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domingo, 18 de febrero de 2018

Maratón de Castellón.

  Otro fin de semana para disfrutar de la familia. Otra nueva aventura que vivir con ellos. Otro viajecito para disfrutar de la vida. Esta vez nos desplazamos a Navajas. Un pueblo que nos dejó impactados por su belleza tanto en su interior como en su exterior. Un pueblo que seguramente no hubiéramos conocido si no es por la invitación de Jose Vicente.
  Hasta allí llegamos ya anocheciendo. Después de tomarnos unas cervecitas nos reencontramos con Jose Vicente que viene de Castellón y nos ha recogido la bolsa y el dorsal. Pasamos un finde genial. Visita guiada por la zona, gastronomía típica de Navajas........ Os animo a visitar este pueblo. Es increíble.
   Y...... El Domingo a las siete de la mañana partimos Jose Vicente, Pilar y nosotros (Susana, los peques y yo) hacia Castellón. Por cierto, al ponerme los calcetines, me doy cuenta que son los dos del mismo pie. Estos calcetines tan modernos que ponen "R" y "L". Pues tengo dos "L". Como solo tengo esos pues nada a correr con dos "L" y esperar que no me perjudique mucho, je je je.


   Aparcamos el coche a escasos 400 metros de la salida. Allí hemos quedado con San Juan. Ya todos reunidos y acicalados para la ocasión nos vamos andandito hacia la zona de salida.
  Allí he quedado también con Javi. Un amigo de Toledo perteneciente a la Puerta de Bisagra. Allí nos reencontramos todos. Saludos y fotos que no falten, je je je.


 
  Se va a cercando la hora así que hay que ir entrando a los cajones de salida. Me despido de Susana y los peques que se van a coger sitio para ver los primeros compases de la prueba. Susana en esta ocasión me dice que me ve muy fuerte y hace una predicción de tiempo. No se, veremos lo que sale al final.....
  También nos despedimos dándole ánimos a Jose Vicente, Rafa y Pilar. Cada uno se va a su cajón y nosotros entramos en el de sub 3:30´.
  Allí hemos localizado por fuera del vallado a Ramiro, profesor de carmelitas. Colegio que organiza el maratón solidario de Toledo y que dentro de menos de un mes, volveré a correr. Conseguimos situarnos con él para charlar un rato. Quedan menos de cinco minutos y nos falta tiempo para ponernos al día, je je je. Unos chavales que nos están escuchando y que tenemos detrás, nos dicen que si somos de Toledo. Respondemos afirmativamente, a lo que nos responden que ellos también. Uno es de Lillo y el otro de Villacañas. Ja ja ja, buen grupete Toledano nos hemos juntado sin quererlo.
  Y casi sin darnos cuenta comenzamos a correr. Aquí doy mi típico suspiro y aprieto al star del reloj. Esto ya no tiene marcha atrás. Estamos situados por detrás del globo de 3:30´. Estos primeros compases corro junto a Ramiro, mientras Javi va pegadito detrás nuestra.



  Los primeros kilómetros son por Castellón cogiendo avenidas bastante largas. Javi y yo cogemos ritmo de 4´30" por kilómetro. Ramiro ya se queda a su historia, así que nos despedimos de él y pa lante.
 Llegamos al primer avituallamiento. km 2,5. Botellita de agua para enjuagar la boca seca de los nervios del comienzo. Buchito de agua y.......... Plaffffff, Javi rodando por el suelo. Se ha llevado por delante un cono que delimita el carril y ahora mismo está tumbado todo lo largo que es en la calzada. Mientras me paro para ayudarle, se levanta como un resorte. Uff. que susto. Menos mal que la carretera esta lisa y desgastada y no se ha hecho nada. Me dice que todo va bien, así que intentaremos olvidarnos del suceso y centrarnos en la carrera.
  Bueno, pues continuamos a buen ritmo y enfilamos una calle donde Susana nos llama desde la otra acera. Está tomándose unas tostaditas en una terraza. Aún así no duda en levantarse y animarnos desde el otro lado y sacarnos unas fotitos. Nosotros la saludamos también, je je je.




   Varios kilómetros en línea recta. Voy manteniendo el ritmo con el que hemos comenzado y Javi sigue pegado a mí. Llega un momento que me dice que tire yo que voy muy fuerte. He de decir que antes de la salida teníamos claro que cada uno iba a hacer su carrera. Saldríamos juntos pero luego cada cual con su historia. Así que le digo que voy a seguir a ese ritmo de momento y le deseo suerte.
  En esta avenida giramos en una rotonda y volvemos en dirección contraria, por lo que nos vamos cruzando con los que van delante nuestra. Llega a mi altura, pero ya de vuelta, el globo de 3.15´. Miro el tiempo y cojo la referencia para ver lo que me saca. Paso de nuevo por este punto y veo que me saca algo mas de cuatro minutos. Pufff, muchos minutos son, pero se me ha metido en la cabeza intentar pillarle.
  Y.... a lo lejos vuelvo a ver a Susana que se asoma en la carretera para saludarme y hacerme muuuuchas fotitos. Por fin llego a su altura. Choco la mano a los peques y la saludo. Después me voy alejando poco a poco para adentrarme de nuevo a las calles de Castellón.




  Volvemos a callejear por las calles de Castellón. Cogemos avenidas bastante largas lo que me hace observar a lo lejos el globo de las 3:15´. Hay bastante animación. Mis patitas parece que hoy quieren correr un poquito más rápido de lo que habitualmente corren. La verdad es que voy mirando bastante el ritmo en el reloj. Las piernas me están diciendo : ¡"Tira"!, pero la cabeza tiene mucha experiencia en esta distancia y me dice: "Tira pero con calma".
  La verdad es que voy bastante bien. Llevo la respiración bastante cómoda. El día está soleado y la temperatura es ideal para correr. Los avituallamientos son perfectos. Los voluntarios encantadores. Los niños te chocan la mano. Los padres leen tu nombre del dorsal y te animan. Hoy es un día para disfrutar.
  Con todo esto, llegamos a la avenida que nos llevará al Grao. Una avenida llamada Avda del mar y que es toda en continua bajada. Pues nada, tres kilómetros para intentar disminuir la distancia con el dichoso globo de las 3:15´. Al coger la avenida y empezar a bajar veo que ya no me saca tanto el globo y eso hace que aumente un poco mas el ritmo. Estamos en el km 17.
  En el 2013 corrí este maratón, aunque antes se hacía en Diciembre. Se que esta bajada te invita a correr, pero que luego hay que subirla y además quedan muchos kilómetros todavía. Ese año corrí toda la carrera pegado al globo de 3:15´, y al cruzarme con él antes, he reconocido al chaval que le lleva. Es el mismo que hace cuatro años. En aquella ocasión estuve con él hasta el km 35 mas o menos y al final no pude seguir su ritmo y conseguí terminar en 3:18´. En esta ocasión llevo muchos kilómetros intentando darle caza, haciendo algunos a 4´05". Veremos como termina la cosa.
  En esta bajada coincido con un chaval de Aranjuez con el que charlo unos metros.  Después de darnos ánimos mutuos sigo mi progresión hacia adelante.
  Por fin llego al Grao y nos adentramos en él. Aquí callejeamos un poco y casi saliendo de nuevo de él tenemos el paso de la media maratón. 1:36´ es mi crono. Uff, no se si me he pasado. Lo bueno es que voy de lujo, pero no se si al final pagaré el esfuerzo de pillar al maldito globo.
  Lo que tengo claro a estas alturas es que tengo que coger al grupo. Se me ha metido en la cabeza. Luego ya veremos, je je je.
  Y.... Por fin al comienzo de la subida hacia Castellón, me uno al grupo del globo de 3:15´. Es un grupo bastante numeroso. Mi planteamiento es quedarme con él hasta el km 30 mas o menos y luego intentar rebajar un poco ese tiempo. Pero estoy corriendo muy agobiado con tanta gente. No se lo que hacer. Si retrasarme un poco para coger aire o intentar adelantarlos y correr en libertad, je je je.
  Pues nada, la segunda opción es la buena así que voy progresando poco a poco entre los corredores y después de varios intentos consigo adelantar a la cabeza. Que agusto se corre sin tanto agobio. Pero ahora lo que pasa es que llevo sus respiraciones en el cogote. Los oigo hablar. No quiero mirar para atrás. Solo quiero ir despegándome de ellos para no sentir esa presión.
  Estoy subiendo a 4:30´. Varios segundos menos que el globo. Por el km 24 mas o menos saludo a Ramiro que baja hacia el Grao. Y un poco después también a San Juan que me dice si me pasa algo. Me ha pillado hechándome vaselina entre las piernas y me veía correr un poco raro. Después de aclarárselo (gritando un poco, claro), me despido de él y guardo la vaselina.
  Terminada la subida, pasamos por el km 25. Avituallamiento donde me tomo mi primera glucosa. Me quedan tres. Una para el 30, otra para el 35 y la última para el 40. Todo va según lo calculado. Continuamos por largas avenidas con bastante animación. Ya por el km 27 y volviendo por la avenida Lidón, me cruzo con el globo de 3:15´. Por mis cuentas (las de la vieja), tengo unos dos minutos de margen sobre él. Viene a ritmo controlado y como me descuide me va a pasar por encima.




  Al pasar por el 35, me vuelvo a cruzar con él y veo que le saco algo mas de distancia que antes. Me quedan siete kilómetros. Mi cabeza hace cálculos mentales y dice que si los hago a cinco minutos el kilómetro bajo de 3:15´. Mi intención es seguir a 4´30", pero las piernas ya me están diciendo que hoy me estoy pasando, je je je. He controlado mucho la hidratación. He bebido lo justo. Creo que sin pasarme y esta vez no he cogido ningún tipo de fruta. Lo que si he añadido en este maratón es que me he tomado cada hora una pastilla de sales minerales que creo que está siendo la clave. No tengo ningún tipo de amago de calambres ni tirones. Voy con las piernas cargadillas pero de los kilómetros. Vamos, lo normal.





  En estos últimos kilómetros estamos rodeando el parque Ribalta que es donde está situada la meta. Aquí Susana me anima en numerosos sitios. También, no recuerdo en que kilómetro es, saludo por segunda vez a Emilio Saez Soro. Un corredor descalcista que también está afincado al maratón, pero que en esta ocasión está como voluntario. Ha escrito varios libros sobre el descalcismo, que por cierto me tiene que firmar uno que ya me he leído varias veces, je je je.
  No duda en hacerme unas fotillos al pasar a su lado. Muchas gracias compi. Ya coincidiremos en alguna corriendo.... pero yo con zapas, ehhh...... de momento, ji ji ji.



  Sin quererlo he bajado un poco el ritmo. Mi cabeza sabe que ya bajo de tres y cuarto, y sobre todo, que si no es por un desastre, el globo que viene detrás, ya no me coge. Como siempre hago en estos últimos kilómetros, corro visualizando la senda del río por donde entreno. Pensar en eso hace que sepa perféctamente la distancia que me queda. Estos kilómetros se pueden hacer muy largos y de esta manera lo llevo mucho mejor.
  Vuelvo a ver a Susana y me grita: ¡Cada vez más rápidooooo!. La verdad es que voy flechaito hacia la meta. Paso por el km 40 donde nos volvemos a cruzar los corredores después de hacer un bucle por varias calles del centro. Veo a Javi que va a comenzar este bucle y le doy ánimos. Le veo bastante bien. Según creo, le saco algo mas de dos kilómetros. Va a hacer también muy buena marca.




  Por cierto, en este km, el 40, me tomo mi última glucosa. Es la glucosa de la cabeza. Si me faltase esa glucosa seguramente haría estos kilómetros mas lentos y penando de lo lindo. A lo mejor no la necesitaría, por eso la llamo la glucosa de la cabeza. Me la tomo y mi cabeza dice: " ahora, sí. A por ello".
  Último kilómetro. Esto está a rebosar. Miro el reloj e intento apretar un poco más. Es cuesta arriba y doy todo lo que tengo.
  Giro a la izda y entro en el parque Ribalta. Justo en el km 42. Solo quedan los 195 metros del disfrute, de la emoción, del saber que lo has vuelto a hacer. Choco las manos de los niños que animan  desde el lateral. Ya veo el crono colgando del arco de meta. Marca 3:12´ y sus respectivos segundos que no dejan de pasar.




  Se que voy a entrar en 3:12´. Un minuto mas que la predicción de Susana. Bueno, creo que no se ha equivocado demasiado, je je je. ¡¡¡Como me conoce!!, je je je.
   Video de meta:






  Paso por meta y oigo sus voces. Me está haciendo alguna fotillo y no dudo en posar para ella. Y...Ahora si, toca el besazo final.


  Un chavalín me pone la medalla y continúa hacia el avituallamiento final. Paso por los fisios y veo que hay muchas camillas. No hay que esperar casi cola así que me paro en una de ellas para que me den un masaje que seguro que me va a venir de lujo.
  Mientras espero, aparece Javi con el que charlo. Al final se ha cascado el maratón en 3:23´. Menudo bicho. Le doy mi enhorabuena mientras Susana no pierde detalle.


  Decide quedarse para que le den el masaje después que a mí. Ya al solecito y casi dormido, la fisio me dice que me despierte que ya ha terminado, je je je.





   Bueno, pues le toca a Javi. Me despido de él y me voy a comer unas porciones de pizza que nos tienen preparado. Las acompaño con un par de cervecitas con limón que entran del tirón. También cojo alguna pasta de chocolate, fruta .......... En fin, un poco de todo.
   Con el buche lleno, salgo del recinto para encontrarme con la familia. Esto está finiquitado. Solo puedo decir que este maratón merece la pena. Un maratón hecho para el corredor. No le falta detalle y creo que no le puedo poner ningún pero. Sin duda volveré a correrle algún otro año.
  Después de esto, nos vamos al coche a cambiarnos y decidimos emprender el viaje de regreso para comer por el camino y que no se nos haga demasiado tarde.
  Solo me queda dar la enhorabuena a mis amigos de Navajas que terminaron su maratón. Y agradecer a Jose Vicente su hospitalidad y habernos hecho de guía en su maravilloso pueblo.
  Por mi parte decir que he disfrutado de otro fin de semana en familia y que este ha sido el 92. Estamos a ocho de la centena.




  Muchas gracias a todos los que me habéis mandado mensajes de ánimo y a los que estáis pendientes de mí en cada carrera.
  Pues nada, ya hasta la próxima que va a ser lo mas duro y largo que he hecho en mi vida. veremos a ver como va la cosa, je je je.


 


   Capi
 
 
 

domingo, 4 de febrero de 2018

Maraton Vías Verdes. Arganda del Rey.

  Todo el fin de semana mirando la predicción del tiempo. En Arganda en principio hasta por la tarde no se pondrá complicada la cosa. Este es el cuarto año consecutivo que hago este maratón y siempre ha hecho un frío de narices así que este no será diferente.....En principio.
   Tempranito, como suele ser habitual en los maratones, me desplazo hasta Arganda donde recojo el dorsal de la carrera. Me voy al coche a desayunar lo que me he preparado por la mañana. A las 7:30, sale el autobús que nos llevará a los corredores hasta Carabaña. Pueblo donde está situada la salida.
  Tengo cuartito de hora para cambiarme así que al lío. Vuelvo a mirar por última vez la predicción y solo dan lluvias a partir de las doce mas o menos. Eso sí, va a hacer bastante frío llegando hasta los 0 grados. Eso no me asusta, pero por si acaso lo veo chungo me llevo en la mochila una chaqueta impermeable, guantes y braga. Dejo en el coche las mallas térmicas y las camisetas térmicas (creo que no hará falta).
  Terminando de cambiarme me suena el móvil. Es Pedro (Potro para los Forofos). Pedro es un compi con el que he tenido la suerte de compartir unos pocos maratones. Tío duro donde los haya y buena persona (es que lo va a leer, je je je). Quedo con él para vernos en el autobús.
  Bueno, hablo un poco con Susana. La pongo un poco al día y andandito para el autobús. Subo en él y en primera fila está Pedro guardándome un sitio.  El viaje muy ameno poniéndonos al día de muchas cosas.

  Ultimas novedades para Susana, que hay que poner el móvil en modo avión para que no se gaste la batería. Mientras Pedro se parte de risa de mí, je je je.

 
  Llegamos a Carabaña y después de agotar el tiempo a lo calentito del bus, nos disponemos a cambiarnos. Dudas en que ponernos. Como hemos corrido aquí otros años, sabemos que aunque haga frío luego en carrera sobra todo. Aún así como dan agua, nos llevamos una chaqueta impermeable por si acaso. Si sobra nos la enrollamos en la cintura y listo.
  Pues empieza a lloviznar. Faltan unos minutillos para la salida. Los aprovechamos para sacarnos unas fotillos.

 


  Con la típica cuenta atrás da comienzo el maratón. Primeros metros por el pueblo en una toma de contacto y mi típico suspiro mientras digo: " Vamos al lío ".


  Hace bastante frío, pero mientras se mantenga así el tiempo no vamos mal. Estos primeros kilómetros los hacemos bastante cómodos. Pedro va cantando el paso por kilómetro y tenemos que ir frenando por que vamos muy rápido para lo que hemos venido a hacer.
  Así llegamos al cartel que dice "faltan 37". Este maratón es peculiar también es eso. En los puntos kilométricos te dicen los que te faltan en vez de los que llevas. Cosa que a mí particularmente me va mucho mejor para la cabeza. En el "faltan 37", le digo a Potro que se me han pasado volaos.
  En este punto de carrera comienza a llover bastante. Llevamos los guantes calados y comienzan a helarse las manos. Aún así consigo apartarme del camino y evacuar el líquido que me sobra, je je je. Pedro aprovecha y hace lo mismo.
  Primer avituallamiento donde paramos a beber casi forzados. Con la que está cayendo y el frío que hace no apetece ni beber. Pero hay que beber si o si que si no luego vendrán las madres mías.


  Así, con esta lluvia persistente llegamos al segundo avituallamiento situado en el "faltan 31". Está situado a la entrada de Tielmes. Llevamos 11 kms. Al llegar allí nos llevamos una sorpresa. Está un compi nuestro en el avituallamiento. Saludamos a Vicente (Vigaro para los Forofos) y hablamos un rato con él mientras nos hace unas fotillos y comemos algo de fruta y bebemos isotónico.


  Bajo su paraguas nos dice que vaya mañana nos está haciendo. La verdad es que cada vez hace mas frío y el tiempo está empeorando. Solo esperamos que se mantenga a sí la cosa hasta que lleguemos, por lo menos. Nos despedimos de él y cogemos el camino que nos llevará hasta Perales de Tajuña.
  Vuelvo a parar a mear. Creo que con la lluvia se me activan las ganas, je je je. Empiezo a tener las manos ya muy  muy frías y solo acierto a separarme un poco el pantalón. Lo demás va por libre......
  Este tramo que consta de unos nueve kilómetros, parece que le controlamos un poco mas en cuanto al ritmo se refiere. Ya la lluvia es mas fuerte. Tengo que meter las manos dentro de la manga para ver si consigo calentar un poco los guantes. Voy moviendo los dedos por que no los siento. Pedro está en la misma situación. Él lleva mayas cortas y las lleva empapadas. Tiene las piernas congeladas.
  Llegamos al avituallamiento del "faltan 22", o sea, del kilómetro 20, Y allí nos encontramos a una mujer saltando para calentarse. Gira ,salta, corre y mueve los brazos para entrar en calor. Pedro tiene que atarse las zapatillas y es incapaz de hacerlo. Tiene las manitas algo frescas, je je je. Es esta mujer la que se las ata. Nos dice que hace muuucho frío hoy. Que ella es rusa, que está acostumbrada, pero que hoy hace muuuucho frío. -:"¡No me digas ná!", la contesto....
  Creo que aquí aprovecho para hacer pipi de nuevo. Tengo el pantaloncito empapado y ya no se lo que aparto ni lo que separo. Como tampoco siento las piernas, me da lo mismo hacerlo dentro que fuera.
  Llevamos un buen rato sin decir ni una palabra. Estamos intentando no pensar mucho en la carrera y pensar en otras cosas, aunque es inevitable decir cosas como: -" Si nos pagaran por esto no lo hacíamos", " Joder que frío ", ........
  Llevamos la media maratón. Dejamos atrás Morata de Tajuña y cogemos de nuevo la vía verde que nos llevará hasta Arganda de Rey.
  Tenemos por delante unos cuatro o cinco kilómetros en continuos sube y bajas antes de afrontar la temida cuesta de la cementera.
  Aquí vamos todavía a buen ritmo. Bueno, eso creo por que no he mirado el reloj en toda la carrera. La verdad es que con terminar enteros nos vale.
  Comenzamos la larga subida a la cementera. Aquí empieza lo peor y lo mas duro. Comienza a nevar abundantemente. Y para colmo comienza a soplar un aire bastante fuerte. Hay que correr con la cabeza torcida para que no nos de en la cara. Buahhh, que frío, dios mío. Vamos los dos heladitos.
  Hemos ido cogiendo en estos últimos kilómetros a algún corredor que va también cagándose en todo. Alguno no lleva guantes (aunque ahora mismo eso da igual) y corre soplándose las manos.
  Llevamos las piernas rojas a mas no poder y yo particularmente no las siento. Me miro los pantalones de vez en cuando por que no se donde los llevo. No los siento. Lo que si siento es que el braguero, que va empapado, le llevo metido por el culo. Saco un dedo de dentro de la manga e intento sacármelo. No tengo sensibilidad en el dedo y al apretarme el cachete con el dedo tampoco le siento. Joder, lo tengo todo congelado. Pues si no se puede, no se puede. A aguantarse toca.
  El pantalón al ir empadado no va donde tiene que ir y eso está haciendo que me vaya rozando los muslos. Por si fueran pocas las cosas que me pasan, le sumamos otras más. Bueno, aguantaremos como podamos.
  La subida a la cementera se está haciendo muy muy dura. Aquí no hay nada de resguardo y nos está pegando bien de lleno. Los campos están todos blancos con una buena capa de nieve.
   Pedro me dice que si llegamos (no lo tenemos claro todavía), esta va a ser la maratón mas dura que hemos corrido. Le digo que para mi también. Creo que estamos haciendo algo salvaje. A unos grados bajo cero y con la sensación térmica de otros pocos menos, y nosotros corriendo en pantalones cortos. Doy gracias a que he decidido ponerme la chaqueta impermeable si no seguramente esto no hubiera acabado nada bien.
  Llegando a la cementera (que la llevamos viendo desde hace varios kilómetros) adelantamos a varios corredores que van con la zancada muy muy pequeña. Llevan las piernas entumecidas y no las sienten. A nosotros nos está pasando lo mismo. Damos las zancadas muy cortas por que los músculos están agarrotados.
  Pasamos la cementera y divisamos un puente donde está situado el penúltimo avituallamiento. Por lo menos vamos a estar resguardados un ratitín. A unos 100 metros hay un coche de protección civil con varios corredores dentro. Están con la calefacción a tope. Creo que han dicho que ya se a acabado por hoy. Pedro se dirige a un voluntario y le pide un poco de réflex. Lleva los gemelos cargadísimos y se le están quedando rígidos. Yo mientras me voy al avituallamiento por que si me paro me quedo pajarito.
  Allí como fruta, y bebo agua e isotónico mientras miro a varios corredores que están sentados y tapándose como pueden para entrar en calor. El voluntario me dice que vaya huevos. Que estamos por debajo de cero grados, con la ventisca a tope y seguimos corriendo intentando terminar el maratón.
  Un corredor que me ha visto llegar y tiene una bufanda enrollada en las manos y estas, apoyadas en las rodillas temblorosas y mientras su cuerpo tirita de frío, me mira y me dice: "¿Tu no tienes frío en pantalones cortos?". -"Estoy congelado", le respondo.
  Tengo las piernas supercoloradas, las manos no las siento, el pantalón metido por el culo hace muchos kilómetros, rozados los muslos, las orejas son de otro, los pies empapados y los calcetines con algún pliegue, ganas de ponerme a llorar y para colmo, ahora, me están entrando unas ganas de cagar enormes.
  Joder que panorama. Lo único bueno es que parece que está dejando de nevar, aunque siga soplando un poco el aire.
  Le digo a un voluntario que me saque una glucosa del cinturón por que yo soy incapaz. Me la tomo con los dos deditos asomando de la manga de la chaqueta, bebo, como algo de fruta y alguna gominola. Me llevo acordando de las mallas y la camiseta térmica toda la carrera, je je je.
  Llevo un rato aquí parado cuando llega Pedro. Le digo que voy tirando despacito mientras él come y bebe, que me estoy quedando pajarito. Despidiéndome de los que allí estaban, comienzo a dar nuevamente zancadas. Ufff como están los músculos. No quiero ni mirar para atrás que si no me quedo allí, je je je.
  Llevo un rato con dolor de mandíbula de intentar frenar el temblequeo que llevo en la boca. Me sube y baja la mandíbula a un ritmo vertiginoso, chocando los dientes de abajo con los de arriba.
  Pasados unos minutos (no se cuantos), miro para atrás y no veo a Pedro. Aprovecho para hacer de nuevo pipi y así darle un poco de tiempo para que me coja. Pero sigo sin verle. Decido volver sobre mis pasos por que no quiero pensar que se haya quedado allí. Y.... allí viene. Ya me extrañaba a mí. Pedro es un tío duro de narices. Por eso le llamamos "Potro". Ya estamos de nuevo juntos para intentar terminar con estos últimos 10 kms.
  Me comenta que lleva los gemelos muy muy rígidos y que casi no le dejan correr. Intento animarle y le digo que aunque sea al trote cochinero que si andamos ya si que nos vamos a congelar del todo.
  Y ahí seguimos luchando. Ahora con la llovizna. Ha dejado de nevar pero el frío y la humedad la llevamos metidas en los huesos. Pedro coge sus guantes empapados y los tira a tomar por...... Ya han hecho su servicio. Ahora tenemos unos siete kilómetros de bajada que intentaremos correr lo máximo posible.
  En el "faltan 7" volvemos a parar para hidratarnos. No estamos bebiendo lo que necesitamos. Escasamente un vaso y medio de agua e isotónico cada avituallamiento (cada 5 kms). ¡¡MAL!!. Pero es que no tenemos ni ganas de beber.
  Pedro sigue buscando réflex y nadie tiene. Mientras pregunta a los voluntario y a los de protección civil, yo continúo despacito para no coger frío, je je je.
  Es aquí donde me entra un apretón del 15. Me cago, me cago ,me cago, me cago digo en voz bajita. Ahora me entran los sudores, ja ja ja. Pero aprieto bien el culo, que junto al pantalón, que lleva ahí metido ya muchos kilómetros, hace de barrera y consigo frenar el envite.
  Pedroooooo, vengaaaaaa..... Por fin llega Pedro a mi altura. Llegamos al último avituallamiento que está ya dentro de Arganda. Pedro va rígido total y hay momentos en los que tenemos que ir andando.
   Bueno, esto está terminado. Dos kilómetros y termina la odisea. -"Vamos Potro", un poquito más. Esta va a ser una para contar a los nietos, bisnietos, tataranietos........
   Y poco a poco llegamos a la entrada de la pista de atletismo donde está ubicada la meta. Esto está apañado, Pedro. Dios lo que hemos penado. La vuelta a la pista es memorable, increíble.
  Tenemos la meta a cincuenta metros. Esa meta que llevamos persiguiendo durante cuatro horas. Cuatro horas de charlas, risas y penurias.



  Y.... Entramos en meta. Nos damos la enhorabuena por que hoy si que nos lo hemos currado. Madre mía que largo se ha hecho esto. Pero cuando nos cuelgan la preciada medalla se pasan todos los males..... O no, je je je.



  Decidimos ir corriendo a por la mochila al guardarropas para cambiarnos y ponernos algo seco cuanto antes. El vestuario es un panorama. Corredores intentando entrar en calor e intentando quitarse la ropa con los dedos congelados.
  Ja ja ja, por fin estamos sequitos y abrigados, aunque los huesos tardarán en recobrar su estado normal. Y los músculos no digo nada.....
  Tomamos un caldito caliente y me despido de Pedro. No quiero demorar mucho la vuelta por que hemos pasado cerca de la carretera que tengo que coger de vuelta y estaba toda nevada. En el coche estuve 15 mnts tiritando, con la calefacción a tope hasta que entre un poco en calor y pude emprender el viaje de regreso.
  Gracias Pedro por este día y por tu compañía. Como sabes es todo un placer y un honor correr a tu lado. Nos vemos en otra, que esperemos que sea con solecito, je je je.
  Bueno, pues este ha sido un pequeño resumen de lo sucedido en un día muy muy desagradable. Y... El 91 ha caído. Quedan 9 que esperemos poder disfrutar algo más, ji ji ji.
  Hasta la próxima.
  Muchas gracias por los ánimos que me habéis dado por los diferentes medios.

  P.D.: Al final aguanté hasta casa. En el váter de uno como en ningún sitio, ja ja ja.

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