Vamos a por otro. Después de un par de semanas de descanso, volvemos al ruedo. Esta vez, vuelvo al maratón de Gredos. Pero con recorrido diferente.
Vamos a pasar por zonas en las que no he estado. Pero que se que tienen su miga. Eso es lo que más me gusta. Enfrentarme a lo desconocido.
Muy tempranito, el sábado, nos vamos Susana y yo hacia Hoyos del Espino. Viaje tranquilo y sin problemas.
Una vez allí, localizamos la zona donde tenemos que aparcar y luego a buscar un sitio donde desayunar. Pero antes vamos a recoger el dorsal de la carrera.
Después de firmar en el cartel de firmas, nos vamos a desayunar. Tostadita y café. Que más se puede pedir.
Pues nada, la hora se acerca así que nos vamos a aparcar a la zona de meta. De allí nos irán llevando en autobús a la plataforma que es desde donde salen las diferentes carreras.
Mi autobús sale a las 8 de la mañana y la carrera da comienzo a las 9, mientras que el autobús de Susana, que hoy viene a la denominada skyline (33 km), sale a las 9 y su prueba da comienzo a las 10.
Mi hora ha llegado. Me despido de Susana y me monto en el autobús. Viaje cortito. En 15 minutos estamos desembarcando en la plataforma.
Alli, ya está todo montado. Y como no, tenemos a Beatriz animando a todo el mundo y dando guerra para que comience con alegría el cotarro.
Unas palabrejas con ella y la dejo que siga animando la fiesta.
Toca pasar el control de materia. Manta térmica, silbato, móvil y track de la carrera descargado. También me marcan que llevo bastones. Los llevo pa ná por que se que hoy no los voy a utilizar.
A las 8:50, hablo con Susana para desearnos suerte mutua. A ver que tal se da hoy.
Y después de una ola humana sincronizada por Beatriz, comienza la cuenta atrás.
Y con unas bengalas de colores, se da la salida a esta distancia. La maratón ha comenzado.
Comienzo duro. Como no, en subida y por una calzada de piedras donde no sabes donde pisar. Pero lo bueno son los primeros compases de la carrera y estamos fuertes todavía.
Hasta la laguna grande, vamos a ir por una zona muy abierta donde nos encontramos zonas de hierbas que tapan los agujeros del terreno.
Hay que ir con precaución para no torcerte un tobillo o meter la pierna en uno de estos agujeros y que sea algo más gordo.
Aún así, voy a buen ritmo, intentando correr lo que puedo, aunque sea casi todo picando para arriba, por que se que lo que me viene es más técnico y poco corríble.
Este tramo hasta la laguna, no le ha hemos por la vía normal. Nos hemos desviado al principio hacia la izquierda y vamos por "fuera de pista".
Se nota que nos vamos acercando a lo duro, por que el verde va desapareciendo para dar paso al blanco de las piedras de esta sierra.
Una subida, ya por piedras nos pone en una cornisa desde donde vemos la sierra en su esplendor. Sus picachos en forma de agujas se ven imponentes desde aquí.
Comenzamos la bajada por un sendero donde se puede correr algo. Aquí meto el pie en un agujero y.... Con la inercia de la bajada...... Pum, al suelo. Una pequeña herida en la palma de la mano es la única consecuencia de este percance.
Nada, un poco de dolor, de sangre y la piel colgando que no impide que continúe con mi bajada. Aquí tenemos una fuente donde varios corredores están rellenado bidones. Yo voy buen así que paso de largo.
Y por fin llegamos a la Laguna Grande. Nosotros la bordeamos dejándola a nuestra izquierda para dirigirnos al Gargantón.
Unos voluntarios nos indican la dirección a seguir. Ya podemos intuir lo que se nos avecina. Le pido que me haga una foto para inmortalizar el momento.
Antes de meternos en la faena del Gargantón, tenemos que salvar un desnivel, ya metiéndonos poco a poco en la sierra pura y dura.
Y así nos metemos de lleno en esta canal. Como casi siempre, comenzamos la subida más o menos llevadera, para ir metiendo más desnivel y dificultad.
Las manos para salvar alguna trepada se hacen imprescindibles. Algún paso comprometido, pero nada importante. Solo la subida por esa canal de piedras que no te deja indiferente.
Dejamos a nuestra izquierda el Ameal, y según Continuamos subiendo vamos descubriendo a nuestra derecha La Galana.
La verdad es que me la esperaba más larga y algo más técnica, pero bueno, no está mal el Gargantón.
Una vez arriba, unos voluntarios nos indican el camino y nos dicen que en 2 km tenemos el avituallamiento.
La bajada por los Geógrafos esta entretenida. Despacito y con buena letra. Hay que ayudarse de vez en cuando del culo y de las manos.
Salvando los obstáculos naturales, vamos descendiendo hacia refugio. Doy caza a tres corredores con los que voy a terminar la bajada y con los que llego al refugio donde tenemos el avituallamiento.
Me tomo nada más llegar un par de sándwich de nocilla que me sientan de lujo. Relleno bidones y me tomo un par de vasos de Coca-Cola. También, para rematar, cojo un par de naranjas.
Pues nada, con los depósitos rellenos, continúo mi camino. Allí hay un corredor con el tobillo hinchado. Menuda pelota tiene. Allí está esperando que vengan a recogerle, mientras los de la organización están preparando la evacuación con el helicoptero.
Estoy en el km 17 y pico. Muchos senderistas están aquí descansando y disfrutando del paraje. Dan ganas de quedase allí un rato. Además hace una temperatura ideal, pero nostros hemos venido a correr, así que vamos al lío.
En este tramo que va descendiendo muy poco a poco, alternamos zonas de piedras, con lanchas, caminos o veredas más o menos corribles y zonas un poco más abiertas.
Tramo para disfrutar, donde llevamos en todo momento la garganta de Gredos a nuestra derecha.
Y así, soltando un poco las piernas, llegamos al km 24 y medio donde cruzamos un puentecito que nos deja al lado derecho de la Garganta. Allí unos voluntarios nos rellenan los bidones de agua.
Les pregunto y me dicen que en 6 y medio tenemos el siguiente avituallamiento.
Pues nada, a seguir dando zapatilla por una senda que según avanzamos, se va volviendo más chula.
El río a nuestra izquierda y el sendero entre arbustos en continuos sube y bajas, me está encantando. Aquí comenzamos a adelantar a corredores de la media y de la skyline.
En este tramo me voy pegando a dos corredores que llevo delante. Van hablando de sus cosas y ya en un tramo más ancho me pongo a su altura. Son de Villacañas, un pueblo de Toledo y encima tenemos conocidos en común.
Esto hace que vayamos juntos, cascando, claro está, hasta el siguiente avituallamiento.
Allí, donde hay gente disfrutando de la carrera como acompañante o espectador, vuelvo a rellenar bidones. Naranja, platano y chocolate y unas gominolas, aderezado todo esto con un vasito de Coca-Cola.
Mientras hace su aparición el primero de la ultra, que va como un tiro. Le animamos y sale ziscando.
Decido continuar el camino. Les digo a mis Compis de estos últimos kilómetros que voy tirando despacito, que ahora me pillaran seguro.
Pues nada, por lo que parece un cortafuegos y en constante subida comienzo estos últimos 12 kilómetros más o menos.
De aquí a meta este va a ser el terreno que tendremos. Caminos anchos y bastante buenos con algunos repechos y subidas.
Pasamos un puente donde un amable señor me hace una foto.
Está paradita me vale para bajar pulsaciones y beber agua tranquilamente.
Un poco más adelante, un voluntario nos dice que estamos a unos 8 de meta y que tenemos que coger la carretera hasta el siguiente voluntario.
Pues nada, más o menos 1 kilómetro donde tenemos una bajada por asfalto para estirar la zancada. Llegamos al voluntario que nos indica que se acabó la carretera. Desvío a la derecha y de nuevo un camino que ya llevaremos hasta el final.
Aquí, me cogen los compis de antes. Y ya con ellos voy a llegar a meta. Unos kilometrillos muy agradables contando aventuras y anécdotas varias.
Llamo a Susana que ya está esperándome , para decirla que estamos a 2 de meta. Ahora en un rato nos contaremos nuestras experiencias de la carrera.
Algún amago de calambres hacen que regulemos un poco, pero sabemos que yendo así bajaremos de las 7 horas seguro.
El reloj nos marca 43 kilómetros. Ya nos queda muy muy poquito. Tenemos el camping al lado y al fondo dislumbramos el arco azul.
Los últimos metros hay que hacerlos corriendo, aunque sean de subida.
Y así, en menos de 7 horas, pasamos por meta bajo los aplausos de todos los que están allí.
Susana inmortaliza el momento, mientras nosotros cruzamos el arco con los brazos en alto. Muy buena carrera compañeros. Un placer compartir estos kilómetros con vosotros. Así, con esa compañía, se hacen los kilómetros que quieras. Un lujo, de verdad. Lástima no habréis encontrado antes, je je je.
Bueno, enhorabuena. Un abrazo y a disfrutar de esta batalla vencida. Nos veremos en otras, seguro. Hasta pronto.
Y como no podía ser de otra forma y como siempre, la foto mordiendo la medalla y haciendo otra muesca para el marfil, no puede faltar.
Y........ Con la recompensa, claro.
Venga, toca el turno de comer algo, pero antes un control de material por parte de los jueces. Como siempre, sin problemas, y ahora si, a por el alimento sólido.
Mientras Susana y yo nos contamos un poco algunos lances de carrera, vamos a la ambulancia a que me curen la mano.
Con todo en su sitio y todo en orden, toca degustar el plato de potage que nos tienen preparados. Pero antes de llegar a cogerlo, Beatriz viene a buscar a Susana por que ha quedado 1ª de su categoría y 4ª de la general. Está muy fuerte, ja ja ja.
Ale, a sacarla unas fotillos en lo alto del Podium.
Enhorabuena Mon Amurrr. Te lo has ganado y te lo mereces. Espero que compartas esos filipinos que has ganado, je je je.
Y.... Ahora si, a por ese plato de garbanzos que nos comemos mientras charlamos con otros corredores.
Pues nada, toca cambiarse y ponerse limpio para emprender el viaje de regreso y descansar un poco que el madrugón de hoy ha sido mortal.
Termino diciendo que hoy ha estado todo muy muy bien. Gracias a los organizadores, voluntarios y demás, por hacernos disfrutar de un día tan estupendo. Seguiremos volviendo todos los años que podamos. Hasta el año que viene.
Por cierto, mi maratón número 178 ha caído. Continuamos, je je je je.
Capi
No hay comentarios:
Publicar un comentario