sábado, 2 de octubre de 2021

Talajara Supermaratón.

   Este finde, cambiamos las zapas por las dos ruedas. Al final me han engañado un tal Iván y un tal Cesar para participar en esta prueba. Una prueba que tiene un recorrido de 124 km y casi 1400 metros positivos.



 En la ultima edición  estuvimos un gran grupo haciendo la "corta" de 75 km y la verdad que lo disfrutamos muchísimo y nos encantó. Así, este año, compartir la carrera con estos dos amigos, se las proponía igual o mejor. Eso sí, sabía que me iban a sacar hasta el último gramo de energía. ja ja ja.

  Por la mañana tempranito partimos hacia Talavera en varios coches, con las bicis ya preparadas y listas. Iván, Cesar y unos amigos suyos a los que no conocía, pero que rápido me unieron al grupo.

  Llegamos con bastante margen de tiempo y eso hace que tengamos aparcamiento a escasos 200 metros de la salida. Mientras se acerca la hora, aprovechamos para tomarnos un cafetito.

  Luego, recogida de dorsales y bolsa del corredor. Ahora sí, ya hay mucho meneo de bicis y coches. Mientras preparamos todo y nos vestimos, aparecen Raúl y  Jesús con un colega. La cosa se pone interesante. Estos corren mucho y están muy fuertes. Pero como siempre digo en las carreras, "hasta que me echen" ,ja ja ja.



  El día está fresco, pero esta gente que sabe mucho de carreras de bici, me aconsejan no llevar el cortavientos. Al final solo me pongo unos manguitos. Ir con todos estos crack, es un seguro de vida. 



  Y así, nos metemos en la zona de salida. Mas de 500 corredores estamos con todo listo y preparados para comenzar a darle a los pedales.

 Pues esto ya va sobre ruedas. Salimos, en teoría, unos km neutralizados, pero aquí ya se sale a fuego. Eso, y yo que no estoy muy puesto en estos trances, hace que me retrase del grupo. Pero bueno, poco a poco voy cogiendo ritmito y me voy acercando, para llegar a unirme a ellos.

  Cogemos el camino de las vías verdes de la jara. Esto es un no parar de dar pedales. Una media de 30 km/h. Puff, -"A este ritmo ganamos", les digo yo. Aquí el grupo de divide. Iván, Raúl y yo, nos quedamos en la retaguardia. Mientras Cesar y el resto van como balas y se nos van yendo de la visual.

  Pasamos por Calera y Chozas casi sin darnos cuenta. Llevamos los bidones todavía llenos y no paramos en el avituallamiento. A mí se me van los ojos hacía las cositas que nos han preparado, pero esta vez pasamos de largo.

  Seguimos pedaleando como si no hubiera un mañana. Madre mía que ritmo llevamos. Yo por lo menos. Raúl casca un poco conmigo, mientras Iván va muy muy concentrado. Así que a seguir su rueda y aguantar lo que podamos. 

  Pasamos por Aldeanueva de Barbarroya. Otro avituallamiento que nos saltamos. La verdad es que vamos bastante bien y con lo que hemos cogido y llevamos encima de momento nos vale. 

  Pasamos por el km 40, todavía por la vía verde de la Jara en 1h 26´. Como cunden aquí los km, ja ja ja. Y en el 45 más o menos, se acabó lo bueno. Dejamos el llano, las increíbles vistas y el terreno cómodo para adentrarnos en el monte.

  Y lo primero que tenemos es un paso por el río Huso. A mojarse los pies toca. Menos mal que está el día soleado y comienzan a subir los grados de temperatura.

Comienzan los repechos y zonas mas técnicas. Aquí, ya voy yo un poquito mas pegao. No me despego mucho, pero voy con mucho tiento sobre todo en las bajadas. 

  Pasado el km 55 llegamos a El Campillo de la Jara, donde sin entrar en el pueblo, nos colamos en la pista multiusos donde tenemos otro avituallamiento. Allí nos encontramos todos de nuevo. Relleno bidones, cojo fruta y muuuchas gominolas para salir de allí junto a Cesar, Raúl, Iván y los demás compis.



 A partir de aquí y hasta el km 70 más o menos, es lo más difícil. Difícil en cuanto a desnivel y terreno. La primera subida larga y con mucha piedra y tierra suelta. Con el piñón del 50 metido voy tirando hacia arriba. Cesar viene pegado a mí. Pero me patina la rueda y me quedo sin tracción, lo que hace que me caiga al suelo también por no darme tiempo a quitar las calas.

  Cesar tiene que parar y después de levantarme y comprobar que no ha sido nada, terminamos la subida arrastrando la bici hacía arriba. La mayoría de los ciclistas subimos a patita, ya que esta subida se las trae. 

  En un pequeño descansito, Cesar se monta y yo le empujo para que coja inercia y poder seguir pedaleando hacía arriba. Yo decido seguir a pata, que al caerme y luego al levantarme, me ha dado un amago de tirón y quiero relajar un poco el músculo.

Ya, arriba, viene una bajada que nos va a dejar en Buenasbodas. Allí tenemos otro avituallamiento. Cesar y yo, que ya nos hemos quedado solos, nos hidratamos y comemos algo de fruta y alguna barrita,

  Ahora nos toca otros buenos repechos. Aquí no aguanto mucho en la bici ya que el gemelo es el que me avisa ahora de calambre. Así que pie a tierra y a subirla andando. 

  Muchos son los que hacen lo mismo. Solo un par de ellos son capaces de llegar un poco mas lejos, pero el terreno hace muy difícil que la bici traccione en condiciones.

  Durante estos km que son los mas complicados y técnicos, muchos corredores paran para estirar y dar descanso a las piernas que ya van avisando. 

Pero bueno, todo llega a su fin y una vez arriba nos tiramos para abajo descansando músculos. Tenemos por delante una bajada bastante pronunciada, donde hay mucha piedra suelta. Muy muy peligrosa. Se me mueve la rueda de atrás muchísimo. No puedo frenar muy brusco. Hay que ir con mucho tiento ya que en las curvas tiendes a irte a la cuneta. Es como si la curva te escupiese hacia afuera. Los brazos también sufren lo suyo. Pero bueno, con algún sustillo que otro, pasamos esta zona de gran dificultad sin ningún contratiempo.

Y así, llegamos a Alcaudete de la Jara, donde en la plaza del ayuntamiento tenemos el deseado avituallamiento. Muchos corredores descansando un rato bajo la sombras de los árboles. Cesar y yo, rellenamos bidones y comemos algo. Se echa en falta en los avituallamientos, un poco de chocolate, algún sándwich.... Pero bueno, nos tendremos que conformar con lo que hay. 

  Cesar me dice que va tirando, mientras yo me remojo un poco los brazos y la nuca. Decido salir en breve y pasado el puente del rio Jábalo, ya a las afueras del pueblo, me engancho a Cesar. 

  Parece que en este avituallamiento las piernas han cogido todo lo que les he dado y van bastante mejor que antes. Y así, comenzamos a subir otro repecho corto pero duro. 

 Este tramo hasta las Herencias que es donde tenemos el siguiente avituallamiento, es en continuos sube y baja. Voy detrás de un grupete que me va llevando bastante bien.  Mi compi de viaje se ha quedado atrás. lo mejor es que coja su ritmo que el mejor que nadie sabe como hacerlo. Después me dijo que tuvo que parar forzosamente...... Ja ja ja.

  Comienzo a adelantar a algunos corredores de la "corta". Varias mujeres van bajando por un sitio con regueros y yo voy detrás observándolo todo. En un tramo ancho adelanto a dos de ellas, y la tercera que la tengo todavía lejos, veo que se cae en plena bajada. Llego a su altura y me paro para ayudarla. Bueno, por suerte no se ha hecho nada y rápido continúa la marcha.

   Y así, llego a las Herencias donde hay mogollón de gente parada. Tanto de la larga como de la corta. Están en el avituallamiento haciendo un descansito. Yo miro lo que me queda de agua y lo que me queda de recorrido.

  Estamos en el km 115 más o menos y nos quedan 9 km. Nada, decido ni parar, ni mirar, ja ja ja. He ido con un par de ciclista durante muchos km y he cogido un muy buen ritmo. Las piernas funcionan a las mil maravillas y hay que aprovecharlo.

  Cogemos el por el lado izquierdo del rio Tajo, que ya no soltaremos hasta meta. Voy bastante rápido para estar donde estamos. Pero bueno, está todo controlado y mientras me dejen las piernas y pueda, hay darlo todo.

  A falta de unos 5 km adelanto a Raúl. Va aguantando un poco los calambres. Va bien pero con mucho cuidadin. Le saludo y sigo con mi ritmo infernal, ja ja ja.

 Y por fin veo el arco de meta. Joder que ganas tenía de llegar, ja ja ja. 6 horas 22´ tienen la culpa. Uff, que carrera. La verdad que me ha encantado, pero dura de narices también es. Por lo menos para mí.

  Solo me queda hacer 4 km neutralizados para llegar a la zona de meta (ya sin control) y reencontrarme con mis compis. Pero primero tienen que colgarme del pescuezo la tan desead y sufrida medalla. 




  Y por fin paso por el arco de meta. Aunque este es simbólico, también hay que cruzarle, je je je. Me cuelgan la medalla,  veo a Iván y compañía hidratándose y comentando la carrera. Me voy hacia ellos y les doy la enhorabuena. Menudo carrerón se han marcado los bichos.



  Ya solo queda esperar que entren los que faltan mientras bebemos y comemos algo.

   Pues ya estamos todos en meta sin ningún percance que es lo que cuenta y todos con nuestra medalla colgada que es a lo que hemos venido.




   Como siempre, es un placer que gente como esta, te haga sentir uno de ellos y además se alegre de tus logros. Son unos fenómenos en todos los sentidos. Es un honor compartir kilómetros junto a ellos.

  Mi enhorabuena a todos por vuestras carreras. Estáis muy fuertes y eso es fruto de los entrenos. Día a día dándolo todo. Felicidades chavales.

  Y mil gracias a Iván Villarrubia y a Cesar Ordas, por contar conmigo en esta aventura. Por invitarme a algún que otro entreno y ser la clase de personas que quiero en mi vida. Gracia chavales. Sois la ostia.




  Ya solo queda reponer un poco, guardar la bici y todos los achiperres y volver a casa. Una experiencia maravillosa que me llevo y que espero que se repita muuuchas veces. 

  Hasta la próxima.


   Capi


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