin darnos cuenta. Aquí tenemos otros voluntarios con los que hablamos un ratejo.
Nos preguntan que como vamos. Les decimos que bastante castigados ya. Y una voluntaria nos dice que si nos retiramos bien a buscarnos. Ja ja ja. Nooooo. A estas alturas ya hay que intentar terminar, jejejeje.
Venga, Continuamos el camino todo para abajo ya aguantando los cuádripces que van ya quejándose de lo lindo.
Y por fin estamos de nuevo en Salen de Gállego. Nos reciben con aplausos y gritos de ánimo. Que gusto llegar hasta aquí después de hacer el bucle.
Estamos en el kilómetro 70 y llevamos 19 horas y 18 minutos. Solo nos quedan 12. Pero todavía nos queda un último regalito. Subir a la Sierra Plana, que luego descubririamos que no hace justicia a su nombre. Todavía nos quedan 5 kilómetros de subida con 625 +.
El amigo de Iñaki está allí dando ánimos. Recoge su bolsa de vida y yo le pido que si se puede llevar la mía tambien. En principio se las llevan al pueblo cuando acabe la carrera, para recogerlas sobre las 10 de la mañana. A mi me hace polvo por que tengo un viaje de vuelta y eso me retrasaría mucho.
Así, me hace el favor y me la entregará en meta. Muchas gracias tron.
Pues nada, nos despedimos de todos y cogemos rumbo a Panticosa. Pero antes hay que salvar el último escollo.
La Sierra Plana nos lo pone difícil. Iñigo y yo tiramos para arriba sabiendo que estamos muy cerca. Llevamos las patas ya para el desguace, pero solo nos queda un empujoncito más.
Los reflectantes de las balizas, nos guían en el camino. Seguimos subiendo. Vemos las balizas muy arriba todavía. Uff, que ganas de coronar ya.
Y por fin llegamos a las antenas. Ya tenemos todo el desnivel positivo hecho. 6981 metros. Vaya pasada. Aquí tenemos un avituallamiento, donde nos esperan unos voluntarios para darnos agua y darnos los últimos ánimos del día.
7 kilómetros para meta. Ya lo tenemos muy cerca. Cogemos la vereda serpenteante en continuo descenso.
Los cuadripces siguen quejándose, pero ya les va a dar igual.
Entramos en el pueblo. Nos adentramos en sus calles para situarnos en la recta de meta.
Le agradezco a Iñaki su compañía, que nos ha venido de lujo a los dos, por no hacer la noche solos.
Menudo carrerón. Nuestra intención era tweminarla y así ha sido. Lo hemos conseguido. Ha costado muchísimo tanto física como mentalmente, pero aquí estamos, cruzando el arco de meta en 22 horas y 25 minutos.
Buahhh, que pasada. Nos felicitamos mutuamente mientras nos poden la medalla que nos ha costado tanto conseguir.
Alli esta el amigo de Iñigo que también nos da la enhorabuena.
Nos hacen entrega de una bolsa que contiene una sudadera y una mochila que nos acredita como finished de la 10ª edición de la 8k del Valle del Tena.
Súper contentos y felices de disfrutar, sufrir y terminar este durísimo carrerón.
Unas fotillos en meta para el recuerdo nunca pueden faltar.
Otra muesca para el marfil
Y como no, junto a mi compi del día de hoy, con el que he compartido muchas horas y kilómetros. Espero haber podido ayudarle, como mínimo lo que me ha ayudado el a mi.
A sido un auténtico lujo encontrarle en el camino. Y un placer enorme compartir tantos kilómetros con el.
Y después de las despedidas y los agradecimientos, nos vamos cada uno para su lado. Nos separamos sabiendo que nos veremos, seguro, muy pronto. Mil gracias colega. Hasta la próxima.
Ya en el coche me cambio y me pongo guapo. Son las 3 de la mañana. Como me pasa siempre, no tengo nada de sueño. Así que decido comenzar el viaje de regreso.
Viaje muy muy tranquilo y casi en solitario. Lo bueno es que a las 10 de la mañana está en casa desayunando con Susana.
Eso si, el sofá me atrajo y cerré un buen rato los ojos, ja ja ja.
Ya tengo otra experiencia conseguida y otra carrera tachada de la lista de pendientes.
Carrerón en todos los sentidos.
Los pirineos son una pasada.
Volveré........ ¿O no?...
Capi
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