Voy a por mi quinta maratón de Valencia. La última vez que disfruté de esta maraton fue en el 2015. Ya han pasado 10 años. Se dice pronto.
Supongo que en todo este tiempo habrán cambiado muchas cosas. Vamos a comprobar lo que ha evolucionado la carrera y todo lo que lo rodea.
El sábado por la mañana Susana y yo salimos para Valencia. Llevamos de acompañante a Ángel que viene a correr su tercera maratón aquí en Valencia.
Derechos a la feria del corredor. Allí cogemos los dorsales y bolsa del corredor. Cambiamos la camiseta en la zona de intercambio y a ver los puestos de las marcas.
Susana compite en correr arrastrando un peso. Queda 2ª. Cachis. jajaja.buen ratillo pasamos.
Fotos varias con los carteles del maratón. Fotitos con un tal Miguel Indurain y con Fermin Cacho.
Ale, dejamos a Angel en su alojamiento y nosotros al piso con mi hijo que está estudiando aquí en Valencia.
Paseito, cena y a dormir que mañana hay jaleo.
Por la mañana temprano y con una temperatura envidiable, nos vamos andando hacia la salida. Tenemos unos 30 minutos a pie.
Cuanto más cerca estás de la salida, más corredores y más ambiente de maratón.
Esto empieza a coger forma. De fondo el Oceanogràfic. Menuda estampa para esta carrera.
Nos vamos hacia la entrada de mi cajón. Aquí ya los acompañantes no pueden pasar. Me termino de acicalar y me despido de Susana. Hoy va a estar pendiente de mí por si necesito algo y sobre todo para darme ánimos en todos los sitios que pueda.
Susana se va a buscar a Ángel, que está en otra entrada de otro cajón, para que le de una mochila que no ha podido dejar en el ropero. Momentos muy agobiantes, jajajaja. Se veía corriendo con la mochila.
Bueno, yo estoy ya situado en el coralito. Menudo ambiente. Esto es acojonante. Hacia tiempo que no hacía uno de los grandes. Casi acostumbrado a los de montaña, donde somos muy poquitos.
Los nervios se van apoderando de mi. Ufff, aquí ves gente y actitudes de de todas clases. Cada cual con su ritual.
No se si botar en el sitio. Si estirar, no se que parte del cuerpo. Llevo 180 maratones y cada vez me pongo más nervioso.
El maratón es algo muy especial, pero nunca hay que perderle la cara a la distancia por muchos que lleves. El maratón te da mucho, pero te puede quitar mucho más.
En fin, yo sigo aumentando pulsaciones. Mirando las caras de los demás corredores mientras suena la canción Un beso y una flor de Nino Bravo.
Hablo por última vez con Susana. Todo en orden. Me desea de nuevo suerte. Guardo el móvil y ahora si me pongo en modo concentración.
Mientras vamos avanzando pienso en mucha cosas. Ritmo, hidratacion,.... Ya empiezan las dudas, jajajaja.
Dan la salida al cajón que está delante nuestra. Comenzamos a avanzar para colocarnos a la entrada del puente de Monteolivete, donde comienza nuestra aventura.
Pocos segundos para la salida. Ufff, ahora si que si. Gritos de ánimo y de euforia salen de las gargantas de muchos corredores. La piel de gallina. Joder que momento.
Y por fin suena el disparo de salida. ¡¡A correr!! . Avanzamos muy despacio hacia el puente. El GPS no me hace ni caso. No coge satélites. Bueno, pues peor para él, jajajaja.
Y..... Paso por debajo del arco de salida y por encima de la alfombra del chip. Ahora si que sí. Aprieto el play del reloj y a correr.
Menuda marabunda de gente. Es alucinante. La masa te lleva, pero intento no ir pasado de vueltas. Controlo el ritmo, pero aún así estoy yendo algo más rápido de lo que había pensado.
Por el km 4 más o menos me vibra el reloj. Me dice que ya tiene GPS. Pues a buenas horas. Bueno, nos iremos guiando por los kilómetros. Ya me va a tocar hacer cuentas durante toda la carrera por que llevo menos distancia en el reloj que en el asfalto.
Primeros 5 kilómetros en 24 minutos y pico. No se si será por la emoción, la gente, los nervios o que, pero he pasado a medio minuto más rápido por kilómetro de lo que tenía pensado.
La verdad es que me he encontrado bien. Pensaba que iba a estar peor después del maratón del domingo pasado. También se, por experiencia, que esto no es como empieza, si no como acaba.
Decido continuar a ese ritmo, casi sin mirar el reloj. Voy por sensaciones y dejándome llevar. Aún así, paso por el kilómetro 10 en 49 minutos.
Se me han pasado volando. Ha sido súper extraño. Suelen ser los kilómetros que más largos se me hacen, quitando los 5 últimos, claro.
He ido hidratándome y tomando sales desde el principio. Va a hacer calor y hay mucha humedad. Importantísimo llevar controlado ese tema.
Del 10 al 15 voy tomando decisiones. Voy demasiado rápido, pero la verdad es que me estoy encontrando bien. Pues nada, el maratón también es arriesgar así que tomo una decisión. Intentar llevar este ritmo hasta la media maratón y después ya veremos.
Venga, que Susana ya está esperandome. Supongo que estará en el sitio acordado con tiempo suficiente ya que hicimos cálculos para terminar el maratón en 3 horas 45 y a este paso voy a 3 horas 30.
Pues si. Allí está esperando mi paso. Me desea suerte. La digo que voy a 5 el kilómetro para que recalcule los tiempos. Pero vamos, que ella ya se ha dado cuenta. Es lo que tiene llevar 14 maratones en sus piernas y muchísimos más apoyándome a mí.
Paso el kilómetro 15 en 1 hora 14 minutos. Muy bien, continúo con el nuevo plan establecido. Bebo agua e isotónico en todos los avituallamientos. También me empiezo a mojar los brazos, nuca y cabeza. Menudo día nos está haciendo.
Vamos a por la media maratón. Vuelvo a ver a Susana que me da mucho ánimo y mucha energía. Menuda tupa a andar se está dando. Y la que le queda por darse.
Las calles están abarrotadas. Hay alguna zona un poco más desangelada, pero esto es una pasada de animación.
Y por fin paso por la media maratón. 1 hora y 44 minutos. Bueno, no está mal la cosa. De momento sigo con buenas sensaciones. Me apoyo un poco en el reloj para intentar no bajar el ritmo, aunque llevo metros de menos a causa de los malditos satélites, ja ja ja.
Venga, 4 kilómetros hasta el 25. A ver si consigo no decaer. Aquí comienza la maratón de verdad. Si te has pasado lo vas a ir pagando al paso de los kilómetros. El maratón te pone en tu lugar. Espero no haberme ido mucho de ritmo. De momento no voy mal, pero se que ya el asfalto le toco poco por estar centrado en la montaña y que al final estos ritmos tan constantes y continuos me pasan factura.
Pero como he dicho antes, también hay que arriesgar. Este maraton no me lo he preparado y por lo tanto, lo que tenga que ser será. No tengo prisa ni objetivo, aunque si que es verdad, que al paso de los kilómetros uno mismo se va fijando objetivos.
Venga, el km 25 clavao. Sigo con mi progresión sin cebarme en ningún momento. Lo bueno está por llegar. Hay momentos que pienso que puedo quitarle unos segundos al kilómetro, pero tengo la cabeza fría y consigo no caer en la tentación.
Cerca del kilómetro 30 vuelvo a ver a Susana. Me dice que me ve bien. Eso para mi es buena señal. Ella sabe por mi forma de correr, mis gestos, mi mirada y por mil cosas más, como voy. Y si dice que me ve bien es por que estoy todavía entero y con buena cara.
Gracias Mon Amur. Vamos a por el kilómetro 30. Y le paso en 2 horas 29 minutos. A ritmo de 5. No está mal la cosa. A partir de aquí añado al agua y al isotónico, glucosa. Esta me va genial. Aunque hay puntos donde te ofrecen geles con y sin cafeína, paso de largo. No tomo geles, pero hay un momento en el que veo a todo el mundo cogerlos y tomárselos que pienso hasta en probar. Pero creo que no es el mejor momento, je je je.
Nada, yo con mi glucosa de momento voy bien y me funciona.
Ya vamos viendo a gente andando y estirando. Algunos sentados en los bordillos y otros apoyados en vallas. Comienza el verdadero maratón. Ahora es donde te juegas todo lo hecho en los 30 km anteriores.
Paso por el km 32. Sigo aguantando el ritmo, pero he perdido unos segundos por kilómetro. La cabeza ya tiene que empezar a tirar de ganas.
Son solo 10 kilómetros. De casa al puente y vuelta, me digo para mis adentros. He llegado hasta aquí haciendo lo que no me esperaba. Me fijo un nuevo objetivo. Ir a 5'30" como mucho.
Fácil es decirlo o pensarlo, pero ahora hay que hacerlo o por lo menos intentarlo.
Los avituallamientos son un poco caóticos a estas alturas. Muchos se paran a beber en seco y tienes que sortearlos o parar para no chocarte. Hay muchos corredores muy tocados que no tienen ni fuerzas para retirarse a un lado. Además la calle va repleta de corredores y las aceras llenas de a inimacion. Muchísimo jaleo y bullicio.
Los pequeños y no tan pequeños, te sacan la mano para que se la choques. Eso me viene bien para dejar de pensar en las piernas unos momentos. Además ver la cara de ilusión de los más peques, no tiene precio.
Kilómetros 35. Se que he bajado un poco el ritmo pero no me quiero obsesionar. Ya las patas empiezan a quejarse, pero la cabeza la llevo al 100 %.
Ahora si, comienzo a descontar. Siete kilómetros para cruzar la meta. Hay que aguantar lo que se pueda. Frases motivadoras, palabras de ánimo y sobre todo no decaer para no perder todo lo realizado hasta ahora.
Comienza la cuenta atrás. Kilómetro a kilómetro. Voy haciendo cada kilómetro por individual. Uno y otro y otro. Así paso por el 40. Aunque a mi me marca mucho menos. Bueno, he ido guiándome de los carteles kilómetricos y ya me faltan dos.
Ya hay que tirar de coraje. Animo a muchos que van andando por que no pueden más. Llevan la cara de rabia de querer y no poder. Tan cerca y tan lejos. Pero cuando ya estás en esa situación, no das más de sí. No eres capaz de sobreponerte y decides dejar lo poco que te queda para la recta de meta.
Yo estoy a falta de 1 kilómetro. Esto está abarrotado de gente. Menuda pasada. Te llevan en volandas.
Unos carteles te indican los metros que te faltan. 900, 800, 700.....
Y por fin giramos a la izquierda para bajar la rampa y entrar en el oceanogràfic. Ufff, cuesta hasta bajar la cuesta.
Pero ya estamos encarando la recta de meta. Piso la alfombra azul. La alfombra de la gloria. Cierro el puño con rabia. He hecho un maratón espectacular. Venía con dudas y la verdad es que lo he hecho con cabeza y a ritmo. Que pasote. Menuda entrada a meta.
3 horas 34 minutos. La rabia se convierte en risa floja. Risa de alegría. Risa de entusiasmo. Saludo a los que han hecho estos últimos kilómetros junto a mí. Enhorabuena a todos.
Las caras de felicidad de todos los que estamos en meta es indescriptible. Es súper emocionante. Es una sensación única. Es una emoción incontenible. Puahh, esto es una puta locura.
Llamo a Susana. Jajaja. Se alegra más que yo. Sabe muy bien lo que cuesta esto y sobre todo esta última semana de curro de noche que he pasado. Así que hoy ha sido una victoria. Hoy ha sido algo espectacular.
Nos van llevando hacia la salida para despejar la meta. Y por fin llegó el momento. Me cuelgan la medalla. Ahora sí, la 181 ha caído y de que manera. Otra muesca para el marfil.
Salgo de todo el meollo para encontrarme con Susana. Jajaja, besazo de recompensa. Que alegría Mon Amur. Gracias por estar ahí, corriendo de un lado a otro para animarme y por estar pendiente de mí en todo momento. Eres la más mejor.
Pues nada, seguimos disfrutando del ambiente y de esta gran mañana mientras nos vamos al piso para ducharnos comer algo y volver para Toledo.
Recogemos angel, que se le ha dado también de lujo y a contar anécdotas, sensaciones, historietas y demás cosas en un viaje de vuelta con las patas algo cargadas.
La verdad que es grande este maratón. Es una pasada en todos los sentidos. Espero que no pasen otros 10 años para volver a disfrutar de las calles de Valencia y de sus gentes.
Toca descansar un poco, que todavía queda tralla hasta fin de año.
Gracias por estar ahí, siempre.
Capi




















No hay comentarios:
Publicar un comentario