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sábado, 25 de septiembre de 2021

Ultra los Artesanos.

   Esto ya ha comenzado hace unas semanas. Después del verano tenemos una agenda bastante completita. Muchas carreras aplazadas a estos meses hacen que coincidan algunas y que otras sean el mismo fin de semana aunque distinto día.



  Esto es lo que me pasa a mí este finde. El sábado vamos Txule y yo al ultra de los artesanos, y el domingo el maratón de Madrid. Pufff, casi ná. Bueno, vamos a ir por el principio y veremos como se va desarrollando la cosa.

  Txule y yo, decidimos ir a dormir a Coria. Un pueblo a 13 km de Torrejoncillo por que la carrera es temprano y estamos a algo más de dos horas. Tendríamos que salir de Toledo sobre las 4 de la mañana. Y no es plan de madrugar tanto. Así, el viernes anocheciendo llegamos a nuestros aposentos. Tengo que decir que tendría que estar con nosotros nuestro compañero y presidente del Bikilamanjaro, Javi. pero al final la situación familiar de estas últimas semanas le han hecho tomar la decisión de quedarse en Toledo. Muy acertada por su parte. 

 Cenar algo, preparar la mochila y vestimenta y a descansar. Antes, una palabras con nuestras respectivas mujeres, María y Susana, para desearlas buenas noches y decirlas cositas al oído, je je je.

 El despertador suena cuando estamos en lo mejor del sueño, pero rápido estamos en pie para comenzar el protocolo previo a las carreras. Mientras nos tomamos unos donuts y un zumito para desayunar, terminamos de apañarnos y recoger todo.

  A las 06:00, cogemos un autobús desde Torrejoncillo que nos llevará a la salida. El bus nos deja a unos cuantos cientos de metros del pabellón de Portezuelo. Allí, recogemos el dorsal y rematamos todo para la carrera. Dejamos la bolsa en el ropero y charlamos un rato con nuestro colega "El Gacela", con el que coincidimos también en Gredos. Muy grande es este chaval.




  Después de pasar un pequeño control de material, nos dirigimos a la zona de salida. Todavía es de noche, así que sacamos nuestros frontales. Y con la típica cuenta atrás se da la salida a esta edición del ultra de los Artesanos. 

  Los comienzos, como casi siempre en montaña, son cuesta arriba, y este no iba a ser distinto. Así, subimos las pulsaciones en un periquete, ja ja ja.

  Después de un pequeño respiro, comenzamos la subida al castillo de portezuelo, cuyo nombre es Castillo de Marmionda. Hemos tenido un pr0blema con un frontal y hasta que amanezca nos vamos a tener que apañar con uno solamente.

  A partir del castillo, Txule va detrás mía siguiendo mi luz. Un poco complicado por que yo le quito visibilidad, por lo que tenemos que ir bastante tranquilos y además avisando de ramas, piedras, surcos y de todo que que pueda provocar una caída o tropezón. En los pasos un poco difíciles, lo que hago es pasarle yo y darme la vuelta para alumbrar a mi compañero.



  Bueno, es lo que hay y con eso tenemos que tirar para adelante. Pasada una hora de carrera y yendo por camino, donde podemos ir los dos en paralelo, decido apagar el frontal. Que gusto es correr con luz natural. ojo lo poco queme gusta ir detrás de un circulo que ilumina tu camino. Txule y yo, hablamos de lo que nos espera en un par de semanas. Mas de doce horas de frontal. Ahí si que nos vamos a hartar de foquito, ja ja ja.

  En esta horita, hemos hecho algunas subidas y bajadas, tampoco muy duras, pero lo que viene pasado el km 11 ya nos avisa de lo que tenemos por delante. La subida de la Silleta. El comienzo es duro, pero luego se pone peor, ja ja ja. Lo que te deja un poco chafado, es pasar por una zona arrasada por las llamas. Joder, que desolación. Ver como las ramas negras te van marcando brazos y piernas, da muchísima pena. Esperemos se pueda regenerar muy pronto y en las próximas ediciones podamos volver a ver la paleta de colores en todo su esplendor.




  Después de esta subida, vamos a hacer un bucle de unos 6 km para volver a la silleta, pero esta vez para hacerla de bajada.  En este bucle, nos cruzamos con los corredores de la media. Ánimos mutuos para seguir dando guerra.

 Pues eso, pasado el km 18 comenzamos la bajada. Bajada muy muy peligrosa, donde un voluntario nos avisa de esta situación. Aquí me dejo caer para abajo y poco apoco me voy despegando de Txule que va con mas precaución. Imposible parar. Es una bajada que no te deja respirar. 

   Una vez abajo, me espero charlando con los de protección civil, a que llegue mi compi. La verdad es que no ha bajado mal Txuletón, por que no ha tardado nada en llegar a mi posición.

   Cogemos un poco de camino bueno donde vamos dejando el pueblo de Cañaveral a nuestra derecha. Poco dura este camino y girando a la izquierda, volvemos a coger vereda cuesta arriba. Aquí vamos junto a otros dos corredores con los que hacemos casi toda la subida. 

  Y así, llegamos a una bajada de hormigón que nos va a dejar en la entrada del pueblo. Pasamos por las calles de mas a las afueras del pueblo, para salir de nuevo, del suelo urbano. Antes de salir y buscando un sitio para sentarnos, nos paramos un momento para quitarnos las piedras de las zapatillas.




  Proseguimos en continuo ascenso junto a otros dos corredores. Ellos van delante, pero uno de ellos va muy tocado y no tardamos en adelantarlos para hacer la subida a nuestro ritmo. Y por fin, una senda un poco corrible. Hay que ir soltando patitas para lo que queda por venir.





   Y lo que queda por venir, ya está aquí. Joder que pedazo de cortafuegos tenemos delante nuestra. Este si que nos va a poner a prueba. Nada, pasito corto y al tran tran. así vamos subiendo poco a poco. Me voy despegando de Txule un poco. aquí cada uno tiene que subir a su ritmo. Y arriba le espero haciéndole un par de fotillos.

  Una vez juntos, me mira y me dice,-:" Capi, el cuerpo no me va". Joder, "si no tenemos prisa". "Vamos a llegar al avituallamiento y allí reponemos y descansamos un poco". 

  Pero Mi compi se conoce muy bien y me dice que me vaya. Que se va a retirar. Que aquí se viene a sufrir, pero disfrutando y que no está haciendo ninguna de las dos cosas. 

  La verdad es que uno mismo sabe como está y la decisión es suya. Lo que si tengo claro es que seguiré con él hasta que lleguemos a un punto de evacuación. Así, con tranquilidad y charlando hacemos una bajada que nos lleva directos a un avituallamiento.

  Allí, Txule pregunta si es un punto de evacuación y le contestan que si. Pues el 408 se retira, les dice. Yo hago un último intento de animarle a comer y descansar y continuar si ve mejoría, pero la decisión está tomada. Por los walkie informan de la retirada. Ahí se que nuestros caminos se separan. 

  Un abrazo muy muy fuerte y unas palabras de animo mutuas, para poco apoco ir alejándome del avituallamiento. Estamos en el km 26. Justo la mitad de la carrera. Lo primero que hago es una bajada también bastante peliaguda. Aquí no hay tregua. O para arriba o para abajo. 

  El tramo que tengo ahora es un poco mas disfrutón. Por lo menos puedo correr algo y las vistas merecen la pena. Pero ya me han avisado que todavía tengo El Cuchillar. Uff, como suena eso, ja ja ja. Mejor vamos a reservar un poco de patas que no me quiero llevar un susto.

  Y cruzando un riachuelillo, oigo un zumbido encima mía. Es un dron que esta grabando. Al mirar hacía arriba, me doy cuenta de lo que tengo delante. El famoso y temido Cuchillar. Una subida por medio de unos riscos y metidos por una de sus brechas. 

  Bonito mucho, pero duro también.  Y mirando a los corredores que llevan ya una media subida, comienzo a ascender los primeros metros. No está mal el Cuchillar, no. Tiene su cosilla, ja ja ja.

  Pero voy muy bien de piernas y eso hace que suba bastante suelto. Y antes de llegar arriba he cogido a los tres corredores que había visto desde abajo. Con ellos hago un tramo de descenso. Luego tenemos una zona de senda/camino donde me despego de ellos poco a poco.

  Los kilómetros que viene apartir de aquí, no son tan técnicos como en la primera parte, pero si que tiene sus buenos repechos que te hacen ir consumiendo energías poco a poco.

 Y ya en el km 36 pasamos por el convento del Palancar, donde tenemos mucha animación, que no me esperaba, la verdad. Yo creo que eran los invitados de algún evento, por que iban todos muy guapos, ja ja ja.



 Y en unos 3 ms más estoy cruzando la carretera por debajo. La EX-109. Voy paralelo a ella y ahora mismo están pasando una barbaridad de motos. Muchos de ellos me pitan y saludan. No paran de pasar. A la moto 80 mas o menos ya dejé de contar, pero mas de 100 motos si que eran. ¡Que pasote!.

Hago una llamada a mi compi para ver como está y charlo un rato con él. Todo correcto. Está en meta esperándome con la cerveza en la mano. Bueno, espérame que no tardo, ji ji ji.

 A partir de aquí, quedándome unos 10 km, voy a ir atravesando las dehesas con sus fincas de cerdos negros y sus constantes sube y baja del terreno.

  En el km 45 decido sacarme un huesito de la mochila. Estoy justo al lado de un cercado de cerdos. Me tomo la mitad y decido arrimarme para dar un cachito a uno de ellos que me mira con deseo, je je je.

 Joder, como le gustan los huesitos a estos, ja ja ja. En menos de dos segundos tengo allí a mas de 50 cochinos con los morros olisqueando tan preciado manjar. Solo me queda sacar otro y repartirlo como puedo. Esto se está desmadrando y decido salir corriendo de allí que estos se saltan la alambrada, ja ja ja.

  Ya puedo divisar Torrejoncillo. Poco a poco voy acercándome a él. Voy adelantando a varios corredores antes de entrar en las calles del pueblo. Y por fin piso las calles de Torrejoncillo. Una cuesta arriba es la antesala de la meta. Una cuesta arriba que se hace llana al ver el arco de meta.



  Ya le tengo delante. El crono cuelga de él. Ocho horitas para este ultra de cortafuegos. Paso por meta y encuentro a Txule al que saludo. Bueno, pues otra mas para la saca. Medallita para el pescuezo que me la he ganado.



  También saludo al Gacela que está como un toro y voy directo al avituallamiento final. Un bocadillo, una fantita y andando al coche para volver a casa. Antes una ducha rápida y con agua caliente, yujuuuu, para hacer el viaje agusto.

Durante el viaje mi compi yo comentamos todo lo sucedido en el día de hoy. Mis ánimos son para él. Has sido muy inteligente y has tenido la cabeza bien puesta para saber lo que tenias que hacer y haberlo hecho.

  Carreras hay muchas. Y si no pasa nada, pronto estaremos dando guerra de nuevo. 

  Y con esto y un bocata de chorizo, hasta Toledo derechos. La próxima más y mejor, seguro. Gracias a todos por los ánimos.

  Pronto a la carga.

  Capi

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