Este año va a ser el bueno. Este año nos ha tocado el sorteo. Y es que estos carrerones, están muy pero que muy solicitados. Por algo será, y este año venimos Susana y yo a comprobarlo.
Viernes tarde. Estamos aterrizando en Alpandeire. Un pueblecito de la Sierra de Grazalema donde está todo el meollo montado.
Somos de los primeros en recoger el Dorsal. Rápido y acogedor. Allí ya van llegando poco a poco los muchos corredores y acompañantes que también vienen a disfrutar del Valle del Genal. Valle que mañana patearemos y comprobaremos de primera mano lo que nos han dicho de él.
Nos vamos a Júzcar, el denominado pueblo pitufo, que es donde tenemos el alojamiento. También aprovecharemos para visitar un ratejo este pueblo azul.
En el hotel Bandolero, soltamos todos los archiperres y nos vamos a pasear un rato y después a cenar algo.
Preparar todo y descansar es lo que nos toca para mañana estar a tope.
Toca el despertador. Desayuno tranquilo repasando un poco todo. Y... Carretera y manta para llegar a Alpandeire y aparcar en la parte más baja del pueblo.
Nos terminamos de preparar bajo una finísima lluvia. Con el chubasquero puesto, subimos las calles del pueblo para llegar a la zona de salida.
Allí, no puede faltar una fotito con el cartel de la prueba. Luego hay que pasar el control del material y encender el GPS que llevamos cada uno para estar controlados en todo momento.
Comienza a lloviznar un poco más. Parece que va a estar así todo el día. La Dana que ha hecho mucho daño en Malaga, por aquí no se ha notado tanto. Aún así, la temperatura es muy muy buena.
Después de las palabras de Chito, y de su típica cuenta atrás, se da la salida a esta carrera. 51 km con 2800 +. Aunque parece que han tenido que modificar un par de tramos por desborde de algún río. Todo sea por la seguridad de los corredores y voluntarios.
Comenzamos a correr por la carretera, hacia la salida del pueblo. Picando un poco para arriba. Ya vamos cogiendo temperatura. Hay muchísima humedad lo que hace que ya estemos empapados.
A ritmito para preparar las piernas para lo que se les viene encima, llegamos a un camino ancho y bueno.
Aquí nos quitamos el impermeable Susana y yo. Uff, que sudada nos hemos dado en estos menos de 2 kilómetros de la salida.
Continuamos bajando por este camino fácil de correr, para llegar al primer avituallamiento situado en el km 5, más o menos.
Llevanos los bidones casi llenos, así que tomamos un poco de naranja y aprovechamos también para tomarnos unas sales.
Nos vamos para Farajan que es el pueblo donde tenemos el segundo avituallamiento. Menudas veredas chulas en bajada tenemos en este tramo. Entre encinas y castaños vamos descendiendo en fila India. Muchos corredores juntos en estas estrechas veredas.
Después de disfrutar este tramos, nos toca subir un repecho, no muy largo pero si bastante duro. Bastante mojado todo, lo que nos lo pone un poco más complicado. Pero la verdad es que da gusto ver el terreno con tanta agua.
Susana ha ido tirando de bastones que han venido muy bien. Pero toca guardarlos que tenemos de nuevo tramos de sendas en continuo descenso.
Terreno super blandito y cómodo de correr. Eso sí, pendiente de las piedras mojadas para no irte al suelo.
Estamos ya en la parte baja. Un tramo con escalones de troncos, nos da acceso a la chorrera de Balastar, que no te deja indiferente. Eso sí, pasando por un puentecito donde es inevitable mojarte un poquito los pies.
Un fotógrafo nos saca unas instantáneas del momento.
Cogemos un camino asfaltado para subir a Farajan. Segundo avituallamiento de la carrera. De momento muy muy chulo todo lo que hemos hecho. Además el día nos está respetando lo que nos hace disfrutar a tope de este Valle.
Muy buen avituallamiento. Fruta, frutos secos, gominolas, chocolate etc etc. Susana prueba los melocotones en almíbar. Que buenos están. Aquí si que rellenamos bidones y tomamos un vasito de Coca-Cola.
Aprovechamos para apretarnos un poco más las zapatillas. Y así, comenzamos a bajar por las calles del pueblo.
Bajamos por caminos algo rotos pegados al arrollo Conejil. Bajada de las que nos gusta hacen que disfrutemos muchísimo de este tramo.
Una vez abajo, pasamos por encima del rio Genal. Aquí, espero un poco a Susana que ya no aguanta más, jejejeje. Mientras, me deleito con las vistas del entorno.
Y ahora si, toca subir. Caminos con mucha piedra y muy mojado. Tramos bastante exigentes haciendo zetas, siempre entre mucha vegetación y como no, de castaños, encinas, y algún eucalipto que otro.
Según vamos cogiendo altura, la niebla y el aire son más intensos. El último tramo es a pechón, ya más exigente. Rodeados de setas seguimos sumando desnivel positivo.
Un pequeño cresteo con sube y bajas, nos hacen soltar un poco las piernas.
Y así llegamos al avituallamiento. La llamada torre de Icona nos da la bienvenida. También los voluntarios nos ofrecen de todo bajo el aire, el frío y la niebla. Olé por ellos. Estar ahí parados tiene su miga. Mil gracias a todos. Nosotros tomamos unos donetes, naranja, gominolas y salimos corriendo que nos estamos quedando pajarito.
Susana aprovecha para ponerse el chubasquero e intentar no perder mucha temperatura.
A pocos metros del avituallamiento, tenemos el vértice geodésico de el Fardo. No podemos dejar de hacernos una foto con el vértice, jejejeje.
Vengaaaaaa, vámonos que hace mucho frío. A correr, se ha dicho. Comenzamos el descenso por terreno muy mojado. Piedras mojadas que hay que controlar y todavía con mucha niebla y aire.
Cogemos un tramo de carretera de un kilómetro más o menos donde aprovechamos para soltar piernas. Luego volvemos a coger un camino donde tenemos un charco que hay que pasar si o si, y donde meto las piernas hasta la rodilla. Susana se busca las mañas para meter solo un poco los pies, jejejeje.
Volvemos a coger un camino de asfaltado, pero solo unos metros para cruzar, y cogemos un camino en bajada donde hay mucha gente paseando y disfrutando de este espectacular día. Pasamos junto a un castaño centenario, que es visitado por todos los que están aquí hoy. Cogemos asfalto, para llegar a Pujerra. Mucho ambiente hay aquí, donde el avituallamiento está dentro de una casa antigua.
Menudo avituallamiento nos tienen preparado. Frutas, gominolas, tortilla, chocolate, frutos secos, montaditos de salami y montaditos de atún con tomate. Que buenos están estos mintaditos de atún con tomate, de mollete antequerano. Como nos sienta a Susana y a mi. Lo regamos con un poco de Coca-Cola. También como unos donetes. Ah, también tenemos yatekomos, que te los preparan en el momento. Espectacular. Así da gusto. Mil gracias por la amabilidad y simpatía que nos habéis brindado.
Con el buche lleno. Bueno, más que lleno, jejejeje, salimos de Pujerra. Pasamos por sus calles y plazas decoradas con adornos de ganchillo que le da un colorido especial.
Este tramo es el que nos han recortado por no poder pasar una zona inundada. Así que tenemos algo más de 4 kilómetros para llegar a Júzcar. Primero por camino bastante bueno, y luego casi 3 kilómetros por carretera. Siempre en continuo ascenso.
Bueno, al final el asfalto es lo que menos nos gusta, pero la seguridad de todos prima y es lo que toca.
Ya tenemos Júzcar bajo nuestros pies. Dejamos a la derecha el hotel donde estamos alojados y comenzamos a bajar por las calles del pueblo azul.
Así llegamos al avituallamiento, situado en la plaza. Bajo una carpa, volvemos a degustar los manjares que nos han preparado.
Estamos en el km 32. Venga, ya nos quedan unos 19 km. Después de comer fruta, chocolate y algún bollito que otro, me tomo un vaso de gazpacho. No me he podido resistir. Susana decide no probarlo por si no le sienta bien. Yo no me he podido resistir.
Salimos de Júzcar. Lo que tenemos por delante, es un paredón. Cruzamos la carretera y comenzamos una subida por asfalto rayado que te quita el aliento. Es bastante larga. Uff, como te pone las patas. Vamos todos con la cabeza mirando al suelo.
Madre mía que pared. Venga, pasito corto y pa rriba. Varios excursionistas que están bajando nos dan ánimos. Algunos bajan de lado para retener, por que si no bajan rodando.
Nos quitamos lo más duro, por fin, pero la subida, aunque más tendida, sigue picando.
Por fin dejamos el asfalto y comenzamos a correr por el camino de los Riscos. Los famosos y nombrados Riscos. Los llevamos viendo ya desde hace rato y en nada estaremos en sus entrañas.
Llegamos a un punto donde comienza y termina el bucle de los Riscos. Vamos a correr un poco por el camino descendente, antes de comenzar a pisar piedras blancas.
Ahora si, comenzamos a subir y a meternos en los Riscos. Esto parece que lo hayan puesto aquí, en medio de los castaños. La verdad que impresiona. Vamos a disfrutar de esto, a la par que castigamos los pies, jejejeje.
No podemos dejar de hacer algunas fotillos, con estas caprichosas construcciones. Es muy muy bonito el paisaje.
El correr por aquí se hace difícil, no solo por lo técnico del terreno, si no también por que esta muy pisado y el barro baña las piedras blancas que están muy pulidas.
Vamos poco a poco dando la vuelta a este bucle. Adelantamos a varios corredores que van más despacito. Y después a un grupo de cinco que ya descendiendo entre los Riscos, no van muy seguros. Susana y yo, acostumbrados a la sierra de Gredos, pues vamos un poco mejor y eso se nota en que en nada de distancia, los dejas muy atrás. Además, alguno llevas ya las piernas bastante tocadas.
Pues nada, terminamos esta zona adelantando a otra pareja de chicas que van juntas. Una de ellas va un poco tocada, pero la compañera la va animando. Mucha suerte y con tranquilidad que hay que llegar a meta.
Llegamos al punto donde comenzó el bucle y nos cruzamos con un grupo que le va a comenzar. - "Joder, vosotros ya estáis de vuelta", nos dicen. Venga chavales que en nada estais aquí de nuevo.
Los animamos y continuamos nuestro camino. Un camino con sube y bajas, pero un camino bueno.
Hasta llegar a una vereda algo técnica y muy embarrada. De nuevo tramo que nos gusta a Susana y a mí. Esto hace que adelantemos a otros cuatro corredores.
Que chulada de zona. Vamos pegados al arroyo los Majales. Oasis entre ramas entrelazadas. Zonas estrechas. Cruces del arroyo. Y una zona de cuerdas para poder descender hacia la carretera.
Ya en la carretera, comenzamos a subir por ella, indicados por Protección Civil.
En nada estamos de nuevo metidos en otra nueva subida por camino bueno, hasta llegar al Romeral. Subida no muy larga, pero intensa. Ya en el avituallamiento, que es mitad del camino, nos encontramos con dos chicos y una chica que terminan de avituallarse y salen de najas.
Nosotros como siempre, con tranquilidad, pero intentando perder el menor tiempo posible, rellenamos los bidones y nos tomamos algo de fruta y unas gominolas.
Estamos en el km 41. Nos quedan, creemos, unos 8 km por los cambios de recorrido.
Subida fuerte por camino con piedras a modo de escalón. En un momento dado, vemos a los dos chicos y a la chica de antes, que vuelven sobre sus pasos. Se han pasado el desvío. Les decimos por donde es. Señalizado esta bien señalizado, pero si vas mirando al suelo justo en este punto, si que te vas por el camino que llevas, pero las señales indican a la derecha para subir a pechón.
Bueno, Susana y yo continuamos esta larga y dura subida. Susana tirando de bastones va a muy buen ritmo. Yo mientras la voy abriendo el camino.
Estamos en el km 42,200. Le digo que llevamos un maratón. Susana me contesta que muy bien y muy buen tiempo. Las patitas las lleva un poco cargadas, pero ya queda poco. Ánimo Mon Amur.
Se hace larguito el tramo, pero bueno, ya veo el fin. Venga Susana que ya estamos. A los otros corredores los hemos ido dejando atrás y abriendo hueco. Eso nos dice que no vamos muy mal de ritmo.
En varios puntos de la subida, si que hacemos algún descansito rápido para hacernos unas fotos con el pueblo pitufo de fondo. La verdad es que destaca mogollón el color azul, entre la multitud de verdes, de sus alrededores.
Pues nada, rematamos la subida y comenzamos el descenso. Camino con de todo un poco que nos deja de nuevo en la carretera.
Aquí después de unos metros por ella, nos meten por el lateral para así evitarla lo máximo posible. Menudo tramito, jejejeje.
Aquí no hay ni camino, ni senda ni vereda. Por el borde de la carretera entre ramas, piedras, arbustos y árboles vamos siguiendo las balizas. Siempre pegados a la carretera.
Por fin bajamos de nuevo al asfalto, para antes de entrar al pueblo de Alpandeire, seguir bajando por un camino ancho y bueno.
Con tranquilidad y no alargando mucho la zancada para evitar calambres, vamos bajando detrás de varios corredores acercándonos a ellos poco a poco.
Hay algunos que ya están algo tocados y no son capaces de correr. Los damos ánimos, que ya queda poco.
Llevamos viendo el pueblo desde hace muuuucho rato. Cada vez parece que esta más lejos, el jodio. Pero bueno, por los kilómetros que llevamos, mucho no puede ser que quede.
Y por fin tocamos fondo. Estamos en las profundidades del pueblo. Solo nos queda subir hasta arriba del todo.
Camino pedregoso este primer tramito, que nos da acceso a una calzada romana. Aquí adelantamos a los dos corredores que iban delante nuestra en la bajada. Susana ya lo está dando todo
Un fotógrafo en la calzada, nos hace sacar nuestra mejor de las sonrisas. Varias personas que están viendo la carrera, nos dicen que ya estamos.
100 metros. 100 metros. 100 metros. Hasta en tres ocasiones nos dicen que nos quedan 100 metros. Todos a diferentes alturas de la subida, jejejeje. Nada, nos reímos graciosamente de la situación y les damos las gracias por los ánimos
Pero ahora si, ya estamos arriba en la carretera. Solo nos quedan 100 metros de la recta de meta. Ahora si.
Bajo los aplausos y ánimos de todos, subimos la rampa de los campeones. Ya estamos aquí. En menos de 9 horas.
Chito nos hace unas fotos mordiendo las medallas, que unos voluntarios ya nos han puesto. Después nos saca unas palabras a través de ese micrófono que tantas carreras anima y relata. Siempre es un placer verle.
Mon Amur, que bien me lo he pasado. He desconectado total de todo, que era de lo que se trataba. Mil gracias por hacérmelo pasar en grande. Y como no, enhorabuena por la carrera. Siempre terminando tan fuerte y con esa sonrisa de alegría y emoción.
Este Valle es espectacular. Nos ha sorprendido gratamente. Nos ha encantado. Todo en la carrera ha salido de diez. Eso sí, el Valle del Genal te pone en su sitio. Si quieres disfrutar de sus vistas y paisajes, te lo tienes que currar.
Con un besazo, damos por concluida la carrera. Bueno con el beso y con un perrito caliente que nos dura na y menos, jajaja.
Nos vamos con una nueva experiencia muy muy gratificante. Ojo lo que tiene el Valle. Nos ha dejado impresionados. Habrá que volver para saborearlo aún más
Solo nos queda visitar mañana por la mañana el pueblo de Júzcar, el pueblo pitufo y regresar para casita.
Mil gracias, primero al equipo, y luego a todos los que nos animáis en nuestras aventuras.
Capi