sábado, 30 de agosto de 2025

Trail Valle de Tena

 Huy huy huy, en que berenjenal me he metido. Como en otras ocasiones, esta es una carrera que todos te dicen que hay que hacer si o si.

   El valle de Tena. He estado una vez, pero de turisteo y haciendo alguna rutilla por Panticosa, pero no mucho más.

  El caso es que mirando los inscritos 5 días antes de la carrera, vi que había para la distancia de 8k  (82 kilómetros), 140 inscritos. El Lunes terminaba el periodo de inscripción. Tenía un par de dudas y mandé un correo a la organización para resolverlas.

 Me contestaron el martes resolviéndomelas y dejando la puerta abierta para poder inscribirme. Pero el plazo se había terminado. Así, les contesté que muchas gracias pero que ya estaban cerradas las inscripciones. Mi sorpresa fué cuando me mandaron un código de inscripción para poder realizarla.

  Joder que dilema. Lo pensé un rato. 82 km con 7000+ en los pirineos, no es cualquier cosa. El verano para entrenar no ha sido lo mismo. Pero era una oportunidad de conocer esa zona y la carrera. 

  Después de hablar y consensuar con Susana, me inscribo. 

  Toca planificar toda la logística. Todos los alojamientos completos me lo ponen un poco más difícil (cosa que me encanta), ja ja ja. 

  Pues nada, la decisión final es cambiar el turno en el curro y trabajar de mañana (yo estaba de tarde). Muchos cambios en muy poco tiempo. Veremos al final como se da la cosa. 

  Dos días tengo para preparar todo. Mucho material, mirar un poco el recorrido (cuanto más lo miro y remiro más nervioso me pongo), bolsas de vida, el tiempo que va a hacer........ 

  El viernes a las 05:00, suena el despertador. A currar se ha dicho. Me voy a laborar con, creo que todo preparado meticulosamente y al detalle para que no falle nada. 

  A las 14:00 llego a casa donde Susana me tiene preparado toda la comida, bebida y demás cosas para estos días. Y a eso de las 14:30 me despido de ella y emprendo la aventura, esta vez en solitario. Que difícil se va a hacer. Con lo bien que vamos siempre los dos juntos. 

  Como algo por el camino y a eso de las ocho de la tarde estoy aparcando en Panticosa. Como lo tengo todo preparado, no tengo que pensar mucho. Así que cojo las dos mochilas con todo y me voy a por el dorsal. 

  Por el camino me encuentro a Chito, el speaker de la carrera. Hablo un ratillo con el y me pregunta que cual distancia voy a hacer. Como si no lo supiera él ya, je je je. La 8k le respondo. Me mira y me dice: "Esa es un hueso duro". Pufff, solo puedo contestarle: "Habrá que intentarlo". Que nervios, por Dios. 

  Ya en el colegio y después del control exhaustivo de todo el material, por parte de la organización, en el que no tengo ningún problema, recojo el dorsal y me ponen en la mochila el chip y el GPS. 

  Luego entrego la bolsa de vida para el km 56. Se puede dejar otra en el km 24, pero aquí decido no dejarla. 



  Paso por la zona de salida y meta, donde en pocas horas voy a estar de corto para enfrentarme a esta nueva aventura. 

  Me voy despacito hacia el coche y hago la mochila con todo el material exigido y que me han revisado hace un rato. Preparo meticulosamente todo para mañana y decido cenar. 

  Es pronto todavía, pero he madrugado esta mañana y quiero dormir lo máximo posible. Mientras ceno hablo con Susana y me despido de ella hasta mañana. 

  Preparo mi alojamiento en el coche y a eso de las 22:30, estoy metido en saco. No tardo en dormirme. Y sobre las 03:00, me despierto por la lluvia que cae sobre el coche. 

  No me lo puedo creer. Si daban que iba a estar despejado y sin lluvias. Joder, no hay cosa que más me de por saco, que empezar una carrera lloviendo. Pero dura poco y rápido me vuelvo a quedar sopa. 

  A las 04:10, suena el despertador. Uff, estaba en lo mejor, ja ja ja. Desayuno sano y abundante que me ha preparado Susana. Con cafetito y todo. Si es que es la más mejor. 

  Me cambio, último detalles y dejo que el corazón palpite a su antojo. Se está poniendo nervioso. Y yo un poco más. 

  Miro una y otra vez el croquis que me he hecho de la carrera, con el perfil y todos los datos que necesito. 


  Miedito me da, ja ja ja. 
  A las 05:00 es la salida. Ya estoy en el corralito. Al entrar me piden el frontal, la luz trasera y me hacen una X en el dorsal para identificar que llevo bastones. Si sales con bastones, es obligatorio volver con ellos. 
  Dentro del cajón somos 141 corredores. Y otros cuantos que van a hacer la distancia en la modalidad de relevos. 
  Bueno, pues que pocos minutos. Unos pequeños saltitos para soltar adrenalina y a esperar la cuenta atrás. 

  Al final esta el cielo estrellado y no hace mala temperatura. Decido salir con la camiseta del equipo y manguitos. 
  Enciendo el cronómetro y descargo el track de la carrera, que es otro requisito obligatorio. 
  Chito no deja de animar el cotarro por el micro. Los nervios y las pulsaciones comienzan a subir vertiginosamente. Y por fin comienza la cuenta atrás. Son diez segundos, pero parecen un mundo. 
  Al llegar al cero, se sueltan los caballos. Frontales encendidos y a correr se ha dicho. Salida por el pueblo que incita a correr, pero donde tienes que tener cabeza fría y sujetarte que queda un mundo todavía. 
   Como dice el perfil de la carrera, no tardamos en comenzar a meter altura. La primera ascensión del recorrido. Un primer tramo de 7 kilómetros y 750 metros positivos. No está mal para calentar las patas. 
  Una senda llevadera donde el terreno no es muy cañero. Raíces, piedras y tierra es el menú. 


  Aquí ya me quito los manguitos por que hace muy buena temperatura y me caliento rápido. 
  Aquí ya nos vamos poniendo y situando con los que llevamos más o menos el mismo ritmo. Me pongo detrás de una chica que me lleva de lujo. Amaia es buena rueda para esta primera parte. 
  De vez en cuando conversamos, según nos va dejando el aliento, ja ja ja. 
 Llegamos al primer avituallamiento. El Collado Yenefrito. Rellenamos los bidones y a seguir subiendo. 3 km y 700+. Esto es un no parar. 
   Aquí ya se empieza a poner la cosa seria. El primer tramo algo más llevadero, para ir aumentando la pendiente poco a poco. 
  Continuo junto a Amaia y otros corredores. Me fijo que mi compañera resbala bastante en las piedras. Pero bueno, todos tenemos esos lances de carrera. 
  Llegamos al Collado Catieras y después de hacer un último tramo de ascenso, por fin una bajadita.
  Ya se ha hecho de día y he guardado el frontal. Que gusto dejar de seguir la luz, ja ja ja. 
  Esto se acaba pronto y tenemos una subida que en el perfil se ve como un piquito, pero que no hace justicia a la realidad. ¡Menudo repecho!. 
  Comenzamos a subir. Sigo detrás de Amaia. Y en un escalón natural, mi compañera resbala al meter el tirón para subirle, con la mala suerte que choca con toda la espinilla en la piedra. Se raspa de abajo a arriba toda la espinilla. 
  Uff, que dolor. Su cara lo dice todo. Nos paramos e intentamos ayudarla. La miro y yo creo que veo el hueso. Eso empieza a sangrar. Un poco de agua y un pañuelo para limpiarse es lo único que podemos hacer. 
  Se queda un poco sentada reponiendose. Los demás continuamos el camino, aunque pronto volverá a ponerse a cola del grupo. 
  Lo bueno, entre comillas, es que va a relevos y ya tiene hecho la mitad más o menos de su tramo. 
   Pues nada, si soltar los bastones, llegamos a Brazato. Kilómetro 17. Llevo 4 horas y 9 minutos. Ya me voy dando cuenta que esto va a ser duro y largo. Lo bueno es que llevo en este avituallamiento, 51 minutos de margen para el corte que está en 5 horas. 
  Aquí repongo líquidos y como un poco de fruta. 
  Bueno, tengo por delante 7 km hasta Casa de Piedra, donde está el siguiente avituallamiento. 
  Comenzamos una buena subida de 2,5 kilómetros y 510+.  Aquí no hay subidas tendidas, solo hay desniveles y pendientes muy muy exigentes. 
   Después de coronar el Collado Perforao, cojo aire y a por el descenso hasta Casa de Piedra. 
  El descenso es muy largo y chulo. Eso sí con mucha piedra, raíces y agua corriendo. Siempre haciendo cetas que te dejan mareado, jajaja. Aún así, controlo un poco que no quiero cargar mucho las patas y reservar lo que pueda los músculos. 
  Un corredor resbala y cae de culo justo encima de una piedra. Parece que se hace mucho daño, pero poco a poco se va reponiendo y continúa la bajada. 
  Ya en el avituallamiento, hago cálculos. Llevo 6 horas 19 minutos y 1 hora 11 minutos de margen con el corte que está en 7 horas y media. 
  Aquí me lo tomo con calma para comer y beber con tranquilidad. Este es un punto donde podíamos dejar una bolsa de vida, pero yo no he hecho uso de ella, así que nada. 
  Llega el corredor que se cayó y me dice que, bueno, que lleva bastante dolor del golpe, pero que cree que no se ha hecho nada serio. 
  Relleno bidones y como fruta, sándwich de nocilla y caldo al que le hecho arroz convirtiéndolo en una sopa. Buahh, que bien me sienta. También hay pasta, frutos secos.... Y gominolas que por supuesto cojo un puñao. 


  Miro mi perfil personal y veo que ahora tenemos un tramo serio. Muy muy serio. La subida al Garmo Negro. 5 km con casi 1500 metros positivos. 
  Venga, al lio. Lo primero que tenemos es una senda bastante llevadera en general, aunque tiene repechos cortos pero duros. Mucho senderista que sube y otros que bajan. Todos para disfrutar de un día de senderismo donde el sol está subiendo la temperatura y está empezando a hacer mucho calor. 



  Hasta Mallata Alta, que es la mitad de la subida, no lo llevo muy mal. Pero a partir de aquí y a medida que voy cogiendo altura se me va haciendo más bola. 



  Aún así, adelanto a algún corredor que va también sufriendo lo suyo. 


  El Garmo Negro. Eso está muy alto. Tanto como a 3061 metros. 
  Venga, poquito a poco. Tenemos margen de sobra. Me voy acercando a la cresta donde hay gente disfrutando de las vistas. 


  Yujuuuuu, ya estoy en la cresta. Solo me quedan unas trepadillas y unos 100 metros de cresta. Con mucho cuidado y sin cruzar al lado izquierdo de un cordón que han puesto, ya que si cruzas tienes un cortado vertical muy peligroso. 

  Me paro en la cresta y disfruto de este mirador natural 360º. Menuda pasada. Aquí hay más de 200 picos de más 3000 metros. Esto es un auténtico lujo. Lo que cuesta subir, pero lo que te llevas supera con creces ese sufrimiento de la subida. 
  Y llego al Garmo Negro. Allí hay un control. 9 horas y 3 minutos para 30 kilómetros, pero ya con casi 4000 +. Increíble. 
  Unas fotillos en el pico, que me lo he ganado. 


     Pues nada, toca el descenso. Me doy cuenta que casi prefiero subir, ja ja ja. 
  Menuda pendiente. Intento bajar y soltar patas, pero es muy difícil. Los cuádripces están haciendo su función a tope. 
  Me cruzó con muchos senderistas. También adelanto a otros que también están bajando. 
  Adelanto a tres senderistas y uno de ellos reconoce la camiseta. Me grita desde atrás si soy de Toledo. Ostras, tres Toledanos por aquí. 
  Charlo un poco con ellos y después continúo mi camino. Uno de ellos decide acompañarme un rato en la bajada. Vamos hablando y disfrutando del terreno. 
   Ellos van a Casa Piedra, por lo que mi compañero inesperado se despide de mí y coge su camino. Yo continúo hacia ka izquierda en dirección al refugio de Bachimaña. 
  Por fin un poco de respiro en cuanto a desnivel se refiere. Puedo dusfrutar de los Ibones en su esplendor. Un fotógrafo nos está sacando las mejores instantáneas en un sitio idílico. 



  Muchas gracias por estar ahí. Unas palabras con el donde me dice que queda poco para el refugio. Venga, vamos a por ello. 

  Solo me queda descender un poco, para en un último repecho llegar al refugio. Mucho senderista en este tramo, con los que intercambio palabras que me sirve para despejar la mente. 
  A lo lejos veo el refugio. Muy muy chulo. Deseando llegar a él. Y eso no tarda en llegar. 
  

   Por fin estoy en Bachimaña. 10 horas y 35 minutos. Kilómetro 34. Creo que el descenso del Garmo Negro no ha ido mal y llego aquí con 2 horas de margen con el corte. 
  Relleno bidones y me bebo un par de vasos de Coca cola. También vuelvo a comer caldo con arroz y mucha fruta. Sandia y melón. Y como no, un puñado de gominolas. 
  Me siento en un banco para quitarme unas piedras de la zapatilla. 
  Que alegría ver aquí a Amaia. La pregunto que como está y me dice que al final le han dado tres puntos por que se le abría la herida. Ha conseguido dar el relevo a su compañero con el dolor del golpe y la herida abierta. Grandisima. Enhorabuena Amaia. 
  Ahora se ha venido aquí a animar y a apoyar a su relevo. Compañerismo puro y duro. Enorme compañera. 
  Bueno, y yo con todo en su sitio y los depósitos llenos, me despido de ella y de todos los voluntarios para enfrentarme al siguiente tramo. 
   Me dirijo al Collado de los infiernos. 5 km con 650 +. 
  Tramo muy muy chulo, rodeado de ríos que provienen del deshielo. No paro de mojarme la cabeza y brazos para bajar la temperatura, que sigue haciendo mucho calor. 
  Antes de comenzar la fuerte subida al collado, vuelvo a coincidir con varios corredores con los que he ido en bastantes tramos. 
  Aquí adelanto a un chaval, con el que al final y sin planificarlo, iré hasta meta. 
  
 

   Iñaki llega junto a mi al Collado donde hay varios voluntario animandonos  desde hace bastante tiempo. Una última trepada nos coloca en el collado. 
  Aquí nos reunimos 6 corredores. Dos italianos, otros dos compañeros que van juntos, Iñaki y yo. 
   Nos toman el control de paso mientras disfrutamos un poco de las vistas. 
  Venga, nos vamos a por el siguiente tramo. Un descenso muy técnico en los primeros 100 metros donde tenemos que emplearnos a fondo ayudado de cuerdas. 




  Después, la bajada es más llevadera, con algún tramo difícil de andar, que nos va a dejar en el refugio Respomuso. Otro refugio súper chulo a las faldas de un ibon enorme y azul. 
  

   Nuevo avituallamiento. Vuelvo a comer caldo con arroz que me está sentando de maravilla. También un poco de lo de siempre y un sándwich de nocilla. 
  Ya llevamos más de la mitad de la carrera. 13 horas y 26 minutos. Hoy va a ser un día largo, je je je. 
   Nos vamos hacia el collado Musales. Nos volvemos a unir los seis corredores de antes y vamos ascendiendo los 470 + que tenemos en estos 4 kilómetros. 
  Primero pasamos por un puente encima de una presa del espectacular ibon. 




  Desde  allí arriba nos gritan y nos jalean las voluntarias. Que manera de animar. Ánimos para la subida. 
  Una última trepada nos deja en el collado. Allí pasamos un ratillo muy ameno con las simpáticas voluntarias. 
  Pero tenemos que seguir con la tarea. Nos despedimos de ellas y a comenzar una larguísima bajada de 9 km. 
  Aquí nos soltamos bastante. Tramos en bajada muy correderos, con las típicas cetas. 
  Yo voy delante y me sigue Iñaki. Detrás nuestra nos siguen los dos corredores que van juntos y los italianos. 
  Dejamos la bajada de cetas y nos adentramos en el pinar. Aquí se pone Iñaki delante. 
  La verdad es que no vemos el fin. Vamos Reservando un poco los cuádripces que todavía queda tela que cortar. 
  Y ya en el km 56, llegamos a Sallent de Gállego. Allí un nuevo avituallamiento y punto de control. 
  Iñaki tiene allí a un colega que le va siguiendo. Yo vuelvo a comer y beber. Sin casi las 9 de la noche y el estómago lo sabe. 
  Me tomo unos rollitos de jamón y queso, caldo con arroz, frutos secos y fruta. 
  Por cierto, aquí tenemos la segunda bolsa de vida. Puedes cogerla ahora o al segundo paso por aquí, que sería en el kilómetro 70.
  Bueno, yo voy bien y decido no cogerla. Lo que si hago es ponerme un coomped en el dedo gordo del pie, que parece que me está rozando algo. 
  Iñaki me dice que va tirando mientras yo termino de apañarme el pie. 
  Bueno, pues todo listo así que saco el frontal y comienzo este bucle donde tenemos que subir a la Foratata. 
  Comienzo la subida muy amena y tendida por la vereda de un pinar. El bucle tiene 14 kilómetros, donde en los primeros 7 tenemos que subir 830 +. 
  Parece que voy subiendo a buen ritmo, ya siguiendo la luz del foco del frontal. Al comienzo de la subida fuerte a la Foratata, doy alcance a Iñigo, y los dos ya no nos separaremos hasta meta. 
  Menudo repecho este. Siguiendo las balizas fluorescentes que se ven allí en lo alto. Pero todo tiene su fin y llegamos al collado donde nos encontramos a dos voluntarios que nos toman el control y nos rellenan los bidones de agua. Muy simpáticos y marchosos estos voluntarios. Así da gusto. Mil gracias chavales. 
 De aquí nos presentamos en Formigal casi sin darnos cuenta. Aquí tenemos otros voluntarios con los que hablamos un ratejo. 
  Nos preguntan que como vamos. Les decimos que bastante castigados ya. Y una voluntaria nos dice que si nos retiramos bien a buscarnos. Ja ja ja. Nooooo. A estas alturas ya hay que intentar terminar, jejejeje. 
  Venga, Continuamos el camino todo para abajo ya aguantando los cuádripces que van ya quejándose de lo lindo. 
  Y por fin estamos de nuevo en Salen de Gállego. Nos reciben con aplausos y gritos de ánimo. Que gusto llegar hasta aquí después de hacer el bucle. 
  Estamos en el kilómetro 70 y llevamos 19 horas y 18 minutos. Solo nos quedan 12. Pero todavía nos queda un último regalito. Subir a la Sierra Plana, que luego descubririamos que no hace justicia a su nombre. Todavía nos quedan 5 kilómetros de subida con 625 +. 
  El amigo de Iñaki está allí dando ánimos. Recoge su bolsa de vida y yo le pido que si se puede llevar la mía tambien. En principio se las llevan al pueblo cuando acabe la carrera, para recogerlas sobre las 10 de la mañana. A mi me hace polvo por que tengo un viaje de vuelta y eso me retrasaría mucho. 
  Así, me hace el favor y me la entregará en meta. Muchas gracias tron. 
  Pues nada, nos despedimos de todos y cogemos rumbo a Panticosa. Pero antes hay que salvar el último escollo. 
  La Sierra Plana nos lo pone difícil. Iñigo y yo tiramos para arriba sabiendo que estamos muy cerca. Llevamos las patas ya para el desguace, pero solo nos queda un empujoncito más. 
   Los reflectantes de las balizas, nos guían en el camino. Seguimos subiendo. Vemos las balizas muy arriba todavía. Uff, que ganas de coronar ya. 
  Y por fin llegamos a las antenas. Ya tenemos todo el desnivel positivo hecho. 6981 metros. Vaya pasada. Aquí tenemos un avituallamiento, donde nos esperan unos voluntarios para darnos agua y darnos los últimos ánimos del día. 
  7 kilómetros para meta. Ya lo tenemos muy cerca. Cogemos la vereda serpenteante en continuo descenso. 
  Los cuadripces siguen quejándose, pero ya les va a dar igual. 
  Entramos en el pueblo. Nos adentramos en sus calles para situarnos en la recta de meta. 
  Le agradezco a Iñaki su compañía, que nos ha venido de lujo a los dos, por no hacer la noche solos. 
  Menudo carrerón. Nuestra intención era tweminarla y así ha sido. Lo hemos conseguido. Ha costado muchísimo tanto física como mentalmente, pero aquí estamos, cruzando el arco de meta en 22 horas y 25 minutos. 
  Buahhh, que pasada. Nos felicitamos mutuamente mientras nos poden la medalla que nos ha costado tanto conseguir. 
  Alli esta el amigo de Iñigo que también nos da la enhorabuena. 
  Nos hacen entrega de una bolsa que contiene una sudadera y una mochila que nos acredita como finished de la 10ª edición de la 8k del Valle del Tena. 
  Súper contentos y felices de disfrutar, sufrir y terminar este durísimo carrerón. 
  Unas fotillos en meta para el recuerdo nunca pueden faltar. 

     Otra muesca para el marfil 

  Y como no, junto a mi compi del día de hoy, con el que he compartido muchas horas y kilómetros. Espero haber podido ayudarle, como mínimo lo que me ha ayudado el a mi. 
A sido un auténtico lujo encontrarle en el camino. Y un placer enorme compartir tantos kilómetros con el. 



  Y después de las despedidas y los agradecimientos, nos vamos cada uno para su lado. Nos separamos sabiendo que nos veremos, seguro, muy pronto. Mil gracias colega. Hasta la próxima. 
  Ya en el coche me cambio y me pongo guapo. Son las 3 de la mañana. Como me pasa siempre, no tengo nada de sueño. Así que decido comenzar el viaje de regreso. 
  Viaje muy muy tranquilo y casi en solitario. Lo bueno es que a las 10 de la mañana está en casa desayunando con Susana. 
Eso si, el sofá me atrajo y cerré un buen rato los ojos, ja ja ja. 
  Ya tengo otra experiencia conseguida y otra carrera tachada de la lista de pendientes. 
Carrerón en todos los sentidos. 
  Los pirineos son una pasada. 
  Volveré........ ¿O no?... 

   Capi










 

viernes, 18 de julio de 2025

Gran trail Aneto-Poset

  Siete años viniendo a Benasque. Un pueblo que nos encanta y donde disfrutamos de un fin de semana increíble.

  Mis participaciones en esta carrera que tiene 6 distancias, han sido 4 vueltas al Aneto, 2 maratones de las Tucas y 1 kilómetro vertical. 

 Este año y en esta ocasión voy a dar el gran salto. Voy a participar en el Gran Trail Aneto-Poset. Una prueba con 105 km y casi 7000 metros positivos. 

  Susana va a participar en la maratón. Carrera que ya conoce y que ha hecho en 2 ocasiones. Aparte también ha hecho 1 vuelta al molino y 2 vueltas al Aneto. No se queda corta tampoco, jajaja. 


   El jueves llegamos a Benasque con muchos nervios. Yo por enfrentarme por primera vez al gran trail. El cual conozco a la perfección el primer bucle, que es la vuelta al Aneto, pero que la última zona va ser nueva para mi. Y Susana por ir esta vez sola, aunque yo se y se lo digo, que lo va a hacer genial. 



  Un día de relax por el pueblo, y ya el viernes nos ponemos modo carrera. Recogida de dorsales sin ningún problema. Yo tengo un poquito más de protocolo ya que me tienen que poner en la mochila la radio-baliza y además tengo que dejar la bolsa de vida. 



 Unas fotillos en el "fotocoll", y decidimos quitarnos los nervios con una rutilla de unos 8 km, haciendo la ruta de los barrancos. 



  Después de comer, toca intentar dormir un rato. Tengo que dormir mucho y rápido. Solo me quedan unas horas para ponerme en la línea de salida. 








   No ha estado mal la cosa. Parece que hemos descansado bastante. Rematamos la tarde con un tinto de verano junto a Javi, Vilma, Sergy, Reinaldo y dos amigos de Sergy. 

  Reinaldo, Sergy, Vilma y yo somos los que vamos a meternos estos 105 km con casi 7000 metros positivos. 

 Sobre las 9 de la noche, cada uno se va a sus que haceres. Quedan 3 horas para el gran momento. Susana y Yo nos vamos a cenar una pizza y un plato de espaguetis a la carbonara. 

  Con los depósitos bien llenos, solo queda rematar la mochila e intentar no olvidarse de ningún detalle. 

  Un último café en el bar y derechos a la salida. Allí está Reinaldo esperandome. Reinaldo es un ultrero al que se le resiste esta prueba. Ha participado en tres ocasiones y no ha podido terminar ninguna por motivos diferentes. Eso hace ver que esta no es una carrera cualquiera. Su dureza es muy alta. De ahí que den para poder terminarla 38 horas, cuando en otras pruebas similares dan 24 horas. 



  Está vez vamos a ir juntos los dos e intentar terminar esta exigente prueba. 

  Susana, que está con Javi que ha querido despedirnos, me desea muchísima suerte y se van más adelante para vernos pasar. 

  Pues nada Reinaldo, esto va a comenzar. Nuestro objetivo es terminar y disfrutar lo que se pueda. El tiempo es lo de menos. Al tran tran, despacito y con buena letra. 

  Sergy y Vilma se van hacia adelante, que estos si que van a darle caña. Mucha suerte compañeros. 

  Ufff, que nervios. Son las doce menos un minuto. Esto ya está en marcha. Última canción. Últimos botes sobre el terreno y la esperada cuenta atrás. 

  Esto es una fiesta. Todo está lleno de gente para despedir a estos 332 corredores. La salida es súper emocionante. El griterío de la gente es ensordecedor. Es una pasada. 



  Comenzamos a correr por las calles de Benasque, chocando la mano a muchísima gente que nos está animando. Se te pone la piel de gallina. Y más cuando te gritan Susana y Javi animándote y deseándote suerte. Un beso para Susana y un abrazo para Javi. A ver cuando los volveré a ver, jejejeje. 

  También les he deseado suerte a ellos por que mañana a las 8:00, comenzarán ellos su carrera. El maratón de las Tucas les espera con un trazado también bastante cañero. 

  Bueno, por el pasillo formado por toda la gente vamos saliendo del pueblo para coger la carretera. Los coches nos pitan y sus ocupantes nos jalean.  Que pasada de salida tiene esta prueba. 

  A ritmo tranquilo y cómodo vamos haciendo los primeros kilómetros. Los frontales están en pleno funcionamiento y la las luces rojas traseras hacen que esto parezca una feria. 

  El cuerpo ya va calentando para lo que viene. Hace bastante bochorno. Hay que ir bebiendo y tomando sales desde el principio. 

  Pasamos por los Baños de Benasque, ya con 10 km en las patas. Aquí tenemos el primer control de paso. 

  De aquí cogemos una senda de montaña muy chula donde se puede correr algún tramito, aunque todavía vamos muy juntos unos detrás de otros. 

  De noche este tramo cambia bastante que por el día. Hay que ir muy pendiente para no tropezar con piedras, raíces y demás elementos naturales. 

  Desde el inicio voy marcando el ritmo, mientras Reinaldo va pegado a mi, dándome el toque si me paso. 

  Llegamos la carretera, después de una pequeña bajada bastante entretenida, que nos llevará, pasados 500 metros, al primer avituallamiento situado en los Llanos del Hospital. 

  Nada más llegar, veo a Sergy que está abrigado y allí parado. Le pregunto que ha pasado y me dice que no va bien. Que decide retirarse. Le insisto varias veces para venirse con nosotros, que vamos a ir muy tranquilos, pero tiene la decisión tomada así que rellenamos los bidones y nos despedimos de él, cogiendo camino hacia la Renclusa. 

  Me da mucha rabia por que se la había preparado a conciencia, pero solo uno mismo sabe como esta y la decisión a tomar en situaciones adversas. Mucho ánimo amigo. A seguir y a recuperarse para el siguiente objetivo. 

  Después de un tramo de campo abierto, nos adentramos a una senda que nos llevará a la Besurta, zona de aparcamiento con bar donde comienzan varias rutas de senderismo. 

  Y ahora si, volvemos a coger vereda para comenzar la subida al refugio. Los frontales nos iluminan y nos hacen ver la subida. 

  Y ya, en el kilómetro 20, llegamos a Renclusa. Un refugio superchulo donde tenemos un avituallamiento generoso y donde el tiempo de corte son 4 horas. Nosotros llegamos en 3 horas y 31 minutos. 

 Alli muchos corredores estamos tomando aire y comiendo algo. Ha hecho muy buena temperatura y hemos bebido bastante. Hay que reponer que esto no ha hecho más que empezar. Yo me tomo un vaso de caldo regado con otro de Coca-Cola. Menuda mezcla, ja ja ja. 

 De momento vamos con fuerzas. Reservando y yendo a ritmo más o menos cómodo, sin dormirnos, para afrontar, de momento la primera ascensión seria. 

  De momento ni Reinaldo ni yo hemos sacado los palos. Tampoco los sacamos en la subida "no muy larga" pero dura, que tenemos nada más salir del refugio. 

  Y al coronar, comenzamos una bajada un poco técnica por senda, donde la iluminación de nuestro frontal es fundamental. Esta nos dejará en una zona abierta, para mi de las más chulas, donde cruzamos el río varias veces por pasarelas de madera. Una pena que sea de noche y no poder disfrutar de las vistas y el entorno. 

  Y ahora sí, giramos a la derecha para comenzar la ascensión a Salenques. Subida donde a medida que cogemos altura de va volviendo más técnica y complicada. 

  A esto le tenemos que añadir la noche y en este momento, la lluvia que está haciendo acto de presencia. 

  De momento vamos aguantando sin protegernos por que esa lluvia es muy fina, pero amedida que ascendemos por esas piedras que lo ponen muy difícil, la meteo se va complicando. 

 Comienzan a verse relámpagos y a escucharse truenos. Y al poco, en cuestión de segundos, comienza a caer con mucha fuerza. Además esa lluvia, según ascendemos se va convirtiendo en granizo. Un granizo que hace pupita. Nos ponemos el impermeable y continuamos sintiendo el granizo golpeandonos. 

  Vemos una de esas piedras grandes que sobresale y nos intentamos refugiar un poco bajo ella. Aquí se nos unen otros corredores para protegerse un poco. Aprovecho para ponerme el pantalón impermeable. 

  Reinando dice que con relámpagos y truenos, la cosa ya no mola. Pero bueno, poco a poco el granizo va desapareciendo, dejando la lluvia como protagonista 

  Ale, vamonos para arriba, que en 2 minutos que llevamos aquí, nos estamos quedando muy muy fríos. 

  Uff, menuda nochecita. Varios corredores han decidido darse la vuelta y bajarde al refugio. Dan por finalizada su aventura. Aún así, todavía tienen que bajar bastante Para llegar y también tiene su miga. 

  Mi compi y yo todavía llevamos las ganas y las fuerzas intactas. Así que a seguir cogiendo altura por este terreno tan técnico, donde comenzamos a tener algún a trepada. 

  Casi coronando Salenques, nos comienza a amanecer. Por fin un poco de luz. Además tenemos el privilegio de ver el amanecer sobre el Aneto. Un espectáculo para los sentidos. El sol nos va descubriendo este pico situado a 3404 metros. Increíble. También miramos hacia atrás y vemos el paisaje de alta montaña. Allí abajo vemos el imponente ibon de Barrancs. 



  Pero nosotros continuamos subiendo hasta que por fin llegamos al último segmento donde varios tramos de cuerda nos ayudan un poco. Vemos el nevero a nuestra izquierda donde los voluntarios, que nos estan animando a coronar, tienen puestas sus tiendas de campaña. Su vivac a 2700 metros. 

  Vamos Reínaldo que ya estamos arriba. Con aplausos y palabras de ánimo, llegamos al Collado. Estamos a 2797 metros. Nos hacen el control de paso y a continuar. 

   A este lado está todo tapado por la niebla. Hace aire por lo que decido seguir con todo el impermeable puesto. Comenzamos a descender por un caos granitico donde tenemos que hacer alguna destrepada ayudados en un tramo por cuerdas. 




  En esta bajada es imposible correr, por lo menos para nosotros los mortales. Así vamos perdiendo altura hasta que llegamos a una zona donde nos espera un paso sobre un nevero y donde tenemos un control de paso.

  Menudas vistas tenemos desde aquí arriba. La niebla se ha quedado arriba y podemos disfrutar de una estampa increíble. 

  Pues nada, continuamos bajando y flanqueamos la ladera viendo nuestro objetivo más próximo a la derecha.  Pero aún tenemos que descender hacia él por una vereda de tierra suelta y piedras. 

  Yo ya estoy el el refugio Cap de Llauset. Aquí podemos disfrutar de un buen avituallamiento. Reinaldo está terminando de bajar mientras yo me quito el pantalón y el impermeable. 

  Los dos juntos ya, rellenamos los bidones y comemos algo. Me ofrecen un vaso de caldo y si quiero, le puedo echar arroz. Menuda sopa me tomo. Me sienta genial. Buahhh, que buena está. 

  También tomamos sandia, melón, unas galletas y gominolas, por su puesto. 

  Ya estamos en el kilómetro casi 32.  Venga compi, vámonos que nos empezamos a quedar fríos. Aquí Reinaldo aprovecha para desaguar. 

  Comenzamos a subir al collado de Ballibierna. Despacito y con buena letra que este también pega bastante. 

   Uno detrás de otro, vamos cogiendo altura hasta llegar al collado donde los voluntario que  llevan un rato dándonos ánimos desde arriba, nos dan la bienvenida. 


  Unas banderas de colores lo hacen un poco más ameno. Mientras espero que llegue mi compi de fatigas, me hago un par de fotos con los Ibones que tengo detrás. 

  Ya juntos de nuevo, comenzamos el descenso por un caos de bloques de piedra con los Ibones de Ballibierna vigilando nuestros pasos. 

  Una senda, cada vez más corríble que discurre pegada al río y al que tenemos que cruzar en varias ocasiones, es el tramo que tenemos ahora. 

  Zona muy bonita por la cantidad de vegetación y de agua que hay por todos lados. 

  A Reinaldo parece que le molesta un poco el empeine, y este último tramo, después de la senda, no ayuda. Un camino cuesta abajo con mucha piedra, hace que vayamos un poco más lento de lo normal. Pero no hay problema que llevamos tiempo de sobra. 

  Y por fin, llegamos a Coronas. Este tramito siempre de hace bastante largo. Aquí volvemos a tener control de paso y avituallamiento. 

  Nos lo tomamos con un poco más de tranquilidad para reponer y sentarnos unos segundos. 

   Reinaldo me dice que le sigue molestando el empeine. Se ha tomado un Ibuprofeno y le ha dejado un poco de molestar, pero ahora empieza a molestar bastante de nuevo. 

  Esperemos que se quede ahí y no vaya a más. Venga vamos para arriba. Un fuerte ascenso nos espera. Siempre pegados al río rojizo, que llama mucho la atención. 

  Nos comienzan a adelantar los primeros de la distancia Vuelta al Aneto. Mucho ánimo chavales. Les dejamos hueco para que pasen ya que la senda es estrecha. 

  Ahora si, nos adentramos en la sierra Negra. A lo lejos vemos ya la columna multicolor que va ascendiendo a Estiba Freda. 

  Nos volvemos a poner el chubasquero por que comienza a llover con fuerza. Además según ascendemos hace cada vez más aire y frío. 

Me adelanta el tercero de la Vuelta. Y unos minutos después se pone a mi altura Gamito. Le animo y me pregunta que donde va el tercero. Le indico donde está y comienza a correr diciéndome," gracias, voy a ver si le pillo". 

  Cada uno a su ritmo, vamos subiendo a esta montaña negra tan peculiar. Por fin corono y después del control, como un poco de fruta. Hace mucho frío y mucho aire. Los voluntarios aguantan allí como heroes. 

   Charlo un poco con ellos y les agradezco su labor. Todavía les quedan unas pocas horas de estar allí. 

  Llega mi compi. Ya estamos los dos juntos de nuevo.  No vamos muy mal, aúnque a él le sigue doliendo un poco el pie. Me dice que si quiero ir a mi ritmo que tire, pero además de haberle dicho que iba a ir con él, después de tantos kilómetros no es cuestión de separarnos. 

   Venga, que nos quedan unos 13 kilómetros donde tenemos que descender 1600 metros negativos. Una pasada lo que tenemos que bajar. Pero bueno, ya lo conocemos así que no nos van a engañar, jajajaja. 

Empezamos la bajada por la cuerda de esta Sierra negra trotando y dejándonos caer. Aquí nos pasan como balas los que van en el top 20 de la vuelta al Aneto. 

  Llevamos muchas horas de carrera y todavía no he hablado con Susana por la cobertura y por el mal tiempo. Espero que se le esté dando bien la carrera. Supongo que ella sabrá cómo voy por que me irá siguiendo por la aplicación. 

  Venga compi que ya estamos en el bosque. Este descenso por una senda bastante empinada y llena de raíces, tierra suelta y piedras en camino, es muy chula, pero también se hace muy larga y pesada. 

  No estamos bajando muy mal y esto hace que adelantemos a un grupete de cuatro o cinco corredores. 

  Ya escuchamos el río, osea que estamos cerca de llegar abajo. Bueno, pues se acabó. Cruzamos el río y cogemos el sendero que nos llevará directos a Benasque. 

  La idea de la retirada por parte de mi compi, cada vez es más fuerte. El pie le va molestando bastante. Le digo que cuando lleguemos a Benasque, valoramos y decidimos. Bueno, el es el que tiene que decidir. Cada uno se conoce asi mismo y al final la decisión es suya. 

  Entramos en Benasque. Muchísimo público en la avenida de los Tilos. Avenida donde está la salida y la meta de todas las distancias. Un pasillo humano nos aplaude y jalea. El dorsal rojo nos delata, y la gente sabe que todavía nos queda mucha tela que cortar. 

  Menuda emoción te da pasar por aquí. Torcemos a la izquierda dejando la meta justo delante a escasos 50 metros. Meta a la que intentaremos llegar y cruzar dentro de muchas horas de esfuerzo y sacrificio. 

  Seguimos corriendo hacia el pabellón bajo los aplausos de todos los que están disfrutando de este evento. 

  Bueno, pues ya estamos en el pabellón. Allí está Javi esperandonos. Mientras me avituallo, charlo con el. Llevamos 16 horas y 22 minutos. 

   Mientras relleno los bidones, veo que Reinaldo habla con un voluntario para entregar el dorsal y la radiobaliza. Al final ha decidido dejarlo aquí. Pues nada, yo tenía esperanza de que pudiera seguir, pero al final es el mejor que nadie como ve su situación. Es una decisión muy dura que cuesta tomar. Yo le he animado, pero queda muchisimo y el lo sabe. 

    Pido mi bolsa de vida para cambiarme de calcetines y zapatillas. Las tengo empapadas y decido salir de Benasque con los pies secos. También saco un donuts fondue que me sienta de lujo. 

  Charlo un poco con Javi que me pone un poco al día de todo. El se ha retirado por problemas de espalda que le dejan doblado. Un fastio. 

  También me dice que Susana acaba de salir de Eristes. Eso quiere decir que me la cruzaré ya que ahora tengo un tramo que hago en dirección contraria a ella. 

   Venga, comenzamos este segundo bucle. Me despido de mis compis y a por ello.  Paso por el control de paso donde una voluntaria, que por cierto, pertenece a un grupo llamadado "Juntas es mejor", me pica el chip. 

  Vamos a por este tramo que va por una senda, primero en ascenso y luego unos cuantos kilómetros muy chulos por esta senda que va por sombría. 

  Ya me voy cruzando con los del maratón. Ánimos mutuos para todos. Adelanto a dos chicas que también están disputando el gran trail. Intercambiamos impresiones y poco a poco me voy alejando. 

   Y por fin llega el momento. Me cruzó con Susana. Se para un momento para darme un beso. Muy muy rápido nos ponemos al día. Me desea mucha suerte y yo la doy la enhorabuena, por que ya la queda muy poco para terminar. 

   Con las pilas cargadas, llego al aparcamiento de Cerler que cruzo y donde tenemos un avituallamiento líquido. Decido no parar por que llevo los bidones casi llenos y tengo suficiente hasta el próximo avituallamiento. 

  Comienzo la bajada por esta senda en la que tengo que parar un momento detrás de un murete a soltar lastre. Este descenso es muy agradable donde puedes correr bastante suelto. Aún sigo cruzandome corredores de la maratón. 

   Me pongo a la altura de otro corredor con el que voy a llegar a Eristes. 

Pasamos por Anciles donde volvemos a tener los aplausos de la gente del pueblo y visitantes.  

  Pues nada, cogemos un camino casi llano que nos llevará al puente de Eristes y que nada más cruzarle tenemos un control de paso y un avituallamiento. 

  La familia del corredor con el que he ido estos últimos kilómetros, esta aquí esperándole. Mi sorpresa es que ya sabían que se iba a retirar. Me vuelvo a quedar solo. Después de rellenar depósitos y reservas, me despido de todos y comienzo el siguiente tramo que me llevará al refugio Ángel Orús. 

 Cruzó por debajo de la carretera y me topo con los escobas de la maratón. Aquí me doy cuenta que ya no me voy a cruzar con nadie más. 

  Hago un poco las cuentas típicas. Estoy en el kilómetro 67. Pufff, todavía me queda mucho. Y además tengo por delante la subida a la Forqueta y al Collado de Estós. Pero antes hay que subir al Ángel Orús. Ya empiezo a asimilar que me va a tocar pasar una segunda noche en vela. 

   Bueno, comienzo a subir por una senda bastante cómoda hasta enlazar con una pista asfaltada que me llevará al aparcamiento de Espigantosa. Aquí me pongo a la altura de tres corredores. Dos chavales y una chica. Con ellos voy ascendiendo por un sendero que ya va cogiendo pendiente y que tiene algún tramo durillo. 

  Unos últimos 100 metros bastante exigentes, nos deja en el refugio bajo los mugidos de las vacas que están allí. 

   Los dos compañeros con los que he hecho la subida, deciden quedare allí para dormir un rato. Yo hago acopio del avituallamiento. Vuelvo a comer un par de vasos de sopa de arroz, un par de rollos de jamón y queso, fruta, gominolas y un poco de Coca- Cola. 

  Hay bastantes cosas más, pero a mi con eso me basta. Aquí hay sillas para descansar un rato. En ellas varios corredores que también deciden terminar su aventura aquí. 

  Son las 9 pasadas. En nada comenzará a oscurecer así que saco el frontal de la mochila y me lo guardo en el bolsillo para tenerle a mano. Con todo hecho, salgo de allí a por Collado de la Forqueta. 

  Salgo con la chica con la que subí hasta aquí. Primero por sendero para después girar a la izquierda y continuar la subida. Toca ponerse el frontal que ya casi no se ve. 

   En este momento se nos une un chaval. Así los tres, comenzamos a ir casi buscando el camino. Tenemos que parar para poder saber por donde ir. Las balizas reflectantes estan muy separadas y entre medias hay que seguir las marcas del GR. Varios pasos un poco complicados hacen que la chica se vaya quedando atrás y se una a otro grupo que va un poco más despacio. 

  Sin quererlo, mi nuevo compañero, José Ramón, y yo vamos a formar un equipo desde aquí hasta la meta. Haciéndonos compañía durante la noche que la verdad viene muy bien. 

  La verdad es que vamos un poco inseguros por lo dicho antes. Las balízas reflectantes están muy separadas y tiendes a ir hacia ella y muchas veces yendo por una trazada diferente al GR complicando la cosa un poco más. 

  Llegamos al Ibón Llardaneta, que con el frontal alumbró lo que puedo para darme cuenta de lo grande que es y lo chulo que tiene que ser de día. 

  Alli varias tiendas de campaña están allí disfrutando del entorno. Supongo que serán de los voluntarios que desde el collado nos animan sin parar. 

   Encaramos la subida más dura. Son unos 200 metros que te dejan ya las piernas para el arrastre. Lo largo que se hace todo de noche. 

 Uff, José Ramón y yo estamos deseando llegar al Collado. Hay que decir que desde Eriste hasta el Collado, vamos a hacer 11,7 kilómetros y vamos a subir nada más y nada menos que 1800 metros positivos. Tramo muy exigente que nos dejará en el collado de la Forqueta en el kilómetro 79.

  Terminamos de subir esta fuerte pedrera y encontramos a los voluntarios que nos animaban antes. Hace bastante aire así que decido ponerme el impermeable para la bajada. 

  Nos explican un poco lo que tenemos por delante. Les agradecemos su voluntariado en el día y la noche de hoy y comenzamos el descenso. 

  Los primeros kilómetros tienen bastante pendiente. Además mucha piedra suelta y arena. Vamos muy despacio, pero aún así los resbalones y culetazos son constantes. 

   Cruzamos dos neveros donde vamos resbalando con mucho cuidado y mucho miedito. No vemos donde vamos, pero no podemos resbalar que a saber donde podemos acabar. 

  Sentados sobre la nieve - hielo, vamos pasando los neveros. Uff, que alegría pisar tierra firme. 

    Nos metemos en otra cuesta. La más empinada del tramo donde es mejor no alumbrar a los lados. Menudos cortados hay. 

   Por fin cogemos un sendero que vamos a llevar durante 4 km. En continúo descenso, pero algo más llevadero, y donde vamos a coger a varios corredores. Nos llegamos a juntar hasta 7 corredores. Esto da un poco más de compañía y temas nuevos de conversación. 

   Ya nos queda poco para llegar al refugio. Cruzamos el puente sobre el río Zinqueta. Y en tan sólo un par de kilómetros estamos en el refugio de Biadós. Este tramo ha sido más suave y hemos tenido muchos tramos donde poder correr aún siendo una senda estrecha y con alguna que otra trampa. 

  La fruta sigue siendo mi menú estrella. Además hago acopio de unas galletitas saladas y gominolas. Los voluntarios nos cuidan en todo momento. Nos rellenan los bidones, nos ofrecen lo que necesitemos, en fin, un auténtico honor tenerlos allí 

  Hace algo de fresquete, jejejeje, pero yo voy en manga corta. Mi compi me dice que si no tengo frio. Le digo que prefiero llevar fresco a ponerme el impermeable y pasar un poco de calor. 

  Después de unos momentos para quitarnos algunas piedras del camino de las zapatillas, Continuamos el viaje. Estamos en el km 82. Este ha sido el último punto de evacuación, así que ya no hay vuelta atrás. 

  Salimos de allí unos 4 corredores juntos. Toca deshacer el camino unos 2 km. Tenemos que llegar hasta el cartel informativo y por donde hemos venido bajando de la Forqueta. 

  Tramo por senda muy chula que llevamos a media ladera. Seguimos siguiendo las balizas reflectantes que se ven a lo lejos. Algún tramo podemos correr, pero pronto comenzamos a ascender. 

  Son unos 4 km hasta el Collado de Estós. Picando para arriba en todo momento. Al principio la subida es  bastante tendida, pero a medida que nos acercamos al Collado, la cosa se va empinando. 

  José Ramón y yo vamos a buen ritmo, lo que hace que nos vayamos despegando de los otros corredores. Volvemos a estar solos. Pues nada, a seguir dándolo todo. 

  En este tramo vamos alternando posiciones. Como si hiciéramos relevos. Se hace más amena la cosa así. 

  A mi, particularmente, se me está haciendo muy largo. Solo vemos las marcas brillantes del recorrido, y parecen que no llegan nunca. 

  Ufff, la senda se pone cada vez más pina. Hasta el Collado se va a poner más dura la. Subida, así que con calma. Es la última subida del recorrido donde llegaremos a los casi 7000 metros positivos. 

  Por fin, a lo lejos, allí arriba, vemos una luz muy intensa moviéndose. Son los voluntarios que están en el Collado. Pues nos queda un rato todavía, ehhh. Venga, a por la última subida fuerte. 

  Ya estamos arriba. Joder lo que ha costado esta también. Ya llevamos unas 27 horas correteando por ahí. Yo estoy deseando que se haga de día. Pero mi compañero más, que lleva un tiempo que dice que se duerme. Por eso aquí voy yo delante. 

   Saludamos a los voluntarios y nos vamos derechos a afrontar la bajada. Unos 5 km de Continuo descenso hasta el refugio. Las primeras rampas son muy empinadas y técnicas y donde la noche hace que extrememos aún más las precauciones. 

  Menuda bajadita. Ya las patas no están para mucho, pero hay que seguir un poco más. Pasado un par de kilómetros, vemos una luz que va subiendo. Es un chaval que va entrenando. - ¡Joder como sube!. 

  Nos saluda y nos da ánimos. Le preguntamos si queda mucho para el refugio y nos contesta que un ratito. Eso ha sonado a que queda un huevo todavía, jajaja. 

  Lo bueno es que después de estas primeras rampas, la senda es más agradecida por que suaviza bastante el desnivel y además está en muy buenas condiciones. 

   Nos adentramos en un pinar. Comentamos que ya estamos muy cerca por que el refugio está al salir de él. 

  Yujuuuu, ya tenemos el refugio a nuestros pies. Último punto de avituallamiento. Nos ofrecen unas sillas y por supuesto hacemos uso de ellas para volver a quitarnos algunas chinas del camino. Nos abrigan con unas mantas que la verdad ha sido un detallazo y nos viene genial. Súper simpáticos los voluntarios, preocupándose en todo momento por nosotros, que no nos falte de nada y además alabando la gesta que estamos realizando. Por esto y por otras muchas cosas, esta carrera es especial y única. Por esto seguimos viniendo año tras año y van 7. Grandisimos todos. 

  Mil gracias a todos, por vuestra generosidad y amabilidad. Una voluntaria me dice que hasta el año que viene. Ja ja ja. La digo que no la contesto y la cuento la anecdota de la Ehunmilak. ¿El año que viene?. Pufff, ahora mismo, rotundamente no. Pero mañana seguro que cambia la cosa. 

 Nos despedimos de ellos y comenzamos este último tramo hasta la meta. 12 kilómetros casi por completo de bajada. 

  Ya empieza a amanecer. Guardo el frontal  que ya empiezo a estar cansado de él y de seguir su haz de luz. 

  Tres kilómetros de senda muy chula y corríble, más o menos como el último tramo antes del refugio de Estós. 

  Entramos en un llano donde dejamos atras la cabaña del Tormo. Una pista de unos 7 kilómetros nos da para hablar y conocernos un poco más a mi compi y a mí. 

  Pasamos por la cabaña de Santa Ana donde hay gente durmiendo al raso. La verdad que hace una temperatura ideal ahora mismo. Que envidia me da. 

  Por fin puedo hablar con Susana. Esta siguiendo muy pendiente nuestro progreso y ya sabe que estamos cerca. Quedo con ella en darla un toque cuando llegue al camping. A unos tres de meta. 

   Ahora si que si, nos vemos ya siendo unos de los pocos que vamos a poder de ir que hemos terminado esta aventura. 

  Los tres últimos kilómetros son los que hicimos hace más de 30 horas. Uff, lo que ha costado llegar hasta aquí 

  Cruzamos el puente de San Jaime. Aviso a Susana. Ahora si que los nervios empiezan a aparecer. Un colega de José Ramón le espera en esta zona. Con el vamos a ir hasta meta. 

  Muchos senderista y paseantes nos aplauden y nos da la enhorabuena. Aquí todo el mundo sabe lo que es esta carrera y lo duro que es. Todos te hacen sentir grande e importante. Te hacen ver que estas realizando una gesta al alcance de muy pocos. Eso te da una energía increíble, y más a pocos minutos de rematarlo. 

  Llegando al pueblo, nos damos cuenta que faltan diez minutos para la salida de la vuelta al Molino. Sale a las 08:00. Decidimos correr todo lo que podamos para llegar antes de la salida y así tener un recibimiento multitudinario. 


   Cruzamos el punte y  veo a Andrés. Un colega del BikilaManjaro que me está esperando. Le saludo y le soy la enhorabuena por su carrerón de ayer en el maratón. Menuda bestia. Menudo Tiempazo se marcó. 

  Y ahora sí, pisamos las calles de Benasque. Nos quedan cinco minutos. Suficientes para llegar a tiempo. 

 Ya estamos en la avenida de los Tilos. Ya estamos a 200 metros de meta. Mil corredores están esperando que llegue su hora. Pero el speaker anuncia nuestra llegada, lo que hace que todos pogan sus ojos sobre nosotros. 


  Veo a Susana esperandome en el último arco antes de meta. Buahhh, menuda pasada. Ahora mismo estamos en una nube. Ha costado muchísimo, pero ya estamos aquí, subiendo la rampa de meta. 


  Pero antes un beso a Susana que también se lo merece. Luego me contará que tal su maratón, aunque un adelanto ya me ha dado por teléfono en la última llamada. 



  José Ramón y yo subimos al estrado. Más de mil corredores aplaudiendo. El. Speaker elogiando nuestra hazaña. Susana grabando y haciendo fotos súper emocionada. ¿Que más se puede pedir?. 


  Pues si, hemos terminado. Ya estamos en lo alto de la meta. Un abrazo con mi compañero al que he conocido hoy, pero esto une tanto que creo que es un amigo de toda la vida. Enhorabuena y muchas gracias por tu apoyo y compañía. Muchas horas juntos en la soledad de la noche, con muchas adversidades y muchos momentos irrepetibles. Nos veremos muy pronto en otra locura, seguro. 


  Toca levantar los brazos y respirar hondo. Otra aventura más. Otra azaña para la saca. Otra que no me cuentan. 

  Y llegó, por fin, la recompensa. El beso de Susana. Es un orgullo y una emoción que ella se alegre casi más que yo. Sabe muy bien lo que cuesta y está súper orgullosa y contenta. 


  Bajo del pedestal del que estoy subido para recibir mi preciada medalla. Otra muesca para el marfil. Lo que ha costado conseguirla. En esta ocasión vale mucho más por el tiempo que hemos tenido y lo duro que ha sido. Que se hayan retirado más de la mitad de los participantes, te hace creerte que hoy te lo has currado y que tu cabeza sigue estando bien....... O no, ja ja ja.

  Al final casi 32 horas. Se dice pronto. Pero reto conseguido, que era de lo que se trataba. 



  Pues nada, despacito y charlando nos vamos hacia el hotel. Nos despedimos de Andrés que también ha estado sin perder detalle. Mil gracias crack por estar pendiente y esperarme en meta. Eres grande colega. 

  Lo bueno es que he llegado a buena hora para ducharme y bajar a desayunar. Unas tostadas y un par de huevos fritos que me sientan de lujo. Y todo ello regado por la impresiones y anécdotas de Susana. 







  Un fin de semana de diez. El año que viene volveremos con la misma ilusión de hace 7 años. La distancia en la que participar....... Ya veremos. De momento nos vamos habiendo disfrutado a tope. 

 Solo me queda daros las gracias a los que habéis estado pendientes y a todos por vuestras felicitaciones. Es un orgullo tener gente como vosotros a mi lado. Gracias. 

  Capi