Mi quinta participación en esta prueba tan exigente en muchos sentidos. Este año cambia la hora de salida. En esta ocasión se retrasa de las 22:00 del viernes a las 03:00 del sábado. Eso implica que tenemos cinco horas menos de tiempo límite para terminar la carrera. Lejos queda aquella primera edición donde se salió por la mañana y en la que tuve que chuparme las Almenaras de noche. Je je je, estuvo entretenida la cosa.
También ha variado el recorrido significativamente. De 105 km, lo dejan en 92. Deciden quitar unos tramos algo pestosos y además lo que es el recorrido varía para no hacer alguna subida muy técnica de noche. Aún así, el tiempo es muy justo y no puedes entretenerte mucho, ja ja ja.
Con todo esto y después de hablar con José Ramón, que es el artífice de este carrerón, para despejar algunas dudas que tenía, decido ir a Riopar. He de decir que la carrera me tocó en un sorteo y eso no se puede desaprovechar nunca, ja ja ja.
A las 20:30 de la tarde del viernes, estoy recogiendo el dorsal y bolsa de la carrera. Después me voy a la piscina donde dejo la bolsa de vida con todo lo que creo que puedo necesitar en caso de algún contratiempo, y como no, asisto a la charla técnica para enterarme de los cambios, peligros, novedades y demás cosas que nos interesan para que todo sea algo mas fácil. Estas charlas, para, sobre todo, las distancias largas, son importantísimas. Te aclaran cualquier duda y te hacen visualizar un poco el recorrido de principio a fin.
Pues nada, con todo bien explicado, me voy a tomar un café y charlo con algún conocido de estas locuras. Luego me voy al coche a cenar lo que Susana me ha preparado.
José Ramón, me ofreció dormir en suelo duro pro que el cambio de hora nos deja un poco tocados en el sentido de alojamiento y que ya no merece la pena pillar nada para dos o tres horas. Al final decido apalancarme en el coche. Me he traído de todo y me hago una cama improvisada que me hace coger el sueño bastante rápido.
A las 02:15, suena el despertador. Puff, creo que he dormido unas tres horas en total. Pero bueno, sabía que iba a ser así y después de un lavado de cara, me despejo lo suficiente para comenzar a cambiarme.
Tengo todo preparado., así que no tardo mucho. también aprovecho para desayunar mientras termino con los últimos retoques.
Andandito me voy hacia la salida. Allí estamos los pocos valientes que vamos a meternos entre pecho y espalda este rompe piernas. En total somos unos 29 corredores. Con alguno de ellos he coincidido en otras ediciones y en otras carreras también.
Saludo a Beatrix, que hoy deja las zapas para coger el micro y pegarse todo el finde presentando, retrasmitiendo y animando las carreras. Hace una semana estuvimos juntos disfrutando de los 51 km de los juegos de la comarca. Siempre es una alegría saludar a gente buena.
También charlo un rato con José Ramón. Mientras me muevo y boto en el sitio para ir quitando la tensión del momento. Y es que 92 km con mas de 5000 metros positivos, por terrenos super técnicos y pasos complicados, no es para tomárselo a broma.
Todos al cajón de salida. Ayer, por el buen tiempo que hace, quitaron todo el material obligatorio de abrigo. Solo frontal con pilas de repuesto y manta térmica, además de lo esencial de hidratación , por su puesto.
Las últimas indicaciones y precauciones que tomar por parte de José Ramón, nos acercan a la hora de la salida. El Padroncillo, los Picarazos, el Picayo, el Gallinero, la Caseta, de nuevo el Padroncillo, la Almenarilla y la Almenara nos están esperando desafiantes.
Y a las 03:00 de la mañana, Beatrix nos da la salida con toda la energía que lleva dentro, deseándonos suerte a través de ese micrófono que no dejará de sonar durante dos días.
Las primeras zancadas que nos llevarán a la salida del pueblo, las hacemos casi todos juntos. Pero esto va a durar poco. 29 corredores solamente hacen que en el km 2, ya vayamos casi solos.
La temperatura de momento es ideal. Pero no tardaremos en sentir bastante bochorno y comenzar a sudar. Supongo que cuando se haga de día subirán bastante las temperaturas y el sol nos machacará de lo lindo. Algunos van en parejas, y eso que se van a llevar, ir acompañados.
Nos dirigimos hacia el Padroncillo. Siempre picando para arriba. Los caminos y veredas no están del todo mal.
Me he unido a un cuarteto que lleva mas o menos el mismo ritmo que yo, para por lo menos, no pasar la noche solo y estar acompañado, o solo para evitar la soledad, sino también para protegernos de los ataques de las alimañas y demás ser vivo que nos quiera dar un sustito, ja ja ja.
Subiendo por un camino bastante bueno, me fijo que de los cinco que vamos, 4 llevamos las zapatillas Normal Tomir 2.0. Pero los cinco llevamos calcetines Lurbel Bmax. En estas carreras es donde te das cuenta de lo que en verdad funciona. Olvídate de youtuberos, influencieros y demás personajes que no le meten a las piernas estas carreras para poder testar el material. Ven, observa y pregúntales a ellos, que son los que realmente te pueden decir un poco bastante lo que funciona.
Después de un tiempo por este camino, nos encontramos a José Ramón y otros voluntarios con un coche atravesándole. Nos ofrecen agua y un poco de charleta. Me dice, que si voy reservando para mañana el maratón de Madrid, ja ja ja. Noo, es que esto es muy largo, le contesto.
Ale, comienza la primera subida seria de la jornada. Algo mas de 3 kilómetros donde nos metemos casi 900 positivos. Subimos al padroncillo por la otra vertiente a la habitual por que es menos peligrosa para hacerla por la noche.
Hoy vamos a meternos dos subidas al temido Padroncillo. Esta que estamos haciendo ahora y la penúltima antes de las Almenaras, en el km 65, ya por la subida tradicional mas dura y técnica.
Vamos ascendiendo en fila india, progresando entre matorrales y fueras de pista, siempre siguiendo el balizaje de la carrera.
Una vez arriba, y ya con casi mil positivos en el cuerpo, comenzamos el descenso hacia Tejo, en un recorrido donde alternamos tramos bastante corribles con otros mas técnicos.
Llegamos al avituallamiento donde rellenamos bidones y como algo de sólido. Voy empapado en sudor por que hace mucho bochorno. No descuido la toma de sales, por que cuando salga el sol y suba la temperatura, puedo recibir el castigo.
Los Picarazos nos espera. Pico situado a 1440 metros y que coronaremos tras 3 km de ascenso, con una pendiente media del 16,7 %.
Hemos ido bastante callados, pero ahora parece que vamos con alguna conversación que nos hace mas amena la subida. Aquí no hay subida suave. Todas son bastante exigentes donde tienes que llevarlo con bastante tiento. En estas subidas y bajadas, el suelo está cubierto por acículas (pinochas) y de piñas por lo que tienes que llevar mucho cuidado.
Alcanzado los Picarazos, descendemos un poco para volver a meternos otra subida corta, de unos 600 metros, pero también dura, al llamado Picayo.
Estamos en el km 22. Nos quedan unos 11 kilómetros para llegar a Riópar donde tenemos la bolsa de vida y el avituallamiento fuerte de la carrera. Pero antes tenemos que descender hasta Miraflores donde tenemos un avituallamiento también bastante completo.
El tramo hasta Riópar, es bastante llevadero. Bastante bajada alternando con algunos ascensos, pero en general, podemos correr bastante.
Por fin entro al pueblo. Llevo el frontal puesto todavía, aunque ya se ha hecho de día. En la entrada de la piscina, donde tenemos el punto de vida y avituallamiento, esta Beatrix recibiendo a los corredores para darle ánimo. Que grande. La saludo y mientras como algo de fruta y un par de montaditos de chorizo, Charlamos. "Si necesitas algo, dímelo". Mil gracias Beatrix.
Aprovecho para coger la caja de vida y dejar el frontal y los manguitos. El impermeable decido quedarmele por si las moscas, que el tiempo está últimamente muy cambiante y además, arriba en el Gallinero suele hacer aire y frio. Aprovecho para coger la otra bolsita de sales y una pantera rosa, je je je.
Charlo también con dos corredores de Ciudad Real que están con sus familiares. También cruzamos alguna palabra que otra con los corredores de la distancia trail, que se están avituallando.
Los voluntarios super comprometidos y simpáticos me ofrecen de todo. Creo que con lo que he metido para adentro, me da hasta volver aquí, ya en el km 48.
Me despido de ellos y salgo para el Gallinero. Tenemos una zona algo más llevadero donde aprovecho para llamar a Susana y contarle un poco como va el día.
Al comienzo de la subida al Gallinero, me dan caza los de Ciudad Real. Van a buen ritmo. Con ellos voy un rato charlando hasta que se van despegando. Yo decido ir a mi ritmo y al final lo que voy a hacer es la goma.
Ellos van mejor en algún tramo y yo en otro y eso hace que nos juntemos de vez en cuando, ja ja ja ja.
El Gallinero no te deja indiferente y su cresteo mucho menos. Hace un poco de aire, pero es aguantable y hasta viene bien para mitigar un poco el calor.
Ya en la bajada voy soltando patas hasta llegar a la Toma del agua donde tenemos un nuevo avituallamiento. Allí están mis compis de "goma".
En la bajada iba yo delante, pero me despisté en un cruce y tiré recto por ir buscando una barrita en la mochila y llevar la cabeza agachada. Menos mal que le track del GPS, me avisa y vuelvo al camino bueno no sin hacer algúnos metros de más.
Ellos, me preguntan si me he perdido, ya que han llegado antes que yo. Bueno cosas que pasan, pero que llevando el track, no llega a mayores.
Salgo ya para Riópar en terreno bastante favorable. Aprovecho para comerme la Pantera rosa, que me sienta de lujo.
Al fin llego al pueblo y vuelvo a entrar a la piscina. Vuelvo a recibir los servicios de los voluntarios. En esta ocasión además me ofrecen pasta, pero ahora mismo la verdad es que no me apetece. Lo que sí cojo es un par de bocadillitos.
Alli vuelven a llegar los Ciudadrealeños que vuelven a ser recibidos por sus familiares.
Pues nada, me despido de todos y salgo a por la segunda mitad de la carrera.
Tenemos un tramo de subida para no perder la costumbre. Me vuelven a coger mis compis de viaje y ya con ellos voy a ir hasta la Casa Noguera. Allí tenemos un nuevo avituallamiento, donde hay unas bañeras de agua con sus fuentes y donde nos refrescamos un poco. Aprovecho para tomar un poco de Coca-Cola y rellenar bidones.
Venga, vamos saliendo que viene la subida a la Caseta. 3 kilómetros con casi un 17 %. El terreno es bastante bueno por senda, pero la pendiente ya te va dejando las patas tocadas.
Poco a poco vamos ascendiendo. A falta de unos 300 metros de coronar, mis compis deciden hacer una parada para comer algo. Yo estoy un ratillo con ellos, pero decido ir tirando para no parar mucho, que a mi particularmente no me va bien.
Comienzo la bajada. Super chula y rápida done me dejo llevar y voy disfrutando de lo lindo. Así cojo a dos chavales de Jaén. Con ellos hablo un rato, que también bienes bien, y poco a poco me voy despegando de ellos.
El calor ya empieza a ser serio. Voy bebiendo continuamente y no descuido la toma de sales. Por ahora voy bastante bien así que a seguir así.
Paso por Campamento donde hay otro avituallamiento. Ya estamos en el km 64. Relleno bien los bidones y me hidrato a tope. Como un poco de fruta y un par de croissant de chocolate.
Ale, a por el Padeoncillo, por segunda vez. Pero en esta ocasión por el sitio "bueno".
Esta subida ya te va advirtiendo que lo que queda es duro. Varios tramos de cuerdas para ayudarte en algún tramo se agradecen.
Llegamos hasta los 1. 568 metros de altitud. Este pico es muy característico por las antenas que hay en él. En la base de estas antenas y a la sombra nos han dejado garrafas de agua, Coca-Cola, Fanta de naranja y de limón.
Que bien me va a venir la Fanta naranja. Uff, que fresquita está. Un detalle por parte de la organización. Que bien viene esa paradita y ese refrigerio con las vistas que hay desde aquí arriba.
Estas panorámicas son las que te llevas en la retina y que solo puedes tenerlas y disfrutarlas haciendo estas locuras. ¿Me compensa?. Pues a mí, si. Es espectacular lo que se ve desde los picos más altos de cada zona.
Bueno, comienzo el descenso. Ya solo me quedan las Almenaras, a parte de algun repecho entre medias, je je je.
Dejo la tierra para comenzar a pisar asfalto. Un carreterin que me llevará a Riópar Viejo. A lo lejos veo a Cristina. La única valiente que se ha atrevido con la distancia larga. Va como un tiro y es que está muy muy fuerte.
En las escaleras de subida al pueblo, me poco detrás de ella. Comentamos un poco la carrera y sensaciones. También la comento que Beatrix me preguntó por ella en Riópar.
Así llegamos al avituallamiento. Están los familiares de los Ciudadrealeños que me preguntan por ellos. Les digo que si no ha pasado nada, tienen que venir detrás, no muy lejos.
Aquí hay un poco de todo. Tomo sandia y naranja. Me afrecen huevos fritos que tiene pintaza. Y más el pan de pueblo para mojar. Me resisto como puedo y no caigo en la tentación. No quiero que me caiga mal y la lie. Pero eso sí, cuando llegue a cenar a casa, los huevos no los perdono, ja ja ja.
Venga, vamos a por las Almenaras. Los primeros kilómetros de este tramo son para soltar patas. Hasta queee, te vienen los primeros repechos. Son la antesala de los que nos espera.
Cuando subes el primer pico, te das cuenta que hay otro, y después otro y después otro. Ojo hasta que ves el fin. Pero bueno vamos por el principio
En Riópar Viejo tienes que rellenar bidones a tope por que hasta pasada la Almenara no hay agua.
El riachuelo que llevamos a nuestra izquierda lleva bastante agua. Voy bebiendo bastante y no descarto desviarme para rellenar agua. Pero otro detalle de la organización, que parece un espejismo en el desierto. Un punto de agua a modo de fuente improvisada. Buahhh, que fresquita. Relleno a tope los bidones y me mojo casi de arriba a bajo. Un puntazo este punto, ja ja ja.
Pues con el cuerpo refrigerado y recién hidratado, voy ascendiendo la Almenarilla. De momento bastante asequible.
Lo que se hace un poco más peliagudo es el cresteo por ese terreno tan técnico. Sus piedras calizas te dejan las plantas de los pies doloridas. Vas por la cresta subiendo y bajando por su vertiente derecha.
En el acercamiento a la Almenara adelanto al escoba de la distancia de 65 km.
Llego a un descenso donde nos han colocado una cuerda para ayudarnos. Despacito y con buena letra que la caída puede ser muy dolorosa.
Siguiendo las balizas hacia la Almenara, y ya llegando a la última subida al pico, dejamos de ver las balizas y nos metemos en terreno peligroso. Nos escoramos muy a la derecha, hasta que decido retroceder pero ascendiendo.
Y al fin encuentro el camino. Me topo con una baliza. Y de ahí, ya ultimando la subida, siguiendo recto hasta arriba. 300 metros que te dejan sin aliento.
Arriba dos voluntarios nos animan. Y el fotógrafo nos saca nuestras mejores sonrisas.
Ufff, lo que cuesta la Almenara. Y lo bien que te sientes coronándola. Estamos en el punto más alto de la carrera. Coronamos los 1. 709 metros de altitud.
Venga, desde aquí veo el avituallamiento, pero antes hay que bajar un tramo bastante técnico y con mucha pendiente. Con mucho tiento que las piernas ya no están para aguantar mucho. Guardo los bastones para bajar más seguro.
Por fin llego al avituallamiento. Hay bastante gente. Entre ellos está José Ramón con el que charlo unos segundos solamente por que está liado controlando la carrera y puntos de control.
Me despido de todos y a rematar esto. Ocho kilómetros por veredas, trochas y caminitos donde, si llevas piernas, disfrutas de lo lindo.
Varios pasos del río nos dan un poco de frescor.
Ya diviso Riópar. Pero todavía queda ir bordeándole para entrar por la zona alta.
Pues nada, comienzo a bajar por la calle que da acceso a la plaza. Todos los que me cruzo a mi paso, me aplauden y dan la Enhorabuena. Mil gracias a todos.
Entro en la plaza. Aplausos de fondo para mí. Paso por meta donde Beatrix me espera para felicitarme y ponerme la merecida y currada medalla. Muchas gracias amiga. Un orgullo recibir esta medalla de tus manos.
17 horas y 4 minutos dedicados a este carrerón. Una carrera que te pone a prueba y te hace luchar con la montaña, los elementos y contigo mismo.
La ultra 62 ha caído. Ha costado, como tiene que ser, pero esta terminada.
Solo queda reponer fuerzas con el avituallamiento final donde nos dan chicha y bebida.
Pues nada, toca volverse para casita que hay que ponerse en modo asfalto para correr, junto a Susana, el maratón de Madrid.
Muchas gracias a todos los que me habéis seguido y dado ánimos durante la carrera.
Nos veremos muy pronto, seguro.
Por último, quiero dar la enhorabuena a la organización del Desafio Calar del rio Mundo por que ha estado todo genial. También Le doy las gracias por hacerlo posible y hacernos disfrutar a todos los que amamos la montaña. Y por su puesto a los voluntarios y a todos los que han puesto su granito de arena para que esto salga adelante.
Besos y abrazos.
Capi