sábado, 12 de abril de 2025

Trail los 102 de la comarca.

 Continuamos con la preparación para el objetivo de Octubre. Venimos de 30 km. Pasamos por 41 km y hoy vamos a por los 51 km.

  Los 102 de la Comarca. Un prueba que he hecho dos años en btt. Este año cambio de ruedas y de compañía. 

  La modalidad es de 102 km de distancia, pero también hay la opción de hacer la mitad, o sea, 51 km.  Pues esa nos viene de lujo para continuar nuestra preparación particular. 

  Así, salgo de currar a las 2 y media de la mañana, me echo una horita y despierto a Susana que está sopa, ja ja ja. 

   La idea es, con todo preparado de ayer, salir a las 4 de la mañana hacia Valdeverdeja. Una hora y media de camino es lo que nos llevará este trámite. 

  Tenemos que llegar a esa hora para poder coger el autobús que pone la organización, que nos llevará a Lagartera, desde donde, a las 7 de la mañana, se dará la salida a esta prueba.

   Sin ningún percance y con todo controlado, estamos aparcando en Valdeverdeja. Llevamos todo preparado así que, coger la mochila y montarnos en el autobús que ya está allí esperando. 

   Media horita de viaje donde intentamos cerrar los ojos un poco. Aunque siempre los hay que hablan para todo el autobús, creo que conseguimos desconectar un rato.

  Pues nada, nos dejan en Lagartera. Vamos a la zona de salida y justo al lado hay un par de bares abiertos. Tenemos tiempo todavía para desayunar algo. Un par de cafés, y un sándwich que nos hemos preparado en casa van al buche.

  Hoy no tenemos que recoger el dorsal por que me lo recogió ayer un compi del curro que vive en Talavera, así que ese tramite ya le llevamos hecho.



  Mientras nos terminamos el café, nos vamos poniendo de corto y preparándonos para la batalla.  En principio el tiempo va a estar muy cambiante, pero lo que si es seguro es que nos va a llover en algún momento de la mañana. El cielo está encapotado, y los nubarrones nos acechan. Esperemos que nos respete por lo menos en la salida.



  Dejamos las mochilas en el ropero y a esperar que llegue la hora. Mientras llega esa hora, que son las 7 en punto, nos hacemos unas fotillos en el cartel de la prueba y con German y Beatrix que andan por allí, y con los que charlamos un buen rato. También tenemos un compi del equipo, Manuel Soto, preparado para meterse los 51 km.


  Bueno, pues vamos al lio. Se da la salida a la prueba. Aquí salimos todos juntos. Tanto los que hacen los 102 km, como los que hacemos la mitad, 51 km y los senderistas. Tanta gente hace que esto sea una fiesta.

  Ale, a darle caña a las zapatillas. A darnos una vuelta por esta zona en la que vamos a encontrar mucha agua, mucho verde y caminos muy mojados y embarrados. Caminos que nos llevarán de lagartera a Valdeverdeja  pasando por Herreruela de Oropesa, Calzada de Oropesa y Torrico.

  Primeros kilómetros de toma de contacto y para ir preparando al cuerpo para lo que le espera. Soto viene con nosotros hasta que le digo que se vaya. Hoy tiene ganas y esta con buenas sensaciones, así que a darle caña y a hacer tu carrera. Mucha suerte compi.

  Pues nada, continuamos nuestro camino con pequeños sube y bajas y con bastante terreno embarrado que nos va poniendo a tono. Susana ha salido con el impermeable, pero no tardará en quitársele.

   La temperatura es ideal para correr. Ya en manga corta y disfrutando del ambiente, vamos haciendo kilómetros. De momento vamos muy acompañados lo que hace que sea muy llevadera la cosa.

   Hasta el primer avituallamiento, situado en Herreruela, allá por el km 11, el camino va a ser mas o menos igual. Ya cada uno se va colocando en situación y con los compañeros de viaje que vamos, son con los que vamos a estar mucho tiempo por llevar mas o menos el mismo ritmo.

  Hemos ido, y seguimos yendo, con un grupo de Polanecos. Un grupete de unos seis corredores a  los que conocemos y con los que charlamos mientras vamos devorando metros.



   En el primer avituallamiento, solo de líquido, aunque había también fruta, solo paramos para tomar un poco de naranja ya que los bidones los llevamos todavía bastante llenos. Estamos bebiendo mas bien poco. Hay que empezar a forzarse a beber que si no luego vendrán las madres mías.

   Casi sin darnos cuenta y después de pasar pegaditos a la A-5, llegamos a Calzada de Oropesa.

 Nuevo avituallamiento, esta vez de líquido y sólido. Estamos en el km 15. Aquí si rellenamos bidones y comemos algo de fruta y unas gominolas. También tomamos un poco de Coca-Cola que nos sienta tan bien siempre en las carreras.

  Pues nada, nos salimos de allí por delante de los Polanecos , aunque mas adelante nos pasaran poco a poco. Al salir de aquí, nos ponemos el impermeable. la lluvia está haciendo aparición y aunque hemos aguantado un poco por que la temperatura lo permite, ya toca proteger el cuerpo para no quedarse frio.



  Este año, con tanta agua está todo precioso. Todo verde, las plantas en flor, agua por todos los lados y como no, bastantes charcos que aunque nos molesten en alguna ocasión, sabemos que es bueno para el terreno.



  Mientras Susana sigue dando zancadas, yo me paro en la encina molinera. Una encina de 300 años y la mas importante de esta dehesa por la que estamos pasando. Son impresionantes las encinas. La dehesa sorprende por su majestuosidad y verdor. da gusto correr por estos parajes tan increíbles.

   Vamos de lujo. Susana está muy fuerte y al tran tran continuamos disfrutando de estos Juegos de la Comarca.  Pasamos entre campos de flores donde nos mojamos los pies de la humedad que tienen. 


 Hasta llegar a Torrico , nos encontramos con varios repechos bastante llevaderos que nos hacen cambiar un poco de correr a andar y poder descansar de este ritmo trotón que vamos llevando.

  Continuamente, el recorrido de los que la hacen en bici, va coincidiendo con el nuestro. Ellos se van desviando por otros caminos para mas adelante volver a coger el nuestro. Ellos salen a las 11 de la mañana, o sea que todavía no han salido. Suponemos que ya, al final de nuestros 51 kilómetros, nos irán adelantando.

  Por fin llegamos a Torrico. Kilómetro 30. hemos tenido 15 kilómetros desde el anterior a este, así que en esta ocasión hay que parar y avituallarse en condiciones.


  Allí están nuestros amigos de Polán. Pues nada, todos juntos disfrutamos de este puesto. Aquí también tenemos la bolsa de vida. No la vamos a coger por que vamos bien y no necesitamos nada, pero aún así, nos piden el número de dorsal para cambiarlas de montón y poder llevarla a la meta antes de que lleguemos nosotros. Muy bien planificado este tramite. 

  Por lo demás, un fisio nos pregunta si queremos masaje. Ganas me dan, pero en principio y por ahora vamos bien. Susana se lo agradece pero tampoco va a hacer uso de ello.

  La gente del avituallamiento super amable, alegre y servicial. Un 10 para ellos. Además, lo que nos han preparado no tiene desperdicio. Bebida, con la que rellenamos bidones. mandarinas que están de muerte. Gominolas, que son mi perdición. Empanada, que esta buenísima y de la que nos comemos dos trozos. Y unos dulces típicos que por ahora no vamos a comer, pero que tienen una pinta increíble.

  Venga, vámonos de aquí que si no no arrancamos, ja ja ja. Nada mas salir de allí y después de darle las gracias a todos los voluntarios que están allí, nos quitamos el impermeable que ha dejado de llover. 

   En seis kilómetros estamos en Valdeverdeja.  Poco después, en un desvío, la flecha negra (que es para las bicis), señala para la derecha y la flecha roja (que es para los corredores), señala para la izquierda. Yo llevo el track en el reloj y me avisa de los giros y cruces con unos 50 metros de adelanto y no tengo ningún problema. Pero mis compis se desvían hacia la derecha. Me giro, ya que Susana y yo hemos salido antes que ellos del avituallamiento, y les doy una voz. Creo que se habían dado cuenta, pero les hago la indicación, por si acaso.






  En este tramo tengo que parar a sacar todo lo malo. Llevo aguantando unos kilómetros, pero ya es hora. Me desvío un poco del camino y marco el terreno, ja ja ja. Susana ha seguido hacia adelante. Joder, lo que me va a costar cogerla. Se ha unido a los compis de Toledo y llevan un ritmo bastante bueno. 

  Pues nada, ya estamos de nuevo juntos evitando charcos y zonas embarradas. Quizás sea la zona con mas charcos en los caminos. Pero eso también mola. Si todo fuera fácil, lo haría todo el mundo.



  Entramos en Valdeverdeja. Nos paramos para hacernos una foto con el nombre del pueblo. Unos minutos mas o menos tampoco nos van a suponer nada.

  Comenzamos a correr por las calles del pueblo. Aquí es donde hemos dejado el coche esta mañana. Puff, llevamos unas pocas horas ya deambulando por la zona. Aquí tenemos un avituallamiento líquido en el kilómetro 36.

  Bajamos una calle por el centro del pueblo, la calle Estación Eras, donde un niño muy pequeño, junto a sus padres, nos animan y nos aplauden. Les damos las gracias y a los pocos metros, me acuerdo que llevo una bolsa de chuches. Le digo a Susana que siga y yo me doy la vuelta para dársela al pequeño. La cara de felicidad del peque es lo que me llevo. Los padres me lo agradecen y dándole las gracias al niño por sus aplausos, me despido de él. 

  Me encanta hacer este tipo de cosas. Los peques siempre tendrán ese recuerdo y sabrán que los deportistas son gente generosa y agradecida, y sobre todo gente buena.

  Pero de nuevo me toca apretar el culo apara coger a Susana. Bajo los aplausos de las mujeres y hombres de la localidad, salimos del pueblo. Vamos a por este bucle que nos traerá de nuevo hasta aquí para recibir nuestra medalla.

  Este bucle va a ser por caminos bastante buenos. Anchos y bien asentados. Eso sí, vamos a tener bastantes repechos que no nos van a dar tregua.




   En teoría el  último avituallamiento tendría que estar en el km 44, pero no va a ser hasta el casi 47 donde vamos a poder para unos segundos para beber y tomar de nuevo unas mandarinas que están buenísimas. También unas gominolas por su puesto.

  Bueno Susana, vamos a por este último tramo. Largos caminos todo recto pero con largas subidas y sus respectivas bajadas. Hemos ido bastante bien y eso hace que vayamos con un tiempo bastante mejor de lo esperado. Aún así, todavía aprieto un poco mas a Susana.  "A ver si llegamos antes de las 6 horas y media". je je je.





   Ella sola se va a regular y a apretar los dientes para ver si es posible. El reloj me dice lo que me queda para la meta y todavía no está todo conseguido. Hay que dar lo poco o mucho que nos quede. 






 Un último repecho que nos da acceso al pueblo, nos le tomamos con un poco de calma para coger fuerzas y darlo todo en los últimos metros.

  Y así es, antes de terminar el repecho, ya está corriendo y dando las últimas zancadas a toda pastilla y bajando por la calle Ángel Luis Rodríguez, llegamos al aplaza de España donde está la meta. 

  Ostras, pasamos por el arco y lo hemos conseguido. 6 horas, 29 minutos y 33 segundos. Ja ja ja, gran carrera Mon Amur. Has ido de lujo. A ritmo y con alegría que es lo que necesitamos para el objetivo de mayo. Enhorabuena por que hoy ha sido un grandísimo entreno.





  Solo nos queda recibir nuestra medalla, que en esta ocasión, me la pones tu a mí y yo a ti. Yujuuu, otra muesca para el marfil.

  Vamos al avituallamiento final donde tenemos pasta y sándwich, fruta, frutos secos y por suerte, tenemos también los dulces típicos que antes en Torrico no probamos pero que ahora si que vamos a degustar.  Buenísimos. Menudo manjar para reponer las calorías quemadas.

   Recogemos la bolsa de vida y viendo como está el cielo, decidimos irnos al coche. Menuda chupa de agua esta cayendo. Nos hemos escapado por 5 segundos. Que manera de llover. Mientras nos acordamos de los que aún siguen en carrera tanto de bici como de correr y senderistas, nos ponemos la ropa de cambio.

  Con este panorama, decidimos irnos para Toledo y así llegar a echarnos una señora siesta, que nos la hemos ganado.



  Otra para la saca y esta además cumpliendo con lo marcado y programado. Ya queda menos.

  Go Go Go 

     Capi























jueves, 10 de abril de 2025

Maraton Ultra Sierra Nevada

 Quinto año consecutivo que nos vamos para Granada. Este año con la invitación de Nanny.


   Así, en este viaje exprés, nos plantamos en Cenes para recoger los dorsales. Ya es viernes por la tarde. Recogemos las llaves del apartamento y nos subimos a Pradollano para alojarnos. 

  Alli preparamos todo lo de mañana para la carrera, cena y a dormir. 

  Por la mañana, con todo ya preparado, nos vamos al aparcamiento de Pradollano a coger el autobús que nos llevará a Quéntar. 

 Unos 40 minutos de viaje donde intentamos cerrar un poco los ojos. Ya en el pueblo, lo primero es desayunar. Unas tostadas con café que nos sientan de maravilla. 

  Faltando veinte minutos para la salida, nos ponemos de corto y vamos a dejar la mochila en el ropero. 

Por allí está Nanny dando su energía para que todo salga redondo. Unos besos y unas charlas para rematar estos pocos minutos que nos quedan. 



  Ya van a dar las ocho. Así que a mezclarnos con los corredores. Con todo a punto, se da la salida a nuestro quinto maraton, aquí en Granada. 

  El recorrido de este año, cambia un poco en esta primera parte. Pero luego, nos le conocemos bastante bien. 

   Hay que aprovechar eso y regular las fuerzas para llegar a meta habiendo disfrutado y sufrido a partes iguales. 

  Hasta Pinos Genil, en el kilómetro 16 más a menos, lo hemos gestionado bastante bien. Hemos ido regulando en las subidas y aprovechando las bajadas que es dondw disfrutamos nosotros. 







  Amanece y las vistas de la sierra, con el característico Veleta de fondo, todo nevado es increíble. Menuda estampa nos está regalando el día tan bueno que ha salido hoy. 

  




  En poco más de una hora, nos hemos desecho de la camiseta térmica. La temperatura es buenísima para correr.

  El terreno está increíble. Menuda mañana, y parte de la tarde nos espera. 

  Después de unas pocas fotos y un par de horas de carrera, nos encontramos bajando la cuesta de hormigón hacia Pinos Genil. 

  Alli tenemos el primer avituallamiento donde tenemos de todo. Mientras Susana va a la servicio, yo hago acopio de galletas de chocolate y gominolas. Esas son mis barritas y mis geles, jajajaja. 

   Alli coincidimos las tres distancias, lo que hace que haya muchísima gente animando y muchos corredores dándose un respiro. 

  Ahora le toca a Susana avituallarse. La naranja le viene de lujo, y las gominolas también. La pasta, los sándwich, barritas......., no nos apetecen mucho. Es demasiado temprano todavía.



      Con las reservas a tope, salimos del avituallamiento sabiendo lo que nos espera. No sabemos si es mejor conocer el recorrido, o no.  Bueno, vamos pasito a paso y a continuar el camino. 







  Este tramo hasta Dornajo, tiene su aquel. Subidas muy exigentes, con bajadas bastante "peligrosas", tramo de escaleras y las temidas zetas, en el barranco de las Víboras. Aún así , es lo mas bonito del recorrido.







  Aquí hay que racionar bien el agua por que el sol pega de lo lindo y hasta el km 28 , en Dornajo no hay mas avituallamientos. Bueno, sabemos que justo antes de subir las zetas, hay una fuente natural donde podemos rellenar bidones.

  En el recorrido hay algunos corredores a los que les hacemos esa observación. Que rellenen agua en la fuente por que si vas justo, en las zetas se pueden quedar secos.







  Después de algunas zonas muy chulas por el barranco. Con veredas en continuos sube y bajas, algún tramo exigente y otros disfrutones, llegamos a la fuente del rio. allí rellenemos los bidones y Susana aprovecha para ir al servicio.

  Bueno, pues comenzamos la pre-zetas. la primera toma de contacto con la subida que precede a las tan nombradas zetas. Después, comenzamos a subir este tramo serpenteante. Algunos están al comienzo de la subida parados en las últimas sombras. A partir de aquí, todo para arriba y sin sombra. 





  Venga Mon Amur. Un par de kilómetros y estamos en Dornajo. Poquito a poco, vamos ascendiendo por las zetas. Susana tiene que respirar un poco en una ocasión para coger impulso y rematar la subida de la mejor de las maneras.

   Nada, este año se nos hacen hasta cortas. Y una vez arriba, toca soltar patas, aprovechando una bajada que nos llevará al campo de futbol. Allí coincido con un chaval que está en la legión, en Almería y con el que voy charlando un rato de tiempos pasados y de amigos en común.

  Susana ha ido tirando un poco y hace antes que yo la última subida que nos llevará a la carretera. Allí arriba me esta esperando para cruzarla juntos y llegar al avituallamiento. Ale, a comer y beber que ya va habiendo hambre. Nos quedan unos doce kilómetros. Seis hasta el botánico, donde tenemos el último avituallamiento, y otros seis hasta la meta en Pradollano.

  Salimos de allí por un camino ancho y bueno que llevaremos durante unos 4 km. Le corremos prácticamente entero, lo que hace que adelantemos a muchos corredores que van andando. Hay que aprovechar estos tramos para estirar piernas después de tanta subida.






  Aquí también nos adelanta algún corredor que va como un tiro. Hasta que no nos desvía un voluntario, seguimos dando caña a las piernas. Este voluntario nos dice que para arriba. Ya nos lo conocemos, así que no nos sorprende. Sabemos que tenemos una larga subida, con algún tramo con bastante desnivel hasta llegar al botánico. Allí tenemos el último avituallamiento. 







   Reponemos bidones y comemos algo. Ya solo nos quedan 6 kilómetros. y además son de los mas chulos. una vereda entre pinos con constantes sube y baja que es lo que le gusta a Susana.



  Antes de meternos en este pinar, tenemos un tramo por carretera. No es lo mas chulo, pero si que es bastante animado ya que casi todos los coches que suben o bajan de Pradollano, te pitan y te gritan por la ventanilla mensajes de ánimo.

  Ahora sí, nos metemos a la izquierda por un "camino" cuesta arriba, que nos meterá de lleno en el pinar. Según vamos cogiendo altura, va  apareciendo la nieve. Ya hay bastantes tramos vestidos de blanco, lo que lo hace algo espectacular. 



   Otros años hemos tenido mucha mas nieve, pero bueno, vamos a pisar una poquita, je je je. 

  Disfrutando de lo lindo y con piernas suficientes para hacerlo todo corriendo, volvemos a bajar a la carretera. Ya a menos de un kilómetro de la meta. Pasamos por el parking y le bordeamos para encarar la recta de meta en la misma plaza de al estación de esquí.

  Mon Amur, otra aventura más. otra disfrutando a tope de la carrera y de tu compañía. Y además, haciendo el mejor tiempo de las cinco ediciones. Eso quiere decir que estamos haciendo las cosas, pro lo menos, algo bien.

  Subimos la rampa de meta y con un beso rematamos esta jornada de trail a casi tres mil metros de altura, y a los pies del Veleta.

  Enhorabuena por que has sabido gestionar esos problemillas de carrera. Esto te hace mas fuerte. Rematamos la segunda carrera-entreno para el objetivo final. Ya va quedando poco.




  Pues nada, bajamos al rampa y allí está Nanny esperándonos para ponernos la medalla. Menudo privilegio es que la rubia te ponga la deseada medalla. Mil gracias amiga. 

  Después de unas palabrillas y la obligada foto, la dejamos que siga con su tarea que siguen llegando corredores. Nosotros recogemos la prenda finisher y nos vamos a comer algo. Un poco de pasta, fruta, frutos secos, cerveza, gominolas y unos montaditos de lomo recién hechos que nos sientan de lujo.

  Hace una tarde espectacular. Esto está lleno de gente. Muchísimos disfrutando de las pistas que están a rebosar de nieve. Nosotros nos vamos a cambiar y sin mucha demora, emprendemos el viaje de regreso a Toledo. Este año no nos podemos quedar hasta el domingo, pero bueno, lo hemos pasado en grande.

  La quinta maratón de Sierra Nevada consecutiva conseguida. El año que viene más y mejor, seguro.

   Esto continua.

    Capi