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domingo, 9 de agosto de 2015

Subida al Veleta.


  Después de tres años intentándolo, parece que este va a ser el bueno. El sábado por la tarde me despido de Susana y los peques que están tan agustito en la playa y pongo rumbo a Granada. Allí primero visito a Mi gran amigo Fortes que me lleva a la zona de la salida de esta prueba para dejar allí aparcado el coche.
  Me despido de él y acto seguido voy en busca a Carlos, a Pedro y su mujer. Después de localizarlos y tomarnos una cervecita, nos dirigimos al apartamento de Pedro para cenar algo.
  Menudos macarrones con salsa carbonara se cascó nuestro compañero Carlos. Hidratos de calidad para el día de mañana, je je je.
   Bueno, se hace tarde y Carlos y yo nos vamos al apartamento, chiquito pero coqueto, para preparar todo y dormir lo máximo posible. Por la mañana quedamos con Pedro para desayunar. Son las seis y cuarto. Nos despedimos de la mujer de Pedro y nos dirigimos a la salida.
   Todavía es de noche aunque no tardará en despuntar el sol. Empieza a llenarse la zona de corredores. Una furgoneta hace las veces de ropero donde dejamos nuestras mochilas para luego, "más tarde", recogerlas en la cima del Veleta.


   Pasamos el control de chip. Estamos a cinco minutos de la hora de la salida. Carlos nos da unos consejillos ya que esta es su tercera vez.
   Muy importante salir tranquilos y no dejarse llevar por la euforia de la salida. a ritmo desde el principio.
   También nos dice que aquí lo que cuenta es el ponerse a andar, si es que lo necesitamos, lo más lejos posible.
    Dos consejos claves para poder terminar la prueba en condiciones y satisfactoriamente. Esperemos poder tenerlos presentes.
    Se da el pistoletazo de salida. Comenzamos a correr muy tranquilos. Estoy algo nerviosillo. Después de tres años intentándolo estoy aquí en la línea de salida. He leído muchas noticias de la carrera y sin lugar a dudas es muy, muy dura.






















 
  Esperemos aunque sea poder terminarla.
  Hemos dado una vuelta al paseo del salón y ahora sí, nos dirigimos a la carretera que nos llevará diréctamente al Veleta. Son unos diez kilómetros bastantes suaves, pero con continuas subidas que hay que administrar muy bien ya que vamos con mucha fuerza y si nos pasamos luego lo vamos a pagar.
   Llevamos un ritmo cómodo. A 5´30" el kilómetro. De momento hay que ir aguantando así. Vamos hablando y disfrutando del ambiente. Tenemos que hacer estos primeros kilómetros sin que nos demos cuenta que lo duro no ha empezado todavía.
   Pasada la primera hora de carrera llevamos algo menos de 11 kilómetros. Vamos según lo establecido que no es otra cosa que intentar terminar sobre las seis horas.
   Bueno pues comienza la ascensión. Esto empieza a empinarse (la carretera, digo, eh). Hay alguna zona que me recuerda a la subida desde el puente de la degollada hasta la ermita. Paramos en los primeros avituallamientos líquidos para reponer sales y agua.
   De momento no hace mucho sol así que las gafas van encima de la gorra. Llevamos unos quince kilómetros y no hago mas que buscar por las cimas la inconfundible silueta del Veleta. De momento no la he visto pero no estará muy lejos, je je je.
   Carlos se ha adelantado un poco y Pedro se ha parado en una ambulancia para apañarse la rozadura en un dedo así que me encuentro subiendo solo.
    Voy adelantando a varios corredores. He cogido un buen ritmito y espero llevarle lo más lejos posible. Hablo con algún corredor para hacer más amena la subida. también comenzamos a adelantar a otros que ya han comenzado a andar.
    Poco a poco llego a un avituallamiento, que no están mal por cierto, quizás le faltase algo de azúcar en forma de chocolate o gominolas, je je je, y allí esta Carlos. Salimos del avituallamiento juntos y después de explicarle donde se había quedado Pedro continuamos la subida hacia nuestro objetivo.

   Carlos lleva una cámara en la cabeza y va grabando algunos tramos de la subida. Pasamos por la media maratón. Llevamos algo más de dos horas y de momento vamos con bastantes fuerzas.
   Continuamos juntos unos cuantos kilómetros hasta que parece que mi ritmo es algo más rápido y me voy despegando de mi compañero. Paso por el km 30. Aquí vamos adelantándonos los corredores unos a otros dependiendo de las fuerzas de cada momento.
   Yo continuo pensando en las palabras de Carlos:  "Poquito a poco y comenzar a andar lo mas tarde posible".
   Miro para arriba y en una curva comienzo a divisar esa silueta que llevo en mi imaginación desde la salida. La imponente cima del Veleta se deja ver por fin. Quedan menos de 20 kms y yo la veo a tomar por cul............... Después de observarla durante un rato mientras sigo dando zancadas sin parar, vuelvo a agachar la cabeza y a fijarme que el negro asfalto cada vez se pone más cuesta arriba.
   Hay muchos momentos para pensar en infinidad de cosas. Entre ellas, lo agustito  que estaba yo en la playa con Susana y los peques. Esto me hace apretar los dientes y tirar para arriba por ellos. Esto es gasolina de la buena....
    Creo que es en el km 36 donde después de un avituallamiento comienzo a caminar un poco. Rápido pero a caminar. ¡¡Joder con la cuestecita!!. A partir de aquí comienzo a correr alternando con andar. Voy casi más rápido andando que corriendo pero mientras pueda iré corriendo.
    Pasado el 40 comienza a aumentar el desnivel y además se ha levantado un aire frío y está empezando a llover. Pufffff, menudos kilómetros nos esperan, je je je.
    Entro en los siete últimos y al lado mío se pone un ciclista que me da ánimos. me fijo que lleva un tatuaje del emblema de la legión y no dudo en entablar conversación con él. Después de ponernos al día los dos se despide de mi y sigue su camino. Unos cuantos cientos de metros que se me han pasado sin enterarme...


    Miro a la derecha y además de ver toda la subida serpenteante llena de corredores, diviso el centro de alto rendimiento de deportistas de élite. Espectacular. me llama mucho la atención donde están situadas estas instalaciones. A más de 2.000 metros de altura. Y además son impresionantes.
   Km 45 mas o menos. Algunos ciclistas, paseantes y atletas que están bajando no dejan de animarnos: "Vamos que lo tenéis", "Vaya máquinas", etc,etc.
   Aquí me da caza Pedro que se pone a mi altura. Ya sabía yo que este crack me iba a dar caza. Me dice que venga que nos vamos para arriba. Le digo que llevo el isquio derecho al límite. Como de un paso más largo de la cuenta siento que se me va a romper. Me ofrece azúcar y glucosa y no dudo en tomármelo todo...
   "Venga tira que vas muy bien", le digo. Poco a poco se va despegando de mí. Va como todos en este momento. Con un continuo corri-anda...
    Yo sigo mirando la cima de ese gigante y se que a este le tengo ya derrotado. Me queda muy poquito y aunque sea a gatas conseguiré subirme a su chepa.
   Un poco más atrás localizo a Carlos que viene como yo, apretando los dientes para rematar esta locura.
    A falta de un par de kilómetros se pone a mi altura y consigo aguantarle unos 300 metros, pero el isquio me vuelve a avisar y me dice: "¡Quieto que te atizo!"... Así que cojo mi ritmito de nuevo y me dejo caer poco a poco.
    Vamos dando la vuelta a la montaña y visualizando la meta. Estoy dejando un último cartucho para hacer la última subida de entrada a meta corriendo y con buena cara..
   Giro brusco a la derecha y allí está. El arco de meta sobre la cima del Veleta. Una cuesta llena de piedras y bastante pronunciada que consigo hacer corriendo y con las mejor de las sonrisas dentro lo que cabe, je je je.
    Paso por meta en 5 horas y 53 minutos. Por fin estamos aquí. En algo menos del tiempo previsto. Me reuno con mis compañeros para felicitarlos. Pufff que paliza nos hemos metido. Hemos derrotado al gigante granadino....

   Las vistas son espectaculares y después de deleitarnos con ellas un rato decidimos ir bajando a la zona del autobús para emprender el descenso.

   Para llegar a Granada tenemos que coger primero un microbús, luego un telesilla donde el frío se hace notar. Esto es grabado por nuestro compi Carlos y es la mar de gracioso.
  
 
  Después cogeremos un funicular con la cabina cerrada y donde tenemos más calor que un albañil alicatando una pirámide (palabras de un andaluz compañero de viaje, je je je).
   El funicular nos dejará en la estación. Zona de hoteles y comercios y donde nos hacen entrega del trofeo y de un avituallamiento especial para llenar los depósitos.
   Después de comer sentados en una terracita, hay que subirse a un autobús que después de tres cuartos de hora de viaje (aquí te das cuenta de lo que has estado subiendo) nos deja en la zona de la salida.
   Pues ya en Granada, Nos despedimos los tres. Pedro se queda un día más en la ciudad. Carlos cogerá un autobús para Madrid y un servidor se va de nuevo al la playa a descansar unos diitas...
   Pues otra que no me cuentan. Carrera bastante dura no solo físicamente sino que también te pone a prueba mentalmente.
   Ya os dejo tranquilos, pero solo hasta el domingo que hay otra preparada, je je je.
   Gracias por vuestros ánimos, me han venido de lujo....
 
 


  Por cierto, que en menos de cinco horas pasé de estar a mas de 3.300 metros a estar a 0 metros. Eso sí, con el trofeo de haber estado allí, je je je.


  Capi
   

1 comentario:

  1. Ya lo vimos todos en facebook y ahora lo veo por este estupendo blog ... Para mi, de todo lo que se te ha ocurrido hacer ,esto es sin duda lo que más he flipado y con lo que más he podido presumir....bueno ...yo y tu cuñado Javi que se lo contó este verano a todo el mundo.
    !!! el video geniallll...
    !!!! una mantaaaaaaa!!!

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