Ya está aquí. Siete meses desde que comencé a preparar esta aventura y ya han pasado. En solitario me dirijo, el jueves después de salir de currar, a Beasain. Mi compañero Iván que tendría que acompañar, pero al final se cae por lesión. Hace unos días tomando un café, me explico los pormenores de la carrera y muchas cosas a tener en cuenta. Él ya ha hecho la carrera y se la conoce muy bien. Esos detalles me van a venir de lujo. Bueno, desde aquí le daré un poco de envidia...O no, ja ja ja.
Ehunmilak... 168 km... 11000 metros positivos.
Después de estas líneas en Facebook, me pongo en modo On.
Por la mañana, después de una noche tranquila y habiendo dormido más o menos bien, me dirijo a por los dorsales. Allí ya me voy dando cuenta un poco de la magnitud del tema. Como me dijo un colega, "En menudo marrón te has metido". Pues no es tontería, ja ja ja.
Recojo todo lo necesario. Dorsal, bolsas de vida, acreditación..... También tengo que presentar todo el material obligatorio. Me precintan la mochila y me dicen que se ha retrasado la carrera dos horas por tormentas eléctricas.
Fotito para el recuerdo en la zona desde donde vamos a iniciar esta aventura y donde esperemos volver a pasar dentro de muuuchas horas.
Toca entrar en el corralito. Pero antes un control de material. Esto está muy bien, pero hay que desmontar la mochila para enseñarlo todo. Ahora toca volver a montarla. Pero por mucho que quieras, nunca queda igual que la traías. Bueno pues ya estamos, ahora sí, en capilla. Todos los corredores ultimamos detalles.
Ángel se une a la expedición y nos hacemos una foto los tres Toledanos, a pocos minutos de la salida. Sonrisa nerviosa con la que posamos, je je je.
Unos cantos típicos y un baile regional ( Aurresku) preceden a lo que será la salida. Muy animados estos últimos minutos. Me gusta ver las caras de los corredores en los momentos previos a una carrera grande. Hay de todo, pero la mayoría estamos mirando al infinito y cada uno pensando en sus cosas.
Hago una videollamada a Susana. Charlamos un rato y me plantea un juego. Ha numerado los avituallamientos. En total 19. Cada vez que pase por uno de ellos, ganaré una moneda que por detrás tiene una letra. Iré ganando monedas y podré ir descifrando una frase que me ha escrito. Ja ja ja, un aliciente más para ir llegando a cada avituallamiento. Gracias Mon Amur. Un beso, esto comienza.
La hora se acerca. Un par de minutos tienen la culpa de que sigamos aquí botando en el sitio, ajustándote la mochila, dando unos buchitos de agua, etc, etc.
Y ya marca el 10 en el crono. Comienza la cuenta atrás de esta prueba. Tengo 46 horas de tiempo para poder completarla. Siempre muy pendientes de los tiempos de corte. Zonas muy técnicas con subidas y bajadas vertiginosas. Además, ahora mismo hace mucho calor, pero lo mas importante a tener en cuenta es la humedad que hace. No hemos salido y ya estamos sudando a chorros.
Pero la cuenta atrás llega a su fin, y después de desear suerte a mis compis, se da la salida a la Ehunmilak.
Esto es un hervidero de gente animando, gritando, aplaudiendo y emocionando al corredor. Es una pasada lo que se siente en estos momentos. Como se vuelca la gente y como lo vive.
Con este sentimiento, comenzamos a dar las primeras zancadas de este carrerón. Espero poder pasar por aquí dentro de unas pocas horas, ja ja ja.
Mi estrategia es simple. Quiero terminar. Gestionar la carrera, la cabeza, la hidratación, la comida.... lo mejor posible para poder cumplir mi objetivo.
Los primeros compases son por las calles del pueblo inundadas de gente. Un espectáculo. Pero hay que tomárselo con tranquilidad que los aplausos te animan y terminas yendo mas rápido de lo normal. Así, controlando el ritmo, salimos del asfalto para coger vereda hacia arriba.
Ufff, menudo bochornazo hace. Ahora mismo ya voy como si me hubieran sacado de la piscina. Que peligro tiene este tiempo. Hay que controlar la hidratación muchísimo para no tener problemas mas adelante.
Primer tramo de 10 km donde ya nos metemos 1050 +. Subida llevadera por un par de cortafuegos y las bajadas por caminos no nos lo ponen muy difícil. Llego al primer avituallamiento donde hay bastante gente. Paro lo justo para rellenar bidones y continúo. Vamos a por el siguiente tramo.
Bastante animación en esta parte del recorrido que te da un puntito de energía. Comienzo la primera subida bastante exigente. El barro y la hierva pisada hace que los resbalones sean continuos. Pero bueno, estamos fuertes y enteros todavía. Llego al vértice geodésico Izaspi y le digo a un voluntario que me haga una fotito, je je je.
Aquí, ya se ha hecho de noche y me pongo el frontal. Encaro una larga bajada donde al principio tenemos bastante barro que hace que vayamos con mucha precaución. Luego continuamos la bajada alternando camino y asfalto pero con bastante desnivel. Hay que sujetar que tenemos que reserva cuádriceps.
Ya estoy en Zumarraga. Km 20. Allí me encuentro con Ángel que me dice que va tocado del estomago. Bueno, queda mucho y creo que le dará tiempo a comer algo y que le asiente un poco el estomago. Me hidrato muy bien y como algo de fruta. Estoy ahora mismo chorreando. Madre mía lo que nos espera.
Bueno, yo a lo mío. Le mando un audio a Susana y ella ya me ha mandado la segunda medalla. Ya tengo dos. Yujuuu.
Salgo del pueblo con las calles repletas de gente para comenzar una dura subida. Al principio técnico pero seco y según ascendíamos el barro iba aumentando su presencia. Con algún resbalón que otro llego al vértice geodésico donde me hago una foto y comienzo un cresteo entretenido con un repecho entre medias para llegar a Goria.
Pues nada, Ya estamos en Goria. Muy buen avituallamiento en este tramo. Vamos, de momento están siendo todos completísimos. Sigo fiel a la Pepsi y a la fruta. De momento no como nada mas. Pero vamos, que es para quedarse un rato más, ja ja ja.
Miro el WhatsApp y ya tengo la foto de mi cuarta moneda. Todavía es pronto para predecir la frase, pero seguiremos consiguiendo monedas. Mientras la mando un audio a Susana, comienzo este cuarto tramo. Este son 14 km así que lleno un tercer bidón de agua que no quiero quedarme seco.
Comienzo una subida bastante tendida. Y una vez arriba, tenemos un tramo siempre en continuo ascenso con algún sube y baja, pero por camino bueno. Hasta comenzar la balada de unos 6 km que se hacen bastante pesados por el barro y por que hay bastante piedra resbaladiza donde hay que tener mucha precaución.
En el 42 más o menos, me encuentro con un avituallamiento clandestino. Una familia de un caserón, nos deleita con fruta, bebidas, comida, café y hasta con un flan que no dudo en probar. Menuda pinta.
Después de comernos este lujo de manjar continuamos hacia el avituallamiento de la carrera, que le tenemos a un par de km. Llevo 42 km en 6h 42´. De momento voy bastante bien. Continuó hacía el siguiente avituallamiento.
Por fin, llego a Madarixa, salvando un repechito por un camino bastante bueno y su respectiva bajada. Mientras relleno bidones, como jamón york y bebo, nos comentan que en km 20 (en el avituallamiento de Zumarraga), ya se han retirado 47 corredores. Uff, muchos para ser el principio de la carrea, pero bueno, cuando los cuerpos no van, es lo que hay.
Le mando audio a Susana y continúo. Son las 3 de la madrugada. Supongo que estará sopa, así que luego oirá el audio. Que por cierto es una forma de también darla tranquilidad y que vaya sabiendo de primera mano todo lo que va sucediendo. En esta ocasión la digo que sigue haciendo muchísimo bochorno y que me he bebido ya, como mínimo, 15 litros de líquidos varios. Que pasote.
Continuamos el camino y comenzamos subiendo. Llego al vértice y comienzo un pequeño cresteo para continuar una subida y ya bajada para dirigirme a Azpeitia, donde tengo un nuevo avituallamiento.
Aquí nada más entrar, la organización me pide que le enseñe el silbato (Exigido como material obligatorio). Tardo un rato en encontrarlo por que llevo mil cosas y ya no se ni donde estaba colocado, ja ja ja. Pero bueno, pasamos el control sin novedad.
Me llevo una sorpresa cuando veo a mi compañero Vito. Le saludo y hablo con él. Parece que el estomago le está dando guerra y está recuperando un poco. La verdad es que con tantas cosas de comer y beber, haces una mezcla en el estomago que muchas veces te hace polvo.
Bueno, yo hago mi ritual. De momento estoy bebiendo isotónico y agua. También bebo Pepsi que me esta sentando de lujo. Y de comer, solo estoy ingiriendo fruta y jamón cocido. Hay de todo, pero el jamón me está sentando de maravilla y me está quitando bastante bien la sensación de hambre. No estoy cogiendo ni dulces ni tortilla, ni pasta, solo jamón.
Termino de coger energías y no veo a Vito. Supongo que habrá salido ya. Me bebo un último vaso de refresco y continúo mi viaje.
Comienzo subiendo, ya pasada la noche y dándonos el sol en la espalda. Subida muy muy larga con tramos bastante duros. Aquí cojo a Vito que va intentando controlar el estomago. Le saludo, le doy ánimos y continúo a buen ritmo para arriba. Esto ya empieza a picar. Una vez arriba, comienzo un cresteo como casi siempre con sube y baja que tiene unas vistas impresionantes.
Me faltan 5 km para el siguiente avituallamiento. Tres de subida con casi 400 + y luego ya bajando los dos últimos hasta llegar al avituallamiento.
Por fin piso Zelatum. Aquí vuelvo a hidratarme lo primero. Uff, según está la mañana, creo que nos va a atizar el Lorenzo de lo lindo. Yo continúo con mis tres bidones de agua que son 1,5 litros. Salgo de aquí con la mirada puesta en Tolosa. Un avituallamiento donde tenemos la bolsa de vida, duchas, fisios, podólogos, médicos y por su puesto comida y bebida.
Tramo de 11 km donde tenemos que salvar 350+ en unos 3 km y luego a bajar hasta Tolosa. Bajada con bastante desnivel donde tenemos 1180 metros -. Con tranquilidad y sujetando que todavía queda mucha carrera y no quiero petar los cuádriceps.
Pues ya estoy en Tolosa. Son las 9 y 15 de la mañana. Llevo 13 horas de carrera y estoy en el km 80. Todavía queda tela que cortar. Además, como he dicho antes, el sol no nos va a dar tregua.
Entro al pabellón y cojo la bolsa de vida. Veo a muchos corredores descansando. Recién duchados. En chanclas. Comiendo y bebiendo mientras se toman un respiro. A muchos los veo con muchas dudas de seguir, y es que este punto tiene mucho peligro. Bajo mi punto de vista, no puedes parar mucho aquí si no es que vas tocado y necesitas algo, si no la cabeza te puede jugar una mala pasada. Y es que aquí se está muy bien, ja ja ja.
Yo lo único que hago es coger las sales y dejar la camiseta térmica, los manguitos y los guantes que ya no creo que los necesite. También dejo la comida que llevo de más y me está estorbando. Me cambio de camiseta, creo que para nada, por que en cuanto salga del pabellón voy a estar empapado de nuevo, pero bueno, por lo menos estoy un ratejo seco. De lo demás, ni zapatillas, ni calcetines ni nada. Lo único que hago es meter en la mochila unos calcetines limpios por si acaso. También, me hecho crema solar que hay que protegerse.
Por lo demás actúo como en un avituallamiento normal. Como jamón cocido que me sigue sentando bien y está fresquito. Fruta y bebida. Mientras llamo a Susana y le cuento un poco la situación. Como siempre me da muchos ánimos y me da la mala noticia de que Ángel se ha retirado en el km 29. Vaya putada. Prepararse una carrera a conciencia y tener que dejarlo es muy muy duro, pero el cuerpo manda y seguramente al año que viene vendrá a vencer la Ehunmilak.
Me bebo un último vaso de refresco y después de pedir que me hagan una foto, me dispongo a salir de allí. Vuelvo a mirar a la gente y me da la sensación que muchos se van a quedar allí. Yo creo que he invertido unos 20 minutos en este avituallamiento que para mí ha sido suficiente.
Nos vamos para Jazkue. Aquí tenemos una subida de unos 10 km pero bastante tendidita. Además vamos por un hayedo que nos va protegiendo del sol y nos da bastante sombra. Eso sí, el bochorno es increíble. Estamos rodeados de helechos lo que hace que llevemos un calor agobiante y sigamos sudando como cochinos.
A mitad de la subida más o menos, paso por una casa de campo que tiene una pila con un grifo. No dudo en entrar y refrescarme un poco. Mojarme la cabeza, los brazos e intentar bajar un poco la temperatura corporal.
Este tramo se me hace eterno. No por su dureza ni por el calor, que también, pero sobre todo por que por este bosque no llevas vista a nada y y te da la sensación que nunca acaba. También puede ser por que llevo ya muchos km solo y ya se necesita un poco de compañía, aunque creo que esta situación va ser la que voy a tener durante muchos kilómetros mas.
Paso por el avituallamiento. Repongo y no tardando mucho me piro a por el siguiente. 9 kilometrillos tienen la culpa. vamos a por ellos. De nuevo volvemos al hayedo donde seguimos teniendo un bochornazo increíble.
Cogemos una bajada por asfalto donde vamos casi todo por sombra y que hace que parezca que tengamos hasta fresquito, ja ja ja. Pero dura poco ya que cogemos una subida por camino donde vamos haciendo un zig zag y que se hace bastante larga y cansina. Y de nuevo cogemos asfalto, eso sí, ya en bajada que nos llevará hasta la entrada del pueblo.
Amezketa es el pueblo de este avituallamiento donde vamos a llegar casi a los 100 km. Por aquí tenemos algo de animación que la verdad se agradece. Siempre muy simpática y efusiva la gente a la que intentamos corresponder casi de la misma manera.
Entro a lo que sería como una especie de sala de gimnasio, donde las mujeres del pueblo ponen su afán en que no nos falte de nada. Nos rellenan los bidones y nos ofrecen los manjares de la tierra, ja ja ja. Yo continuo fiel al jamón y al chope de pavo. También en esta ocasión como unas monedas de chocolate. Allí hay varios corredores sentados. Algunos pensándoselo y otros terminando de acicalarse para salir. Yo termino mi ritual y continuo el camino.
Mando un nuevo audio a Susana y ella me manda la foto con una nueva moneda conseguida. Yujuuu, una más para poder descifrar la frase oculta.
Aprovecho también para ver la chuleta del perfil y veo que viene una buena. 12 km donde tenemos que salvar 1000 metros +. Tenemos la subida al famoso Txindokik. Subida bastante exigente que para hacerla un poquito más dura, me toca hacerla a las 3 de la tarde. Menuda la que esta cayendo. Que dura se hace la subida. Además el terreno está muy roto, con mucha piedra y mucho surco.
Muchos excursionistas que están bajando de hacer la ruta nos animan y dan fuerzas. En este tramo adelanto a varios corredores que van bastante despacio mitrando hacia arriba buscando el final.
También bajan dos que me dicen que ya no van a seguir y vuelven a Amezketa a que los evacuen. La verdad que es para pensárselo, ja ja ja. Pero bueno, yo de momento voy bastante bien y entero y las piernas me están respondiendo a las mil maravillas.
Una fuente a mitad del recorrido se me hace un oasis. Paro y me remojo medio cuerpo. Siempre intentando que no se me mojen los pies que no quiero líos. Relleno los bidones y mojo la gorra. También bebo un buen chorro de agua fresquita. Este descansito me ha venido de lujo.
Bueno, y continuamos con la subida. Aquí me cruzo con una pareja joven que me indica que ya me queda poco para el control. También me pregunta que cuantos km llevamos. Unos 106, les digo. Su cara dice todo, ja ja ja. Bueno, les agradezco los ánimos mientras observan como me voy alejando.
Por fin veo el control, pero antes unas cintas nos encajonan hacia una fuente. Entiendo que ese es el avituallamiento. Así que relleno los bidones a tope y vuelvo a refrescarme.
Paso por el control donde hay varios voluntarios, debajo de una carpa, aguantando las altas temperaturas. Los saludo y después de recibir sus ánimos, me dispongo a hacer uno de los tramos que mas largo se me hizo.
No por su desnivel ni por su distancia, si no por ser por las praderas infinitas donde no se veía el fin. Paisajes increíbles con centenares de caballos sueltos y vacas pastando. Continuas subidas y bajadas que las ves venir en la lejanía. Y un avituallamiento que ves allí a lo lejos y que no llega nunca. Muchísimo calor donde me bebo los tres bidones de agua.
Sentado en una piedra veo a un corredor que me dice que se está dando un respiro. Le pregunto que si está bien y necesita algo, pero me dice que tranquilo, que está bien.
Ahora sí, parece que voy dirección a Uarrain, que es el avituallamiento al que llevo deseando llegar mucho tiempo. Pero antes un último repecho para hacer sed, ja ja ja.
Y por fin me planto en la carpa naranja donde rápidamente los voluntarios me ofrecen agua y rellenan los bidones. Me comentan que los de la otra carrera, han llegado todos secos. Pues nosotros estamos llegando igual.
Una voluntaria me comenta, viendo la aplicación, que ahora mismo van doscientos y pico retirados. Muchísimos abandonos está habiendo. A lo que llega el corredor que estaba sentado y rápidamente se hidrata. Le ha pasado lo mismo que a mí, y creo que a todos, que se nos ha hecho eterno este tramo.
Pues nada, después de este descansito y de hablar un rato con otros humanos, me dispongo a iniciar una larga bajada donde tengo que descender 800 metros -.
Este descenso, también es por una zona muy rota con bastante barro donde tenemos que andar mucho. Además como está siendo habitual, con un desnivel bastante exigente que siguen poniendo las patas a prueba. Además, son las 5 de la tarde y el sol no nos da tregua y nos está dando un paliza bastante seria. No descuido ni un segundo la toma de sales y de momento parece que lo estoy haciendo bien por que no he tenido ningún tipo de percance. Y así llego a Lizarrusti. Nuevo avituallamiento y volvemos a reponer líquidos y solidos. Cada vez coincido con menos corredores. Estamos en el km 116 y todavía nos queda mucha tela que cortar. Pero ya tengo en mi poder una nueva moneda. Intento descifrar un poco por encima la frase. Pero todavía estoy muy despistado. Habré que ir a por la siguiente a ver si puede ser, je je je.
Antes de salir, me hidrato un poco mas de la cuenta. Ahora tengo un tramo de 14 km por un hayedo y con continuos sube y baja donde tenemos que meter otros 950 metros +. Así serán los sube y baja, ja ja ja. Aquí voy un poco sabiendo lo que me voy a encontrar por que ya me puso en sobre aviso mi compañero de Bikilamanjaro Iván Hernández. Él ya ha hecho la carrera y este tramo, me dijo que se hace muy muy largo.
Venga, vamos a por él. Y.. no tardo en comprobar la realidad. Zona de sombras durante casi todo el tramo, pero con un calor y una humedad increíble. Hay que racionar el agua que si no no llego.
La verdad es que el hayedo es espectacular. repechos de subida bastante duros y algunas bajadas para soltar un poco las patas. También hay muchas zonas de barro, pero lo que mas castiga es el no dejar de sudar. Pero tengo puesta la vista en el siguiente avituallamiento que es donde tenemos la segunda bolsa de vida. Aquí alguna cancioncilla legionaria si que entono, ja ja ja.
Sigo salvando muchas zonas de barro que me hacen dar algún que otro salto para evitar meterme en él. Aquí si que no arriesgo y me meto unas sales extras y una glucosa. Esos saltos donde tengo que alargar la zancada te hacen notar que los cuádriceps y los isquios van ya bastante tocados y que como te pases un poco, te van a atizar.
Y... Por fin llego a Etzegarate. Km 130. Punto de vida y de control. Entro en la carpa bajo los aplausos de los que están siguiendo la carrera y de los voluntarios. Recojo la bolsa de vida, que tardaron un rato en encontrar, y me bebo, lo primero dos vasos de Pepsi. Recojo las sales y me vuelvo a cambiar la camiseta. Las zapatillas dudo si cambiármelas o no. Al final, sigo fiel a mi teoría. "Si vas bien, no cambies".
Hablo con Susana y me dice que Vito ha tenido que dejarlo. Joder, vaya apaños. Bueno, estoy segurísimo que ha tenido que estar muy jodido para dejarlo por que este no es de los que abandona así como así.
La verdad es que aquí no estoy casi nada de tiempo. Dejo la bolsa de vida, y sigo sin cambiar de comida. Llevo el estomago de lujo, así que jamón cocido al canto y eso sí, mucha fruta. Isotónico a espuertas y ziscando.
Voy a salir del avituallamiento y un voluntario, que está en un control en una mesa y con una lista, me dice: "Luz trasera". En ese momento me vino a la mente la luz trasera del coche. Crero, me vería la cara de sorpresa y ya me pidió la luz trasera roja. -"Joder, estaba flipando, ahora mismo", le digo. Ja ja ja. Se la enciendo, por que la llevo colgada de la mochila y me deja continuar. Bajo los aplausos del personal, abandono la carpa y comienzo la última parte del recorrido. Solo me quedan 48 km. ji ji ji.
Venga, va, 9 km con 700 +. Este tramo es fácil. Dos subidas, con sus dos respectivas bajadas. Esta zona también destaca por sus zonas de barro. Aunque hay varios tramos de pista donde podemos soltar un poco.
Llego a a San Adrián. Estoy a tres monedas de poder descubrir la frase. Ya se me hizo de noche hace rato. Son las 11:40 de la noche. Que descanso el no tener el sol en la nuca. El día se ha hecho bastante largo y me ha machacado de lo lindo, pero bueno, ahora aunque sigamos con bochorno, no tenemos el sol apretando.
En San Adrián, llevo 27 horas y media. Comenzamos la segunda noche. Veremos que tal se da. Aquí tenemos unos vecinos de voluntarios muy simpáticos. ^Personas algo mayores que están aquí para ponérnoslo mas fácil. Una señora me pregunta que que tal. La comento un poco mis sensaciones mientras me rellena un bidón de isotónico. Me dice sonriendo. -" Pues dicen que el que viene un año, repite". Ja ja ja, _"¿Ves mi cara?", la digo. _" Pues no la vas a ver más". Le sale una carcajada y me contesta que ya lo veremos. Que volveré seguro. Me hace que pensar, por que la gente mayor de los pueblos son muy sabios y rara vez se equivocan, ja jaja.
Me despido de todos y de ella en particular, quedándome con su cara, por si acaso, je je je. Salgo del avituallamiento con la intención de subir al Aizkorri. Otros 970 + entre pecho y espalda. Salgo detrás de otro corredor. Y uno detrás de otro y charlando (como lo necesitábamos), pasamos por el túnel de San Adrián. Yo ni me había dado cuenta por que por la noche, siguiendo el foco del frontal, ni me he coscado. Os pongo una foto de día para que veáis como es.
La verdad que impresiona. Cuando me avisó el compi, me quedé bastante sorprendido. Una pasada. Y así comenzamos la dura subida al pico. Un tramo que se hace en el mítico Zegama pero de bajada.
Siguiendo las balizas fluorescentes y algún que otro piloto amarillo, vamos ascendiendo. Mucha piedra que hace tener que usar los bastones a tope. Lastima las dos horas que nos han retrasado la salida por que ahora sería todavía de día y podríamos disfrutar de las vistas.
Poco a poco seguimos ascendiendo para llegar al refugio y al vértice geodésico. Aquí hay tres chavales en el control. Con ellos charlamos un poco y nos cuentan cosas de la zona. Además nos avisan de la bajada. Mucho cuidado que las piedras están muy pulidas.
Pues así es. Muy técnica la bajada donde tenemos que ir muy pendientes de donde pisar y además de las balizas por que no hay camino muy definido. Pero a lo lejos y allí en lo alto, vemos el piloto amarillo parpadeante del repecho que nos queda de este tramo.
Después de comernos la subida, comenzamos la bajada. Igual que antes, con mucho cuidado. A mi compi se le apaga el frontal y paramos a cambiar las pilas. Aquí se nos acerca una luz y decidimos esperar un poco a que se una a nosotros.
Es una chica que nos pide ir con nosotros. Va la tercera. Pero ir en compañía nos va a venir bien a todos. Y así el trio comienza la bajada. Bastante jodida, donde los resbalones se suceden. Tenemos una niebla meona que hace que esté todo húmedo. Aún se pone un poco más complicado el descenso.
Vamos hablando que llevamos unos poco kilómetros de más todos. Y suponemos que el siguiente avituallamiento es Mutiloa. Pero al llegar al avituallamiento nos dicen que estamos en Oazurtza y que nos quedan 24 km. Joooder, eso no nos o esperábamos, ja ja ja.
Nada, es lo que hay. Vamos a por la siguiente moneda. Me quedan 2, yujuuuuuuu.
A partir de aquí, en continuo descenso, nos vamos a encontrar muchísimo barro. No dejamos de meternos culetazos. La chica decide llamar a su marido para que le prepare otras zapatillas que le agarren más por que con esas la verdad es que se está dando cada morrazo....
Pasamos por un pueblo donde la chavala se para a cambiarse las zapatillas. Estamos a unos 4 km de Mutiloa. Nosotros dos continuamos el camino despacito. A mí me van fastidiando hace rato dos ampollas. Una en cada talón. Supongo que de moverse la zapatilla con tanto barro. Decido ni mirármelas y me aprieto mas los cordones para intentar que no se muevan tanto.
Los tres, otra vez juntos, entramos en el avituallamiento, en el pabellón de Mutiloa. ¡El último!, yujuuuuuu. Estamos a diez kilómetros de vencer a la Ehunmilak. Al lío. Ya hay que rematar esto como sea.
A las 5 y cuarto, mas o menos salgo del pueblo. Ya he pasado la segunda noche y la verdad es que salvo dos ratillos de bajón, no la he pasado del todo mal. Yo creía que me iba a dar un poco mas de sueño, pero no la he pasado mal.
A partir de aquí ya hay claridad, así que guardo el frontal, que me ha aguantado las dos noches, y me dirijo a Beassain. El camino de los tres que hemos pasado la noche juntos, se vuelve a separar. Cada uno ya va a terminar según sus fuerzas.
Solo nos quedan un par de repechos donde tenemos que subir 325+ y bajar 350-. Cosa de poco para lo que llevamos. Susana no deja de mandarme WhatsApp y audios dando ánimos y diciéndome que ya lo tengo. Gracias Mon Amur.
Pues nada, salvando los últimos tramos de barro, corro lo que puedo por que es como me molestan menos las ampollas. Estos últimos repechos ya se hacen de otra manera, je je je. Los kilómetros van pasando y el reloj me pita el km 170.
Son las 7 de la mañana cuando piso las calles de Beassain. Ahora sí. Solo me quedan un par de km para conquistar la gloria. Una avenida muy larga donde sigo corriendo. Bastante gente animando que te da un plus de energía.
Se que Susana está pendiente de la aplicación y va viendo que me acerco a meta. Está esperando que pase para mandarme la última moneda y llamarme.
Pero todavía me queda rematar esta larga calle. Me voy cruzando con muchos corredores que se están acercando a la meta. Y es que el maratón sale dentro de 45 minutos. Todos me animan y me dan la enhorabuena.
Por fin encaro la subida de meta. Esa subida que hace 35 horas y 15 minutos hice de bajada. Subo la cuesta como si se la fueran a llevar y paso por meta llevándome las manos a la cabeza. En un momento pasa por mi cabeza todo lo que he pasado para llegar hasta aquí.
35 horas donde he pasado momentos de todo tipo. Donde he puesto el cuerpo a prueba y me ha respondido a las mil maravillas. Momentos de ver los mensajes de mis compis de equipo para venirte arriba. Dos noches donde te pasan mil cosas por la cabeza. Pero 35 horas de autentica montaña.
Ha sido una pasada. Algo que llevaba detrás de ello muchos años y que ya tengo en mis vivencias. Después de la foto final, hablo con Susana que ha estado las 35 horas pendiente de mí. No me canso de decirla que ella es parte de todo esto. Se alegra mas que yo de mi llegada a meta. Eres la mas mejor. TQTAMGM.
Ya solo me queda una cosa. Abrir el WhatsApp y recibir la última moneda. Ya las tengo todas. Monedas que me han hecho tirar para adelante en momentos difíciles. Gracias a este juego he ido de control a control casi para conseguir la siguiente. Ahora queda descifrar la frase, que esa va a ser solo para mi, je je je.
Después, me voy directo a beber algo fresquito. También recibo mi prenda finisher que me he ganado con tanto esfuerzo.
Me voy al pabellón donde me pego una ducha que me sienta espectacularmente bien. Uff, esto ya es otra cosita, je je je. Luego un masaje en la zona de fisios donde, la verdad es que me dejan las piernas bastante bien. Y por último, paso por la carpa de la cruz roja para que me pinchen las ampollas, que ahora si que me molestan bastante y eso que voy en chanclas.
Pues nada, ya estoy como nuevo, ja ja ja. solo me queda meterme entre pecho y espalda un suculento desayuno con el que llevo pensando dos días.
Solo me queda deciros, GRACIAS. A todos y cada uno de los que me habéis apoyado en esta locura. Los que me habéis mandado mensajes durante estas 35 horas quiero deciros que habéis sido un punto clave para seguir. En esos momentos en los que llevas solo 4, 5, 6........horas, encender el móvil y leer los mensajes de animo, te hacen sentir, por un momento grande y hacen que tires con todo para, de alguna manera, agradecéroslo con ese esfuerzo.
Vuelvo a casa con la satisfacción de haber preparado muy bien esta carrera, pero sobre todo de saber a lo que venía y tener muy claro cual era mi objetivo. Y como no, super orgulloso de mi gestión de la carrera, que como suelo hacer en las distancias largas, he ido de menos a más.
EHUNMILAK......Ya eres mía.
Que siestita me he ganado::::::
hjh
Enhorabuena, gracias por compartir una experiencia única, felicidades ppr el logro.
ResponderEliminar