Quinto año consecutivo que nos vamos para Granada. Este año con la invitación de Nanny.
Así, en este viaje exprés, nos plantamos en Cenes para recoger los dorsales. Ya es viernes por la tarde. Recogemos las llaves del apartamento y nos subimos a Pradollano para alojarnos.
Alli preparamos todo lo de mañana para la carrera, cena y a dormir.
Por la mañana, con todo ya preparado, nos vamos al aparcamiento de Pradollano a coger el autobús que nos llevará a Quéntar.
Unos 40 minutos de viaje donde intentamos cerrar un poco los ojos. Ya en el pueblo, lo primero es desayunar. Unas tostadas con café que nos sientan de maravilla.
Faltando veinte minutos para la salida, nos ponemos de corto y vamos a dejar la mochila en el ropero.
Por allí está Nanny dando su energía para que todo salga redondo. Unos besos y unas charlas para rematar estos pocos minutos que nos quedan.
Ya van a dar las ocho. Así que a mezclarnos con los corredores. Con todo a punto, se da la salida a nuestro quinto maraton, aquí en Granada.
El recorrido de este año, cambia un poco en esta primera parte. Pero luego, nos le conocemos bastante bien.
Hay que aprovechar eso y regular las fuerzas para llegar a meta habiendo disfrutado y sufrido a partes iguales.
Hasta Pinos Genil, en el kilómetro 16 más a menos, lo hemos gestionado bastante bien. Hemos ido regulando en las subidas y aprovechando las bajadas que es dondw disfrutamos nosotros.
Amanece y las vistas de la sierra, con el característico Veleta de fondo, todo nevado es increíble. Menuda estampa nos está regalando el día tan bueno que ha salido hoy.
En poco más de una hora, nos hemos desecho de la camiseta térmica. La temperatura es buenísima para correr.
El terreno está increíble. Menuda mañana, y parte de la tarde nos espera.
Después de unas pocas fotos y un par de horas de carrera, nos encontramos bajando la cuesta de hormigón hacia Pinos Genil.
Alli tenemos el primer avituallamiento donde tenemos de todo. Mientras Susana va a la servicio, yo hago acopio de galletas de chocolate y gominolas. Esas son mis barritas y mis geles, jajajaja.
Alli coincidimos las tres distancias, lo que hace que haya muchísima gente animando y muchos corredores dándose un respiro.
Ahora le toca a Susana avituallarse. La naranja le viene de lujo, y las gominolas también. La pasta, los sándwich, barritas......., no nos apetecen mucho. Es demasiado temprano todavía.
Con las reservas a tope, salimos del avituallamiento sabiendo lo que nos espera. No sabemos si es mejor conocer el recorrido, o no. Bueno, vamos pasito a paso y a continuar el camino.
Este tramo hasta Dornajo, tiene su aquel. Subidas muy exigentes, con bajadas bastante "peligrosas", tramo de escaleras y las temidas zetas, en el barranco de las Víboras. Aún así , es lo mas bonito del recorrido.
Aquí hay que racionar bien el agua por que el sol pega de lo lindo y hasta el km 28 , en Dornajo no hay mas avituallamientos. Bueno, sabemos que justo antes de subir las zetas, hay una fuente natural donde podemos rellenar bidones.
En el recorrido hay algunos corredores a los que les hacemos esa observación. Que rellenen agua en la fuente por que si vas justo, en las zetas se pueden quedar secos.
Después de algunas zonas muy chulas por el barranco. Con veredas en continuos sube y bajas, algún tramo exigente y otros disfrutones, llegamos a la fuente del rio. allí rellenemos los bidones y Susana aprovecha para ir al servicio.
Bueno, pues comenzamos la pre-zetas. la primera toma de contacto con la subida que precede a las tan nombradas zetas. Después, comenzamos a subir este tramo serpenteante. Algunos están al comienzo de la subida parados en las últimas sombras. A partir de aquí, todo para arriba y sin sombra.
Venga Mon Amur. Un par de kilómetros y estamos en Dornajo. Poquito a poco, vamos ascendiendo por las zetas. Susana tiene que respirar un poco en una ocasión para coger impulso y rematar la subida de la mejor de las maneras.
Nada, este año se nos hacen hasta cortas. Y una vez arriba, toca soltar patas, aprovechando una bajada que nos llevará al campo de futbol. Allí coincido con un chaval que está en la legión, en Almería y con el que voy charlando un rato de tiempos pasados y de amigos en común.
Susana ha ido tirando un poco y hace antes que yo la última subida que nos llevará a la carretera. Allí arriba me esta esperando para cruzarla juntos y llegar al avituallamiento. Ale, a comer y beber que ya va habiendo hambre. Nos quedan unos doce kilómetros. Seis hasta el botánico, donde tenemos el último avituallamiento, y otros seis hasta la meta en Pradollano.
Salimos de allí por un camino ancho y bueno que llevaremos durante unos 4 km. Le corremos prácticamente entero, lo que hace que adelantemos a muchos corredores que van andando. Hay que aprovechar estos tramos para estirar piernas después de tanta subida.
Aquí también nos adelanta algún corredor que va como un tiro. Hasta que no nos desvía un voluntario, seguimos dando caña a las piernas. Este voluntario nos dice que para arriba. Ya nos lo conocemos, así que no nos sorprende. Sabemos que tenemos una larga subida, con algún tramo con bastante desnivel hasta llegar al botánico. Allí tenemos el último avituallamiento.
Reponemos bidones y comemos algo. Ya solo nos quedan 6 kilómetros. y además son de los mas chulos. una vereda entre pinos con constantes sube y baja que es lo que le gusta a Susana.
Antes de meternos en este pinar, tenemos un tramo por carretera. No es lo mas chulo, pero si que es bastante animado ya que casi todos los coches que suben o bajan de Pradollano, te pitan y te gritan por la ventanilla mensajes de ánimo.
Ahora sí, nos metemos a la izquierda por un "camino" cuesta arriba, que nos meterá de lleno en el pinar. Según vamos cogiendo altura, va apareciendo la nieve. Ya hay bastantes tramos vestidos de blanco, lo que lo hace algo espectacular.
Otros años hemos tenido mucha mas nieve, pero bueno, vamos a pisar una poquita, je je je.
Disfrutando de lo lindo y con piernas suficientes para hacerlo todo corriendo, volvemos a bajar a la carretera. Ya a menos de un kilómetro de la meta. Pasamos por el parking y le bordeamos para encarar la recta de meta en la misma plaza de al estación de esquí.
Mon Amur, otra aventura más. otra disfrutando a tope de la carrera y de tu compañía. Y además, haciendo el mejor tiempo de las cinco ediciones. Eso quiere decir que estamos haciendo las cosas, pro lo menos, algo bien.
Subimos la rampa de meta y con un beso rematamos esta jornada de trail a casi tres mil metros de altura, y a los pies del Veleta.
Enhorabuena por que has sabido gestionar esos problemillas de carrera. Esto te hace mas fuerte. Rematamos la segunda carrera-entreno para el objetivo final. Ya va quedando poco.
Pues nada, bajamos al rampa y allí está Nanny esperándonos para ponernos la medalla. Menudo privilegio es que la rubia te ponga la deseada medalla. Mil gracias amiga.
Después de unas palabrillas y la obligada foto, la dejamos que siga con su tarea que siguen llegando corredores. Nosotros recogemos la prenda finisher y nos vamos a comer algo. Un poco de pasta, fruta, frutos secos, cerveza, gominolas y unos montaditos de lomo recién hechos que nos sientan de lujo.
Hace una tarde espectacular. Esto está lleno de gente. Muchísimos disfrutando de las pistas que están a rebosar de nieve. Nosotros nos vamos a cambiar y sin mucha demora, emprendemos el viaje de regreso a Toledo. Este año no nos podemos quedar hasta el domingo, pero bueno, lo hemos pasado en grande.
La quinta maratón de Sierra Nevada consecutiva conseguida. El año que viene más y mejor, seguro.
Esto continua.
Capi
Miles gracias mis toledanos por un año más venir..anda q con esas camisetas no os tengo controlados ni na bikilas ja ja.se us quiere..vuestra rubia Nanny..
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