domingo, 22 de junio de 2025

Toledo Bike Maraton.

   Ya llegó la cita de este año. La Toledo bike maratón. Cuarto año que se celebra y cuarta participación. Cita fija en el calendario. Un paréntesis en el Trail, donde cambiamos por un día, las zapatillas por las dos ruedas.



  Salida como siempre, a escasos 400 metros de mi casa. El parque de la Vega acoge la 4ª edición de la Toledo Bike maraton.


  Vestidos para la ocasión y defendiendo los colores de Gimnasia Rítmica Toletvm, me presento en la línea de salida. Allí están Iván y Lorena para desearnos suerte. Saludo a muchos amigos y conocidos que también le dan de vez en cuando a esto de la mountain bike. 


  Por allí anda Rubén con el que hago unas fotillos con la imponente puerta de Bisagra y con el que a la postre, voy a hacer junto a el toda la carrera. 


  9 horas de la mañana. Se da la salida neutralizada. Esta vez me pongo al final del pelotón por que mi estado de forma no es para tirar cohetes.



  La vuelta al valle, sirve para calentar motores. Hasta que llegamos a la subida de la Bastida. Ya estamos en carrera abierta, y se forma el tapón de todos los años. Pie a tierra y a esperar varios minutos hasta que esto se mueve. Y luego no queda otra que subir andando por que es imposible subirse a la bici con tanto gentío.

  Una vez arriba, parece que se abre un poco la carrera y ya por las trialeras de la Pozuela, vamos poquito a poco dejando un poco de margen con el de delante. aún así, hay varios parones ya que algunos se bajan de la bici y es imposible adelantar.

  Esta primera parte he ido con Chema. Nos hemos encontrado al principio y hemos ido juntos y de aquí hasta  el final, junto con Rubén, haremos un trio para llegara meta. 

  Primer avituallamiento. Allí tenemos a Rubén hinchándose a naranjas y sandías. Yo hago lo mismo que está haciendo calorcillo, aunque parece que se va a nublar y al final nos van a caer una gotillas de agua y todo.

  Salimos de allí, ya los tres juntos por veredas muy chulas. Aunque algunos tramos para nosotros son bastante técnicos, es un trazado bastante agradable, quitando alguna subida que te hace echar el pie a tierra.

  Subimos a la zona del Cerro de los Palos y llegamos al deposito de agua. Está soltando agua a mares. No sabemos que ha pasado pero esto parece un rio de aguas bravas. Un operario está allí, por lo que parece que es una rotura de tubería. El caso es que no se ve ni el camino. Un camino en bajada con piedras sueltas donde bajamos demasiado rápido. Una piedra me salta y me da en los cambios. Bueno, como tantas otras veces, pero esta vez no se lo que pasa que no me van bien los cambios. Incluso se me sale la cadena entre la piña y la rueda.

  En las subidas no puedo subir a los dos últimos piñones por que se me enreda la cadena y parece que va a partir. así que a aguantar como pueda con los piñones centrales y poder llegar al siguiente avituallamiento, ya en al Valle, donde está Nino con su taller móvil.



  Pues nada, he conseguido llegar y no descolgarme de mis compis de viaje. Me paro en la carpa que tiene instalada Nino y le explico lo que me pasa. Parece ser que se me ha doblado la patilla. Bueno, yo le dejo allí poniéndomela a punto mientras voy a comer y beber algo. 


  Allí tenemos montaditos y hay un cortador de jamón haciendo las delicias de los participantes. Aprovecho para hacerme una fotillo con Toledo de fondo junto a mi compañero improvisado.

  Venga, parece que Nino me ha enderezado la cosa. Mil gracias amigo, apañado por lo menos para llegar a meta, aunque seguramente tendré que pasar por taller la semana que viene, ja ja ja.

  Salimos de allí cogiendo la trialera de la piedra del Rey Moro. Muy técnica para nosotros que somos mas de caminos anchos y buenos, je je je. Conseguimos bajarla, no sin poner algún pie a tierra que otro. 


  Y justo antes de pillar asfalto, veo a Susana que está esperando nuestro paso. Nos anima y jalea mientras nos hace unas fotos con Toledo de fondo. Mil gracias Mon Amur, te veo en meta.

  Y por fin un poco de pista buena. En el asfalto se va de lujo. Pero tenemos un repecho cojonudo para subir a la academia de Infantería. Entramos por la residencia y cogemos la avenida de la Legión. 

  Siempre es especial pasar por allí. Muchos veranos disfrutados en la piscina. Además tengo el orgullo de haberme bautizado en su capilla. 

  Pues los tres jinetes disfrutan de este paseo por la academia. Allí al fondo tenemos un fotógrafo que esperemos nos haya sacado guapos.

   Salimos de allí para hacer la ronda de Santa Bárbara y adentrarnos en los pinos de la fuente del Moro. Aquí tenemos veredas muy muy chulas donde vamos disfrutando de lo lindo, pero también tenemos algún tramito peliagudo, sobre todo en subida. 

  Los cambios me vuelven a dar problemas y tengo que ir con mucho cuidado para no partir la cadena, ya que me cambia de piñón solo y suena como una carraca.

  Llegamos a lo alto de la torreta, y ahora sí, hemos acabado con las subidas. Ya estoy mas tranquilo por que en los piñones pequeños, parece que me aguanta mejor la cadena.

  Carretera y al polígono industrial. Saludo a Jose (el Rubio) que está de voluntario en un corte de carretera. Y por fin vemos el arco de AutoMotor. Allí tenemos un poco de todo, pero lo mejor es la hamburguesa y el zumo de naranja fresquito, del cual me tomo dos vasos.


  Allí como todos los años, está José Ignacio, el creador de la carrera de la Cigarra y de la del Corpus. Un crack que no ha podido resistirse a echar una mano a la organización. Una charleta muy animada con él, que termina en una foto de grupo.

  Despedidas y con el buche lleno, nos vamos hacia la senda para ya, haciendo relevos, ir hacia la meta. Senda muy agradable de correr, pasear y montar en bici, que hoy tenemos a nuestra disposición para darle caña. 

  Vemos la meta al otro lado del rio. Dejamos al senda, cruzamos el puente y nos metemos en el parque de Safón. Ya tenemos el arco de meta a la vista. Aquí estamos los tres felicitándonos mutuamente y agradeciéndonos la mañana tan especial que hemos pasado. Felicidades a Rubén y a Chema, y muchas gracias por este ratejo.



  Susana nos está esperando con la cámara en mano, y Lorena no va a ser menos. Así pasamos por meta bajo los flases de los fotógrafos y de nuestras incondicionales seguidoras.




  José, nos pone la merecida medalla y solo queda morderla para hacer otra muesca al marfil. Felicitaciones mutuas y ahora sí, el beso de Susana como recompensa final.


 El señor Ivanovich también se acerca para felicitarme. Se ha arrimado mucho, y creo que he notado su móvil..... O no... No se...Ja ja ja.

   Cuatro de cuatro. Lo importante es seguir estando y sobre todo disfrutando. Felicito a Ana por su victoria en la carrera. Para ella también es cuatro de cuatro mas cuatro. Cuatro participaciones y cuatro victorias. Madre mía que nivel. Enhorabuena.

   Pues nada, además de charlar y pasar un rato super agradable, disfrutamos del post final donde tenemos fruta, montaditos, hamburguesas, bebidas super frías y como colofón, la deseada paella que estaba de muerte.



  Después de la entrega de premios y ya de sobre mesa, rematamos con alguna que otra foto y para casita que el sillón me está llamando, ja ja ja.



  He de decir para rematar, que me ha gustado mucho el recorrido. Una distancia buena, pero no muy larga donde te puedes exigir lo que quieras, pero que no te hace llegar muy tarde, incluso a los mataos como nosotros, a meta. Los avituallamientos de diez, con fruta, montaditos y Aquarius de botella, que eso siempre se agradece. El taller móvil de Nino también genial, por que ha solucionado problemas a muchos que hubieran tenido que abandonar. Muchos pinchazos y sobre todo arreglos mecánicos. Y como colofón, para mí, la meta ha ganado mucho en Safón. Mucho mas espacioso donde hemos pasado un rato super agradable. Ahh, y la paella estaba muy muy buena. Otro punto positivo para la organización.

   Venga a descansar que mañana hay que currar.

  Capi







  

domingo, 15 de junio de 2025

Maratón alpino Madrileño.

  Buahhhhhh, ¡¡a por otro alpino!!.



  Otro año más que podemos estar en la línea de salida de este duro maratón. Ya se como es, jejejeje, así que se que toca jornada de desgaste y sufrir como todos los años el calor. Y este año está haciendo mucho calor.

  Tempranito y durmiendo poco pero rápido, ya que  ayer estuve en el cross del Telégrafo y llegué a casa pasada la media noche, recojo a Ramón. Juntos nos vamos hacia Cercedilla y aparcamos a escasos 300 metros de la salida.

  Con tiempo suficiente para recoger el dorsal de mi compañero y también para desayunar un cafetito con un dulce, llegamos allí sin problemas.

   Nos vamos a cambiar bajo un calor ya bastante intenso. Allí nos unimos a Tony y a Pepo, que también son fieles a esta cita.

  Después de los saludos y de ponernos un poco al día, nos colocamos en la línea de salida.


  400 alpinos dispuestos a pasar bastantes horas por la sierra de Guadarrama. 

  Quedo con Pepo en que hoy vamos a intentar terminar de la mejor manera posible. Así que en principio vamos a formar un duo para ayudarnos el uno al otro, además de llevar una buena compañía. 

  A las 08:00 de la mañana se da la salida. 46 km con 2600 metros positivos por delante.

  Hasta Navacerrada, voy a repetir lo que hice ayer con Susana. Subida a Siete Picos, cresteo y bajada al Puerto. 

  Este tramo le hacemos casi en fila India. Somos bastantes y no se puede adelantar. Pero vamos, que tampoco merece la pena hacerlo por que no vas a adelantar mucho. 

  Como ayer, hay que cuidar mucho la hidratacion. Llegamos al km 4, siempre en subida, donde tenemos un punto de agua y donde relleno lo que me he bebido hasta ahora. 

  Una vez arriba, comenzamos el cresteo. En algún tramo donde tenemos que usar las manos para escalar, hay que esperar turno. Todos parados unos cuantos minutos esperando a que los de delante vayan superando este paso.

  Aprovechamos para hidratarnos y bajar pulsaciones. Luego, después de que nos llegue el turno y de superar esta zona técnica, comenzamos el descenso hacia Navacerrada.

  Ayer pasé por aquí, y sin embargo, me doy un buen golpe en la espinilla con un árbol caído. Pepo que va detrás, me dice que como duele eso. ¡¡En toda la caña!!, me grita. Uff, que dolor. Además del golpe, me llevo un rasponazo por toda la espinilla. 

   Parece que solo se queda en eso.  El dolor del golpe le voy a llevar un buen rato, pero al final se me va pasando.

  Después de la última bajada por el camino roto y suelto, llegamos al avituallamiento. Allí rellenamos los bidones de agua e isotónico. Comemos fruta y me tomo un poco de Coca-Cola. 

  Venga Pepo que mira quien nos está esperando. El imponente alto de Guarramillas, o comúnmente llamado Bola, nos espera majestuoso, alli, a lo alto.

  Poco a poco y charlando para hacerlo más llevadero, vamos ascendiendo. Camino estrecho donde volvemos a ir de a uno. 

  Llegamos a la fuente donde unos voluntarios te rellenan los bidones y te preguntan si quieres agua por la cabeza. 

  Les pido que me mojen un poco, y mi grito se oye en toda la sierra. Joder que fría está. Que bien me ha venido, pero la impresión ha sido mayúscula. Uff. Me despido de los voluntarios, que se estaban partiendo de risa de ver mi cara. Jajaja, que momentazo más divertido. Ja ja ja. 

  Pues nada, nos queda un último repecho para llegar a Bola y comenzar el descenso a Cotos por el Noruego. 

  Ale, a bajar se ha dicho. Con tiento vamos descendiendo, en ocasiones detrás de otros corredores que nos están llevando a buen ritmo. 

 Dejamos atrás el tramo un poco más técnico y alargamos la zancada en el último tramo. Aquí Pepo va delante. Y..... Tirón en el vasto interno. Se me tensa y tengo que parar. Nada, ese es mi punto débil. Me pasa en muchas carreras por lo que ya se lo que tengo que hacer. Primero dejar muerta la pierna por que si no se me tensa cada vez más. Tomar sales y meterme una glucosa, a la vez que bebo agua. 

  Está operación me suele llevar unos 3 o 4 minutos hasta que puedo comenzar a volver a andar. 

  Poco a poco va soltando y puedo dar los primeros pasos. Luego puedo empezar a correr más o menos normal, pero siempre vigilando la zancada para que no me vuelva a pegar. 

  Y así, llego a Cotos, donde tenemos junto a la Venta Marcelino el avituallamiento. Allí está Pepo que lleva un rato esperándome. Se lo cuento mientras bebo y como a conciencia. Meto un poco de chocolate que seguro que me va a venir genial. 

 Pues nada, comenzamos la subida a Peñalara. Mucho calor por esta zona. Aquí no hay ni un árbol y el sol nos pega de lleno. Con los bidones llenos y regulando el líquido, nos vamos hacia arriba. 

  Como todos los años, desde la bajada del Noruego, ya nos vamos cruzando a los primeros de la general. En la subida a Peñalara nos vamos cediendo el paso para no estorbarnos, sobre todo a los que vienen de bajada. 

  Pepo y Yo, vamos animando a los que nos cruzamos y muchos de ellos también nos dan ánimos a nosotros. 

  Venga, que está entretenida la cosa. Llegando a las dos hermanas, nos cruzamos con Tony que va de lujo. "Venga colega que lo llevas muy bien" . Se le ve buena cara. 

  Y ya en la bajada del último tramo del pico, nos cruzamos con Ramón. Joder, pues nos sacan un buen trecho, jajaja. Él también va con buena cara, así que le animamos y le damos fuerzas. 



  "Vamos Pepo que se nos escapan" , jajajaja. Pero nos toca el turno de coronar Peñalara. Nos pican el chip y tocamos el vértice geodésico. También hay que inmortalizar el momento y nos hacemos unas fotillos para el recuerdo. 

   Ahora sí, estamos dispuestos para afrontar la larga bajada de piedras que acabamos de subir. 

  Poco a poco vamos perdiendo altura. Pepo pega varios tropezones y decidimos ir con más precaución que no está la cosa para torcerse un tobillo con lo que llevamos ya. 

 Ahora somos nosotros los que animamos a los que suben que todavía les queda un buen rato. Ya está haciendo bastante calor y eso se nota en los corredores. 

  De nuevo en Cotos, volvemos a avituallarnos. Que bien sienta la Coca-Cola. La fruta en este momento es un manjar, y el chocolate una delicatessen. 

  Salimos de allí con los depósitos llenos, dispuestos a afrontar la última subida. El Noruego siempre te termina de rematar. 

  Le digo a Pepo que el cohete rojo y blanco está muy alto. Se ríe y me dice que cuanto más nos acercamos, más lejos parece que está. Es como si lo fueran empujado a medida que avanzamos. 

  Pero no nos van a engañar. Son ya muchos años haciendo el MAM y nos lo conocemos muy bien. Así que venga, paso a paso y para arriba. 




   Y todo llega a su fin. No si esfuerzo y aguantando las altas temperaturas del medio día. Un voluntario arriba del alto de Guarramillas nos indica el camino a seguir. Hay una zona restringida y no nos podemos salir del camino marcado.  Siguiendo sus indicaciones Continuamos el camino, no sin antes hacernos una foto con los cohetes de fondo. 

   Por el asfalto nos vamos hacia Navacerrada. A los pocos metros de pisarle, están los voluntarios que me echaron el agua helada en la subida. Vuelvo a mojarme la cabeza, pero ahora el agua está templada y no pego ningún grito. 

  Pues nada, ya con una zancada un poco más continua, nos dirigimos al avituallamiento de Navacerrada. 

  Alli sabemos que nos quedan unos 9 kilómetros más o menos. Como este año terminamos en el pueblo, seguramente nos salga un poco más de distancia. 

  Ahora si, nos vamos para abajo. Tenemos un camino en bajada, que si llevas piernas disfrutas de lo lindo, pero como vayas pegado, se hace muy muy largo. 

  Aquí Pepo es el que lleva la voz cantante. Siempre delante de mí, marcando el ritmo. Yo regulando mucho la zancada por que todavía está latente y presente el tirón que me dió y que llevo manteniendo sujeto desde entonces. 

  Aún así, estamos bajando bastante alegres. Sobre todo el último tramo, después del punto de agua que hay justo en el puente de madera y que pasamos sin parar. 

  Pepo va como una moto y yo detrás con el gancho. Deseando que llegue alguno de los repechos que nos quedan para respirar un poco. 

  Nada, no me da tregua y sigue dando zapatilla. Yo pegado como una lapa mientras el me mira de reojo viendo donde estoy. 

  Ufff, por fin. Pisamos asfalto. Estamos en las calles de Cercedilla. Aquí ya me pongo a su altura para ir juntos, ya que estos kilómetros no hay posibilidad de ir uno al lado del otro. 

  Nos chocamos la mano y nos decimos cosas muy bonitas. Jajaja. Es lo que tiene estar 8 horas andorreando juntos por el campo. 

  Y ahora sí, tenemos la meta delante nuestra. "Compi, otro alpino terminado". Y encima este es para el recuerdo. Un placer enorme hacerle a tu lado. Es un auténtico lujo llevar tu compañía y seguir aprendiendo de los mejores. 

  Siempre recordaré mi 11 maratón alpino y mi 175 maratón. Casi ná. 



  Y los abrazos llegan en forma de medalla donde la mordemos para hacer otra muesca al marfil. Enhorabuena bicho. Menudo tute me has metido al final. 

  Aquí están ya nuestros dos compañeros hidratandose en el avituallamiento final. Han terminado súper bien. Por lo tanto, otro día donde tenemos que sentirnos satisfechos y orgullosos de nuestra hazaña. Volvemos a ser Supervivientes. 

  Toca contarnos algunos lances de carrera y las situaciones más significativas. 


  Foto para el recuerdo deseando volver a repetirla el año que viene, que será buena señal. 

  En el pabellón están las duchas, así que hasta allí nos vamos para quitarnos todo el polvo pegado y el barro incrustado. 

  A alguno de le cae varias veces el jabón al suelo, pero bueno, solo se queda en eso, jajajaja. 

  Lo mejor, la cervecita final con el chorizo en salsa, que nos sale por las orejas. No somos capaces de terminarnos "la tapita". 

  Pues nada, esto llega a su fin y después de las despedidas, viene el viaje de regreso. Con las piernas doloridas, pero super contentos de seguir en la brecha. 

  El año que viene, mas y mejor. Esperemos volver a disfrutar de este carrerón, que este año ha dado un salto enorme tanto en organización, en calidad, avituallamientos, voluntarios y sobre todo a lo referido a la zona de salida y meta que le ha dado una vida increíble a la prueba. 

  Volveremos seguro, si Dios quiere. 

  Capi 


sábado, 14 de junio de 2025

Cross alpino del Telégrafo.

   Otro año más y van siete, nos vamos a Cercedilla a meternos este cross alpino. Sierra, Susana y yo nos vamos a la hora de la siesta hacia ese característico pueblo.

  Con tiempo suficiente, recogemos el dorsal en la plaza de Cercedilla. Este año, de nuevo, vuelve a ser el centro del pueblo, el sitio neurálgico del fin de semana.

   Recogemos los dorsales sin ningún tipo de problema. Yo recojo también el de mañana. Como desde hace siete años y desde la primera edición de esta modalidad, vuelvo a disputar las dos pruebas. Vuelvo a denominarme CrossMam.

   Un cafetito con un dulce siempre se agradece a estas horas de la tarde. Y sin tiempo para mucho más, nos vamos a cambiar que la hora se acerca. 

  Las 5:45´ es la hora de la salida. Hace mucho calor. Demasiado calor. pero bueno, estamos todos en modo competición y al final el calor es para todos igual.



  Venga, que ya estamos en la cuenta atrás. Con un ambientazo en la zona de salida (lo que ha ganado con traerse la prueba al pueblo y no salir desde el pabellón, a las afueras) comenzamos a correr los mas de 400 corredores de hoy.

  Ya sabemos todos como va esto. Subir a siete picos donde te metes unos siete kilómetros, con casi mil metros positivos, el indescriptible cresteo por esas características formaciones de rocas, y la bajada de nuevo a Cercedilla por veredas de piedras, raíces y algún tramo de barro.

   La subida a siete picos hay que tomársela con calma para llegar arriba con las patas no muy cargadas y poder hacer una bajada sin problemas.




  Sierra se va quedando un poco, mientras Susana y yo cogemos un ritmo que nos hace ir un poco exigiéndonos, pero sin pasarnos. En el avituallamiento del km 4 rellenamos bidones. hay que ir cargados de agua siempre que tenemos que ir bebiendo.


  Después, continuamos la subida, ya por la zona mas alta y comenzamos el cresteo. Siempre bajo la atenta mirada de estas construcciones tan espectaculares. Zonas de "escalada" y zonas mas técnicas. Muy muy chulo este cresteo. 






  Y llegamos a la bajada que nos llevará al puerto de Navacerrada, dejando a la izquierda el famoso teleférico. Este tramo de bajada es bastante técnico. Mucha piedra, raíces y saltos al principio, para terminar con dos bajadas muy pronunciadas donde tienes que tener bastante dominio para poder correrlas.

  Y así llegamos al puerto donde tenemos el avituallamiento. Aquí tenemos Coca-Cola y bebemos un traguito. Rellenamos bidones y para abajo.

  Ahora es el turno de Susana. En esta última bajada hemos pasado a unas cuantas féminas. Y es que Susana, cuanto mas técnico, mejor baja.

  A por los últimos siete kilómetros. Como siempre voy delante por que detrás dice que se agobia un poco. Eso de ir escuchando mis pasos la hace correr pendiente de mí y no va segura. Así que marcando el ritmo comenzamos la bajada. 

  Comenzamos a adelantar a varios corredores y otras pocas chicas. Susana me aprieta y tengo que darle mas caña. De reojo voy observando la distancia que la llevo y a veces tengo que apretar el culo por que la llevo pegada.





  El paso de los riachuelos lo hace mas atractivo todavía. Nos sirve un poco para refrescarnos y bajar temperatura.

  El último avituallamiento le pasamos sin parar. Quedan unos 4 kilómetros y hay que seguir dando guerra. Pasamos por el puente de madera y a correr. Bueno, a pasar por una zona de chapapote que te llena las zapas de barro sucio y mal oliente, ja ja ja.







  Caminos mas corribles por caminos anchos, en los últimos compases de la carrera donde hay que alargar la zancada y aumentar el ritmo. 

  Dejamos el camino que nos llevaría, los otros años, al pabellón, y tiramos recto para bordear el pueblo por una vereda que nos llevará a pisar el asfalto de Cercedilla.

  Y ya, bajo las indicaciones de los voluntarios, vamos bajando por las calles del pueblo para embocarnos en la línea de meta. 

  Cruzamos el arco dándolo todo en un tiempo de 3 horas 5 minutos. Muy buenas sensaciones y muy bien gestionada la carrera. Haciendo la bajada con bastantes piernas que nos ha hecho disfrutar de estas veredas.



  Besazo de recompensa y foto mordiendo el marfil, que es interrumpida por un voluntario para decirnos que Susana ha quedado tercera de su categoría y tiene que subir al pódium.






  Ale, el carrerón que se ha marcado tiene su recompensa. Y así, sube al tercer cajón que la verdad pues es una satisfacción y una ilusión enorme. además te hace ver que no somos tan paquetes como creemos, ja ja ja.


  Enhorabuena Mon Amur. Ese trofeo es tuyo. 

  Después de las fotos de rigor, nos vamos a beber algo y a esperar la entrada de nuestro compañero Sierra. 

  Ahí entra. También con la satisfacción de haber disfrutado de una tarde de trail. Calurosa pero disfrutada, ja ja ja.

  Solo nos queda ir a cambiarnos y ponernos secos, y como no, tomarnos una cervecita disfrutando y terminando de ver la entrada en meta de los que todavía están en carrera.

  Se acabó lo que se daba, y toca levantar el culo para volver a Toledo, que un servidor ha quedado con Ramón a las 5 de la mañana para volver de nuevo a este punto a disputar por 11ª vez el maratón alpino Madrileño.

  Adiosssss. Hasta mañana.

  Capi