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domingo, 9 de diciembre de 2018

Ultra maratón de la Vida.

 


Que deciros de esta carrera. Una carrera de sentimientos. A favor de la donación de órganos. Donde corren atletas trasplantados de algún órgano. Una carrera que cuando la vi supe que tenía que hacerla.

 Toda la familia nos desplazamos a Cadiz para pasar un gran fin de semana. El sábado por la tarde recogemos el dorsal de la prueba. Yo me he decantado por la de 50 kms, pero también se puede hacer en bici y por la noche se puede participar en una carrera nocturna.


 
  Ya por la noche y después de recoger el dorsal en Sanlúcar de Barrameda, que es donde se celebra la prueba, Hay una pequeña charla técnica de la carrera y una presentación de la carrera y de toda la gente implicada en este proyecto.

 
Un pueblo volcado en la realización de esta carrera y en la lucha por una lista de espera en transplantes cero. Aquí nos cuentan, con sus protagonistas en escena, historias muy emotivas. Sin ir mas lejos, el spiker de la prueba es transplantado de los dos pulmones. Eso si que es volver a respirar. Muy muy espectacular lo vivido esa tarde.
 
  Por nuestra parte nos vamos a descansar y a dejar sitio a los que van a correr la nocturna. Así que nos vamos al sitio donde estamos alojados este fin de semana.
  En esta ocasión Susana y yo no podemos organizar mucho la mañana durante la carrera. En este tercera edición han mantenido el recorrido el secreto y no sabemos ni de donde salimos ni cual es el recorrido. Lo único que sabemos es donde llegamos y que tenemos avituallamientos completos cada 6 o 7 kilómetros. 
  Lo que también sabemos es donde tenemos que estar por la mañana. A las 8:30 en el Bajo de Guía. Una playa "embarcadero" donde nos va a recoger una barcaza y nos va a llevar a la salida (secreta).
  Bueno, pues una horita antes estamos aparcando el coche a escasos 200 metros de la fabrica de hielo del Bajo de Guía de Sanlúcar de Barrameda. Hay bastante movimiento sobre todo de bicis. Ellos hacen lo mismo que nosotros pero con media hora de adelanto.
  Como tenemos tiempo decidimos ir a desayunar a la cafetería de un hotel cercano. Allí desayuno bastante por que no se lo que me voy a encontrar, je je je. Como todo es secreto.
  Bueno, pues la hora se aproxima. Nos vamos al coche para coger la indumentaria. Me pongo de corto, pero con un chubasquero-cortavientos por que refresca un poco. Estamos en diciembre pero está haciendo unos días espectaculares. Manga corta ha sido la vestimenta de estos días.
 
  Hoy parece que va a hacer calor, pero me llevo esta prenda por que en la barcaza supongo que hará bastante fresco.

 
  Nos vamos acercando a la playa y vemos como las bicis están embarcando en tres barcazas. Espectacular el momento. Je je je. Las despedimos desde la orilla. Toca esperar que las suelten y las barcazas vuelvan a por nosotros, los corredores.

 
  Susana y los peques nos hacemos fotillos en este sitio tan emblemático del pueblo. Somos unos 400 corredores. Me voy fijando en lo que lleva cada uno y observo que la gran mayoría lleva zapatillas de asfalto. Pues viendo esto creo que he acertado. Esta mañana dudaba bastante si trail o asfalto. Al final me decante por asfalto por que aunque no sabíamos el recorrido, me imaginaba que mucha montaña y terreno muy técnico no sería.

 
  Ya están de vuelta las barcazas. Ya han bajado la plataforma para que podamos subir. El organizador va llamándonos para nuestro embarque. Los nervios empiezan a aparecer. Me despido de Susana y los "peques" y embarco en la barcaza correspondiente. La mía se llama "La Olga".





 
  Las dos barcazas están al completo así que se recoge plataforma y comenzamos nuestro viaje hacia el punto secreto de salida. Gran acierto traerme el chubasquero por que hace bastante fresco.
  Viejecito por la costa muy ameno y divertido que dura unos 20 minutos. Vuelven a bajar la trampilla para que por la playa desembarquemos y nos dirijamos a la salida.


 
  A pocos metros de la playa, en la primera calle asfaltada nos encontramos a todos los ciclista que en menos de 3 minutos tienen programada su salida.  Al dar el pistoletazo todos les aplaudimos y les damos ánimos para completar estos 50 kilómetros.
  A poco mas de 5 minutos para comenzar nuestra prueba, decido quitarme el chubasquero. Hace un fresco aguantable, pero el día está super despejado y las temperaturas tiene que ir en aumento.
  Hablo con Susana para decirla que vamos a salir y para que sepa que, según me han dicho, estamos al final del pueblo. A unos tres kilómetros de la meta.
  Bueno, no nos han llevado muy lejos, pero el viajecito a molado. Estamos en el margen izquierdo del río Guadalquivir. Justo enfrente tenemos el parque de Donaña. Nosotros, creo, que pasaremos por el pre-coto. Por un gran bosque de pinos y por las salinas de Sanlúcar. Estas salinas naturales están situadas en las marismas que son las únicas que se siguen inundando con las mareas ya que las demás dependen de los cauces de los ríos y de las lluvias.
  Lo que tenemos en frente es un paraje espectacular. Y lo que hemos podido ver desde la barcaza es el admirado coto de Doñana.
  Pasados unos minutos de las nueve de la mañana estamos preparados para comenzar esta prueba. 50 kms tenemos por delante. No sabemos por donde vamos, ni lo que nos vamos a encontrar. Por lo menos yo. Supongo que los que sean de esta zona no tendrán mucho problema en averiguar o imaginarse cual será un poco el recorrido.
  Pistoletazo de salida. Calle adelante vamos cogiendo posiciones y grupos por ritmos o por compañeros, amigos...... Yo creo que he salido muy bien. Demasiado bien. Tengo que estar entre los 40 primeros a pocos metros de los primeros. Pienso dos cosas. O he salido muy rápido, o de momento los primeros están calentando motores.
  Miro el reloj unos kilómetros mas adelante y veo que llevo una media de 4´35". Puff, demasiado rápido para mis costumbres y demasiado rápido para una carrera de 50 kms.  Bueno, estoy en un grupete de cuatro, conmigo, donde les debo sacar unos 15 años al mas mayor. Je je je. estos jovenzuelos me van a sacar de punto.
  He de deciros que llevo puesta la pulsera verde del pulmón. Otra cosa característica de esta prueba es esa. En los controles de paso tienen que ponerte una pulsera para poder llegar a meta y ser ultramaratoniano de la Vida. Cada pulsera es de un color y está asociada a un órgano transplantable. Esperemos poder conseguir todas.
  Yo aquí sigo con mis compañeros de viaje. Pronto dejaremos el asfalto para adentrarnos en un bosque de pinos. Zona muy muy chula, pero que nos va a dejar las patitas bastante cargadas. Mucha arena por el recorrido. Arena muy finita que hace que hundas los pies. Vamos buscando, cada uno el lado bueno, pero no hay lado bueno. Hay que apechugar y tirar hasta que salgamos de esta zona.
  En mitad del pinar nos encontramos a algunas bicis, con sus respectivos ciclistas, intentando salir de la arena. Han salido media hora antes que nosotros y muchos son los que están penando en este tramo. Algunos van con la bici andando por que se les ha roto la cadena. Les vamos dando ánimos mientras buscamos el sitio bueno para correr lo mas cómodo posible.
 Por el km 14 mas o menos tenemos el segundo avituallamiento. Aquí nos ponen la pulsera blanca asociada al riñón. Fruta, chocolate, dátiles, dulces, isotónico y agua es lo que nos tiene preparado. Muy completo el avituallamiento.
  Hoy llevo la mochila de hidratación, pero creo que con un cinturón hubiera ido muchísimo mejor. Por lo que estoy viendo va a ser una prueba de darle zapatilla y a estos ritmos la mochila y sobre todo los bidones se mueven un poco, por lo que la llevo bastante apretada para evitarlo, aunque para ello vaya un poco agobiado.
Paso por la media maratón y miro el reloj. 1:38´46". Puff. Creo que me estoy pasando. Este terreno me está machacando bastante las piernas y queda todavía mucha tela que cortar. Y lo que mas me intriga es lo que nos queda aún por recorrer. Bueno, creo que hoy mi cuerpo quiere marcha y se la voy a dar.


  Por fin salimos del bosque de pìnos. y cogemos un camino blanco en dirección al río Guadalquivir. La temperatura en el pinar era perfecta para correr. Al salir de allí cambia un poco y suben algunos grados. No llega a hacer calor pero si que se nota la temperatura altita.
  Lo que si hace es algo de humedad por lo que he ido calculando muy mucho los tiempos y horas en que tomarme las sales. Creo que lo estoy llevando bastante bien así que espero que los tirones y calambres me respeten.
  Y pasado el 25 llegamos a escasos metros del río. Giramos a la izquierda y en el 26 tenemos otro avituallamiento. En este nos ponen la pulsera negra que esta asociada al hígado. Aquí nos paramos un momento para reponer. El chocolate está buenísimo. Aquí además han incluido sándwich y frutos secos.


  Salimos del avituallamiento tres de los cuatro integrantes del grupo. Uno de ellos, de Barbate, se ha quedado hace un par de kilómetros. Venga chavales que ya llevamos algo más de la mitad.
  Ya pegados al margen del río, me paro un momento a echar un meo. Llevaba rato aguantándome y después del avituallamiento ya no puedo esperar mas. Tranquilamente me separo del camino y me quedo mas agusto que un arbusto.
  Cuando salgo de nuevo al camino veo que mis compañeros de viaje me sacan un mundo. Jope, yo creo que han acelerado para despegarse de mí, je je je. Pues nada a correr para volver a entrar lo antes posible.
  Al poquito de comenzar esta persecución, me adelantan dos que van a un ritmo bastante alto. Me pego a ellos con la intención de llegar a mi grupo. Después de unos kilómetros llegamos a su altura y con ellos me quedo. Creo que el acelerón me ha dado alas, por que voy bastante mejor que mis compañeros de viaje.
  Decido dejarlos e intentar unirme al dueto que nos a adelantado. No tardo en cogerlos y unirme a ellos. Parece que las patitas y la cabeza hoy quieren correr. Voy haciendo algunos cálculos y veo posible bajar de las cuatro horas en estos 50 kms. Pero queda mucho y hay que ir regulando un poco.
  Por caminos bastante embarrados y muy inestables por las rodadas de motos y quads, vamos comiendo kilómetros por el margen izquierdo del río. A de la derecha del río tenemos el coto de Doñana. Así haremos unos nueve kilómetros donde uno de los dos compis que llevo va haciendo la goma.
  Ya en el km 32 tenemos otro avituallamiento donde paro un poquito. Quiero beber y comer algo tranquilamente a la par que cojo un poco de aire. Los voluntarios son super amables y nos ofrecen todo lo que tienen.
 Bueno, para completar mi distancia favorita me quedarían 10 km, pero hoy me quedan ocho más. Bueno, creo que nos van a salir tres kilómetros menos por que los puntos kilométricos llevan esa diferencia. Durante el recorrido he escuchado a algún corredor de la zona, que los kilómetros hechos en la barcaza también cuentan. Je je je.
  Continuo con mi ritmo aunque ha bajado un poco. Voy unos diez segundos por debajo de 5´. Intentaré aguantar así lo máximo posible. En este puesto nos indican que viene el peor terreno de todos en cuanto a barro y mal estado del suelo. Nos vamos a ir adentrando a las salinas y este tramo de enlace esta bastante mal.
  Ahora sí. Comenzamos a recorrer las salinas. Caminos cuadriculados que van entre las salinas. Aquí uno de mis compis se queda atrás y el otro se me despega y me va sacando cada vez mas distancia. Yo de momento continuo con mi ritmo y mi estrategia de carrera que me está saliendo de lujo. ahora me quedo solito así que a tirar de cabeza, se ha dicho.
  Aún así en este tramo adelanto a un par de corredores. Las piernas ya van bastante castigadas y el que vaya un poco falto de kilómetros o el que se haya pasado un poco al principio es donde lo va a empezar a pagar.
   Por fin salimos de las salinas y en el km 40 llegamos al avituallamiento donde me paro a reponer un poco. El avituallamiento esta entre las montañas de sal que están aquí depositadas. Me ponen la cuarta pulsera. La amarilla que está asociada al páncreas. Ya solo me queda la de meta. ¡¡Vamos a por ella!!.
  Salgo del avituallamiento, ya en soledad, y cojo de nuevo la carretera que corrimos al principio de la prueba. Ahora vamos de vuelta, je je je. A mitad de esta larga recta me pita el km 42 en mi reloj. Espero a completar los 42.195 metros para ver a cuanto me ha salido el maratón. 3:19´ es mi tiempo empleado.
  Os puedo garantizar que ni en sueños pensaba hacer ese tiempo y menos por el terreno que hemos pasado, ni con la mochila a cuestas. He hecho menos tiempo que en la mayoría de los de asfalto. Esto me hace saber que estoy bien. Y... Continuo mi carrera para ver si soy de capaz de bajar de 4 horas en la prueba.
  Termino de completar la larga recta donde un cartel me ponía que estábamos en el km 46. Mi reloj me dice que estoy en el 43. Bueno, veremos a ver en cuanto se queda la prueba al final. Aquí llamo a Susana para decirle lo que creo que me queda. Se sorprende un poco, je je je. Sabe perfectamente, casi mejor que yo, los tiempos y ritmos que suelo llevar y me dice: "Vas muy bien. Hoy le has dado caña". Ja ja ja. Me despido de ella esperando verla en meta.
  Y..... Esto si que no me lo esperaba. Lo que nos tenían preparado, je je je. Giro a derecha y a la playa. Uff, esto si que nos va a dejar las piernas para el arrastre.
  Por la arena tenemos algo mas de dos kilómetro. Adelanto a un par de corredores que van andando y cagándose en tó. -¡Uff, como van las patas ya, eh!. Les digo. Venga que ya queda poco chicos.
  Allí al final, veo a un voluntario que está indicando que salimos de la playa. Creo que esto hace que aguante sin bajar demasiado el ritmo ni ponerme a andar. Los músculos de las piernas están duros como piedras y cargadísimos. Solo quiero salir de esta arena y ponerme a correr para soltar un poco.
  Ahhh. Ya estoy de nuevo en tierra firme. Un voluntario me dice que queda algo mas de un kilómetro y medio. Comienzo a correr a todo lo que me dejan las piernas. Adelanto a un corredor al que animo al pasar a su lado.
  Estoy por las calles de Sanlúcar. Esto me anima por que se que la meta está cerca. Estoy en el km 46 y voy mejor que en el primero. Estoy disfrutando de lo lindo. Las piernas y el cuerpo me ha dejado correr. Una de las carreras que mejor he hecho y donde creo que he ido regulando perféctamente para no tener ningún percance de ningún tipo.
  Voy como una moto. Llevo a otro corredor delante y me lanzo a por él. Mira para atrás varias veces. Hasta que llego a su altura y me dice: "Así se termina una carrera". Le agradezco el comentario y saludándole sigo mi camino a la meta.
  Oigo la megafonía. Se que estoy cerca pero no me quiero calentar en exceso, que no me conozco el pueblo y todo puede ser que nos den una vueltecita por el, ja ja ja.
  Y.... giro ala derecha. Veo el arco al fondo. Ahora sí puedo apretar todo lo que quiera o lo que las piernas me dejen. Esto es un hervidero de gente. Choco la mano a los niños que la tienen levantada. Voy de lado a lado disfrutando de este momento. Tengo la meta a escaso metros.
  Piso la larga alfombra azul que nos han puesto. Una nube de fotógrafos no deja de disparar sus cámaras. Y paso por meta. Muy muy contento. Hoy si que he dado todo lo que tenía. Creo que ha sido una de mis mejores carreras en cuanto a planteamiento, hidratación, comida, regulación, etc etc.
  He llegado muy fuerte. Ahora que estoy entrando en meta creo que habría podido meter un par de puntitos más. Pero me quedo con el carrerón que me he marcado. pocas veces suelo decir esto, pero hoy creo que me lo he currado en todos los aspectos. Y parte de culpa, por no decir el 80% de esta gesta es de la que me está esperando en meta con la cámara en la mano.
 Lo he dicho muchas veces y no me cansaré de repetirlo. Susana es la que me da estabilidad en la vida. Importantísimo para rendir a tope. La que me da confianza. Super importante para realizar estos retos. La que me organiza día a día. Primordial para realizar estas locuras.
  Hay gente que dice que la media naranja no existe, que es muy difícil encontrarla. Pues tienen razón, yo he encontrado mis tres cuartos de naranja. Nos compenetramos a la perfección y creo que eso se nota en el día a día.



  Pues eso, que voy a pasar por meta y como no allí está Susana con la cámara. Inmortalizando el momento. Los peques delante de mí, me saludan y yo les señalo al entrar a meta. Ellos también están a tope conmigo.
  Solo puedo agradecerles y dedicarles esta carrera. Me tocará invitarles a comer, ja ja ja.
  La entrada a meta es espectacular. Mucha gente animando. Mucha gente emocionándose. Mucha gente dando gracias a todo el mundo por aportar un granito de arena para lograr una lista de transplantes cero.   Gente que sigue viviendo gracias a los transplantes.
  En meta besuqueo a Sonia Y a Alvaro. Y al poquito a Susana. Me dice que hoy le he dado caña, y que debo haber entrado entre los 20 primeros. Bueno, luego lo veremos.


  Les doy la enhorabuena a los que están bebiendo algo en el avituallamiento final mientras me ponen la última pulsera. La roja, que está asociada al corazón.  Ahora sí me pueden poner la medalla de ultramaratoniano de la Vida.


  Mientras bebo algo y saludo a los que van entrando, hago unos cálculos rápidos para ver si hubiera bajado de cuatro horas en los 50 kms. He hecho 46, 600 metros en 3:44´. Pues hubiera estado ahí ahí. Pero yo creo que al ritmo y con la fuerza que he llegado si que lo hubiera hecho, pero es algo que nunca sabremos, ja ja ja.


  Ya mas tranquilo y con las pulsaciones en su sitio, me voy a cambiar. Susana me dice que volvamos a ver la clasificación y así lo hacemos. Al final he quedado el 16 y el 11 de mi categoría. Joder como corren los veteranos, ja ja ja.  Bueno, ya lo he dicho antes, creo que he hecho una buena carrera que para llevar el año que llevo creo que me he salido, ja ja ja.
  Muchas gracias a todos por vuestros mensajes de animo y apoyo. Yo me despido que me queda un largo viaje de vuelta a casa.
  Un besito para todos y hasta la siguiente.
 
   Capi
 

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