Cuarto año consecutivo inagurando el año maratoniano. Un maratón bastante asequible en cuanto desnivel y tecnicidad se refiere, que viene muy bien para empezar a meter kilómetros.
Este año me acompañan en el viaje, Fortes, que viene a correr la distancia de 18 km y Javi Bikila, que a última hora a decidido acompañarme y no dejarme solo.
No tenemos que salir demasiado temprano ya que la carrera da comienzo a las 10:30 de la mañana. Eso sí, salimos con las temperaturas bajo cero. Allí esperamos tener algo mas de frío, je je je.
Como es el cuarto año que voy, no tengo ni que pensar donde aparcar. Tengo un sitio localizado y me voy a él diréctamente. Antes de bajarse del coche hay que abrigarse bien que estamos a -7 ºC. Puff, que rasca que hace.
Nos dirigimos a recoger los dorsales y después a tomar un cafetito para ver si entramos en calor un poco. Allí vemos a varios amigos con los que charlamos un rato. Da yuyu salir fuera, pero no queda mas remedio que ir al coche a cambiarnos que la hora se acerca.
Bueno, pues ahora viene el dilema. ¿Qué ponerse?. Yo les digo lo que otros años he hecho. Hace frio pero está soleado y se que si vamos muy abrigados luego en carrera en las zonas donde de el sol nos van a sobrar cosas. pero claro, en las zonas de sombría va a hacer "fresco", y ahí ya depende de lo friolero que sea cada uno.
Yo opto por una térmica sin tirantes y unos manguitos térmicos y Javi por una camiseta térmica de manga larga. Fortes sale media hora mas tarde que nosotros y está a la expectativa, je je je.
Y..... ¡¡Joder!!, se me ha olvidado (incomprensiblemente) la camiseta del equipo. No me lo puedo creer. Con lo minucioso que soy preparando las cosas. Javi, haciendo las funciones de presidente del Bikilamajaro, me "obliga" a ponerme la suya. El se pondrá una de manga larga de Bikila.
Pues ya estamos vestidos para la ocasión. Pero esta vez podemos ir con el plumas puesto a la salida por que Fortes tiene que volver al coche a cambiarse y eso nos viene de lujo para estar hasta el último momento abrigados.
Ya en la salida y al calor de la hoguera donde luego harán una caldereta, esperamos que llegue la hora. Allí charlamos con Carlos y con Floren. También saludamos a David, el cronometrador de la prueba con su equipo de Comunabike.
Pues esto esta apunto de comenzar. Nos llaman a la línea de salida. Le damos a Fortes los abrigos y en poco mas de un minuto se da oficialmente la salida.
Los comienzos son cuesta arriba. Y este no podía ser diferente. Tenemos varios kilómetros en constante subida. Con el frío en el cuerpo nos cuesta arrancar y coger un poco de ritmo, aunque poco a poco parece que vamos cogiendo temperatura.
Salimos de la cuesta asfaltada y nos adentramos a los caminos. Seguimos subiendo a buen ritmito, pero no hay que cebarse mucho por que todo el desnivel positivo está en los primeros 16 kms. Hay que llegar a este punto con las piernas casi intactas para ponernos a correr los últimos veintitantos kilómetros.
Pasado el primer kilómetros me quito el buff. Yo soy bastante caluroso, je je je. Javi es todo lo contrario. Es bastante friolero, ja ja ja.
Continuamos subiendo y a lo lejos ya vamos divisando las tetas de Viana. Unas formaciones naturales que impresionan. "Pues a una de las tetas nos tenemos que subir, Javi".
Después de subir casi hasta la base de la teta, comenzamos una larga bajada con tierra suelta y surcos hechos por el agua. Al final de esta, unos voluntarios nos dicen que para la derecha. Comenzamos ahora si, la subida a la deseada cumbre. Aquí javi se quita un par de guantes (lleva puesto dos), y yo me guardo en la mochila los mios.
No es una subida técnica, pero bueno te mete un buen calentón. Llegamos al punto donde hay un avituallamiento que usaremos a la vuelta. Aquí es donde nos comenzamos a cruzar con los primeros. Ellos ya están de vuelta de la teta y se disponen a comenzar la segunda parte de la carrera.
Unos doscientos metros de camino estrecho donde nos tenemos que ir poniendo de acuerdo para pasar con los que vienen, es lo que nos queda para llegar a la escalera que nos subirá a la cima.
Llegamos a la base de la escalera y nos toca esperar. Hay que turnarse y ahora mismo están bajando. Dos voluntarios, uno arriba y otro abajo, además de controlar este paso, cogen los tiempos de los dorsales de los corredores que estamos parados, para luego descontar el tiempo perdido de la clasificación final.
Por fin llega nuestro turno. Subo antes que Javi que no duda en sacarme unas fotillos mientras subo. Una vez arriba yo hago lo mismo pero al revés, je je je.
ya estamos en la meseta de la teta. tenemos que dar la vuelta al perímetro para volver de nuevo a la escalera. En un punto tenemos a nuestras espaldas la central nuclear. Imponen sus dos chimeneas y no dudamos en hacernos una foto con las maravillosas vistas.
De nuevo en la escalera, tenemos que esperar. Aquí dejamos paso al segundo clasificado de la prueba corta, que un poco enfurruñado no tiene otra que parase a esperar. Los voluntarios le dicen que no se preocupe que le tienen parado el tiempo.
Bueno, terminan de subir varios corredores y es nuestro turno. Bajamos la escalera y pasamos el tramo donde nos cruzamos, ahora, con los que van a subir.
Y por fin llegamos al avituallamiento que vimos antes, pero que ahora si podemos hacer uso de él. Un poco de isotónico, fruta y poco más. Bueno, yo me llevo para el viaje un par de galletas de chocolate y casi media tableta de chocolate negro. Javi me mira y se ríe, ja ja ja. Me puede el chocolate........
Pues ya tenemos casi todo el desnivel positivo en las piernas. Solo quedan un par de cuestas por caminos y rematamos las subidas. Pero antes cogemos un sendero en bajada bastante chulo y divertido de correr para ir acercándonos al margen del río. Por esta zona el río está limpísimo. Es transparente. Es increíble correr por esta zona. Lastima que luego llegue a Toledo como llega.
Continuamos..... Para llevar cerca de veinte kilómetros creo que vamos bastante bien y lo mas importante es que estamos disfrutando a tope de estos parajes. En definitiva es a lo que hemos venido. A disfrutar lo máximo posible y a ir metiendo kilómetros a las piernas para lo que se avecina este año.
Ahora sí, comenzamos las ultimas rampas del recorrido, que no tardamos en comérnoslas, para comenzar un pequeño descenso hacia en camino, que paralelo al río, nos llevará de vuelta al pueblo.
Nos quedan unos dieciséis kilómetros de camino por el margen del río. Río que llevamos a bastantes metros por debajo nuestra. También vemos durante casi todo el recorrido la central nuclear.
En este tramo cogemos un ritmo crucero por debajo de cinco. A mi al principio me cuesta un poco ya que hace varios kilómetros me he doblado el tobillo. ¡¡Pero bien doblado!!. He seguido corriendo con bastante dolor en la zona del empeine. La torcedura ha sido de una forma muy rara y no es el tobillo lo que duele, es la zona del empeine hacia los dedos. Esto me impide dar bien el paso y tengo que pisar de plano para evitar el dolor. Bueno, para que me duela lo menos posible.
Javi me repite en varias ocasiones que paremos para verlo, pero le digo que no quiero ni mirar, ni parar. No quiero que se enfríe así que vamos para Trillo.
Estos kilómetros me dejan correr con bastante normalidad. Solo es en las cuestas abajo (por que el camino no es todo llano, je je je), donde me molesta bastante al tener que hacer todo el juego del pie.
Bueno, a pesar de esto, nos vamos comiendo los kilómetros como si de un rodaje se tratase. Y llegamos al último avituallamiento donde nos hidratamos y comemos de todo un poco. Yo cojo un puñadito de gominolas para el resto del trayecto y salimos zumbando de allí. Javi saca el móvil y hace un video para mandarlo al grupo del equipo.
Nos quedan unos diez kilómetros que esperamos continuar con el mismo ritmito. En este tramo vamos cogiendo a corredores que van andando o corriendo despacito. Este camino es lo que tiene. Como te hayas pasado al principio ahora las piernas te dicen que tururú, y son muchos kilómetros de correr que se hacen muy largos.
En las zonas donde nos da el sol, se va de maravilla, pero en las zonas de sombría se nota el frío y la temperatura bajo cero que tenemos. Los charcos del camino están congelados y podemos correr sobre ellos que no se rompen.
Bueno, pues estamos terminando el camino. Pasamos a escasos metros de la central que se oculta detrás de la montaña. lo que si tenemos a nuestro lado son las instalaciones que tienen para subir el agua del río y enfriar los reactores (eso me imagino yo, je je je).
Pues se acabó el camino Jabuchi. Pisamos asfalto. Nos queda un kilómetro y medio escaso. Solo nos queda rematar la faena. Por su puesto le doy las gracias a mi compi por acompañarme hoy en este maratón. Siempre es un placer correr al lado del que te ha enseñado lo que es la montaña, y sobre todo el que te enseña cada día a disfrutar de ella y a moverte por ella. Estoy muy agradecido por ello y por aceptarme en el equipo Bikilamajaro. Bueno, que me pongo sentimental, je je je.
Nos chocamos la mano. Otra que no nos cuentan compañero. Y pasamos por meta donde tenemos a Fortes haciéndonos unas fotillos.
En esta edición van a dar medallas. Una voluntaria nos las cuelga del pescuezo y con ellas nos hacemos nuestra típica foto mordiendo la presea.
Sin mucho demorarnos, y viendo la caldereta calentita esperándonos, nos vamos hacia el coche para abrigarnos por que en cero coma nos vamos a quedar pajaritos.
Ahora sí. Ya estamos cambiados y calentitos. Dispuestos a degustar ese plato de caldereta con una cervecita fresquita (muy fresquita).
Después de comer y charlas con varios amigos, nos despedimos de David y nos ponemos en marcha para emprender el viaje de regreso.
Bueno, pues ha sido una mañana fría, pero que ha merecido la pena. Hemos disfrutado de lo lindo y hemos visto que estamos poquito a poco cogiendo ritmos y kilómetros para las aventuras futuras.
Por mi parte solo me queda ver en que queda la torcedura y cuidarme el pie para continuar compartiendo kilómetros con todos vosotros.
La primera del año ha caído. Espero poder contaros muchas mas.
Gracias por estar ahí.
Capi
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